Parteras, sanadores y fregadores conformaron así la Corporación Sanadores de Tungurahua, que al momento cuenta con 11 médicos “ancestrales”.
Lorena Velasco, directora provincial de Salud de Tungurahua, manifestó que la cartera de Estado capacita a este sector, para el trabajo conjunto entre ambos sectores.
“Al momento, la prioridad es que la medicina occidental y la milenaria ayuden a disminuir los índices de muerte materna y neonatal. Las comadronas han sido capacitadas para conocer las señales de peligro al momento del parto, ya que pese a los esfuerzos valiosos de estas mujeres, pueden presentarse complicaciones en el alumbramiento como preeclampsia y eclampsia”, sostuvo.
De ocurrir aquello, afirmó, las comadronas deben dar aviso a los familiares, para un traslado urgente a una casa de salud y evitar posibles decesos. La respuesta, según Velasco, ha sido positiva por parte de las parteras, ya que han entendido la importancia de la atención médica urgente, en caso de complicaciones y también los límites que la medicina ancestral tiene.
Gladys Borja, presidenta de la Corporación de Hombres y Mujeres Sanadores de Tungurahua, señaló que “la persona que aspire a formar parte de esta organización debe demostrar sus conocimientos en esta clase de medicina”.
Además, dijo, explicará las técnicas adecuadas en tres reuniones que mantienen al interior de la asociación, con sus respectivas pruebas. “Debe haber el reconocimiento de los moradores de la comunidad a la que pertenece, de que efectivamente ejerce esta función de manera seria”, enfatizó.
Las actividades públicas que realice la Corporación cuentan con el apoyo del Ministerio de Salud. Un ejemplo fue la ceremonia ancestral que se hizo el pasado Inti Raymi, en la que se realizó una demostración de medicina milenaria indígena, la cual fue promocionada por esta entidad. La propuesta de integrar las prestaciones de la medicina ancestral al sistema de salud data de hace 10 años. El objetivo es respetar las tradiciones de los pueblos indígenas, entre ellas el área de salud.
Rosa Pucha, responsable de Salud Intercultural en Tungurahua, afirmó, que “históricamente sus prácticas han sido excluidas y ejercidas de manera clandestina en las comunidades. Con esta acción integradora del Ministerio, se permite su aplicación de manera pública y sin tabúes”, precisó.
Salud Intercultural es un departamento que trabaja dentro de la cartera de Estado, como el nexo entre el Sistema Nacional de Salud y la Corporación de Sanadores. De igual forma, coordina todas las actividades de capacitación, ferias, demostraciones públicas del gremio de sanadores.
En Ambato, poblaciones como San Fernando, Ambatillo, Pasa, Chibuleo, Santa Rosa, Pilahuín, son áreas rurales de donde provienen los médicos y en las cuales se requieren sus servicios.
Mientras, existen personas que hacen limpias y que tienen conocimientos básicos sobre estas terapias, pero no pertenecen a la corporación. Según la ciudadana Rosa Pucha, no es obligación pertenecer a la Corporación para realizar estas prácticas.
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