lunes, 30 de septiembre de 2013

El perdón es la llave de la felicidad

1. He aquí la respuesta a tu búsqueda de paz. 2He aquí lo que le dará significado a un mundo que no parece tener sentido. 3He aquí la senda que conduce a la seguridad en medio de aparentes peligros que parecen acecharte en cada recodo del camino y socavar todas tus esperanzas de poder hallar alguna vez paz y tranquilidad. 4Con esta idea todas tus preguntas quedan contestadas; con esta idea queda asegurado de una vez por todas el fin de la incertidumbre.

2. La mente que no perdona vive atemorizada, y no le da margen al amor para ser lo que es ni para que pueda desplegar sus alas en paz y remontarse por encima de la confusión del mundo. 2La mente que no perdona está triste, sin esperanzas de poder hallar alivio o liberarse del dolor. 3Sufre y mora en la aflicción, merodeando en las tinieblas sin poder ver nada, convencida, no obstante, de que el peligro la acecha allí.

3. La mente que no perdona vive atormentada por la duda, confundida con respecto a sí misma, así como con respecto a todo lo que ve, atemorizada y airada. La mente que no perdona es débil y presumida, tan temerosa de seguir adelante como de quedarse donde está, de despertar como de irse a dormir. Tiene miedo también de cada sonido que oye, pero todavía más del silencio; la oscuridad la aterra, más la proximidad de la luz la aterra todavía más. 2¿Qué puede percibir la mente que no perdona sino su propia condenación? 3¿Qué puede contemplar sino la prueba de que todos sus pecados son reales?

4. La mente que no perdona no ve errores, sino pecados. 2Contempla el mundo con ojos invidentes y da alaridos al ver sus propias proyecciones alzarse para arremeter contra la miserable parodia que es su vida. 3Desea vivir, sin embargo, anhela estar muerta. 4Desea el perdón, sin embargo, ha perdido toda esperanza. 5Desea escapar, sin embargo, no puede ni siquiera concebirlo, pues ve pecado por doquier.

5. La mente que no perdona vive desesperada, sin la menor esperanza de que el futuro pueda ofrecerle nada que no sea desesperación. 2Ve sus juicios con respecto al mundo, no obstante, como algo irreversible, sin darse cuenta de que se ha condenado a sí misma a esta desesperación. 3No cree que pueda cambiar, pues lo que ve da testimonio de que sus juicios son acertados. 4No pregunta, pues cree saber. 5No cuestiona, convencida de que tiene razón.

6. El perdón es algo que se adquiere. 2No es algo inherente a la mente, la cual no puede pecar. 3Del mismo modo en que el pecado es una idea que te enseñaste a ti mismo, así el perdón es algo que tiene que aprender, no de ti mismo, sino del Maestro que representa tu otro Ser. 4A través de Él aprendes a perdonar al ser que crees haber hecho, y dejas que desaparezca. 5Así es como le devuelves tu mente en su totalidad a Aquel que es tu Ser y que jamás puede pecar.


7. Cada mente que no perdona te brinda una oportunidad más de enseñarle a la tuya cómo perdonarse así misma. 2Cada una de ellas está esperando a liberarse del infierno a través de ti, y se dirige a ti implorando el Cielo aquí y ahora. 3No tiene esperanzas, pero tú te conviertes en su esperanza. 4Y al convertirte en su esperanza, te vuelves la tuya propia. 5La mente que no perdona tiene que aprender, mediante tu perdón, que se ha salvado del infierno. 6Y a medida que enseñes salvación, aprenderás lo que es. 7Sin embargo, todo cuanto enseñes y todo cuanto aprendas no procederá de ti, sino del Maestro que se te dio para que te mostrase el camino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Noticias del Mundo

El hundimiento del sistema monetario fiduciario occidental podría haber comenzado. China, Rusia y la aparición de las monedas respaldadas e...