lunes, 10 de noviembre de 2014

¿Qué sería de mí sin mi estupidez?

Evolución humana

Para reconocerme como un ser sabio (ser que todos somos potencialmente) debo antes haber aceptado mi propia estupidez.
Una de las características que tiene nuestro ser, es la libertad con la que cuenta para expresar cualquier aspecto de la totalidad. Todo existe, y nosotros como seres conscientes y creadores, estamos en condiciones de dejar que a través nuestro se exprese la parte de nosotros mismos que elijamos.
Uno siempre tenderá a mostrar sus virtudes, a resaltar el aspecto luminoso de su propia existencia pero, inmersos en el mundo relativo en el que estamos, ¿Cómo sabremos qué parte es la luminosa, si nunca hemos dejado salir un poco de oscuridad?
En palabras de Thaddeus Golas, intentar ser buenos todo el tiempo, es como querer ser un péndulo que solo oscila hacia un solo  lado. Necesitamos la contraparte. Si no nos permitimos expresar esa parte de nosotros que no nos gusta, solo estamos negando una parte que si existe, que si está ahí, y que quiere salir.
Es difícil aceptar que dentro de mí hay tanto “oscuridad” como “luminosidad”. Tengo que darme la libertad de expresar lo que el momento me pida. Buscamos la sabiduría, buscamos ser inteligentes, pero no nos permitimos ser estúpidos.
Curiosamente es gracias a nuestra estupidez que podemos conocer nuestra inteligencia. Esa estupidez que nos es natural, que nos hace cometer errores y decir tonterías, meternos en problemas y agrandar los acontecimientos de nuestra vida y hacerlos parecer los inconvenientes más desastrosos del Universo.
Para reconocerme como un ser sabio (ser que todos somos potencialmente) debo antes haber aceptado mi propia estupidez, y al mismo tiempo, aceptar la libertad que cada ser humano tiene para elegir ser estúpido dentro de las posibilidades de su existencia.
Eso es abrazar la contradicción: aceptar que todo viene con su opuesto, y que tengo que aceptar ambas polaridades, y que sin esa aceptación, quizás me sea muy difícil elegir conscientemente en qué lado de la polaridad quiero quedarme la mayor parte del tiempo. Para caminar por el medio debo haber recorrido los extremos.
Aceptar mi propia estupidez me abre la puerta hacia la tolerancia. Todos podemos tener un mal día y actuar tontamente. Si estoy en paz con mi propia incapacidad puedo ver que los demás son seres iguales a mí y que están teniendo la misma batalla todos los días a cada momento.
La paciencia, el no-juicio y la tolerancia, me abren la puerta a la sana aceptación de nuestra naturaleza humana.
Por Nicolás Tamayo

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CARTA ABIERTA A EL SER UNO… Hola EL SER UNO, hay mucha gente atascada con sus ordenadores cerebrales en estos tiempos que corren. Entre los dos hemisferios cerebrales, tenemos conexiones con puentes de cristal, muchos están sucios y atascados. Debemos ayudarnos con técnicas y métodos para pasar los pensamientos de la parte izquierda a la derecha donde están trasmutados y reparados. Al hacerlo vamos a sentir fluidez de información, un frescor y notaremos la cabeza más liviana. Debemos cuidar nuestro cerebro, nuestro ordenador, porque necesita mantenimiento… ¿Qué técnica o método nos recomienda EL SER UNO?… Un abrazo de luz y amor… José Luis.
RESPUESTA: Estimado José Luis… Toda técnica y método llevados con Amor y Consciencia dan resultados inmediatos, las personas al realizarlos sienten mejoría y bienestar, de eso no tenemos la menor duda. Pero recordemos lo que nos dice EL SER UNO: “Toda técnica y Método debe ir acompañado siempre con el trabajo interior”, significa ir al origen del mal y transmutarlo con el entendimiento. Las técnicas y Métodos nos sirvieron y seguirán sirviendo, pero lo ideal es transmitir a las personas, que aprendan a MANTENERSE EN ESTADO DE CONSCIENCIA DESPIERTA. Esto solo lo logramos si trabajamos nuestra interioridad o sea las emociones-negativas-enfermas que son la energía que nos atasca el cerebro y no nos deja entender. Esto es lo que ha pasado siempre, corremos atrás de las técnicas y al hacerlas nos hacen sentir bien y después de unos días todo vuelve... es porque solo hemos mejorado superficialmente, no hemos profundizado e ido al origen de nuestro mal. El ORIGEN se encuentra en el subconsciente y mientras no lo descubramos por nosotros mismos o con la ayuda de otros, nunca elevaremos la frecuencia y elevación, porque giraremos en un círculo vicioso una y otra vez.
Si llevamos esta explicación al Ordenador, podríamos compararla de la siguiente manera: Si nosotros queremos renovar nuestra computadora debemos retirar los programas viejos y obsoletos e introducirle programas actualizados ¿No? Cada cierto tiempo tenemos que formatearla, limpiarla y tener nuestra computadora en su mejor condición. Y si su memoria llegó al máximo, tal vez tenemos que trabajar con una Memoria Externa. Significa tener: Una computadora moderna (Cuerpo-Material - bien cuidado), programas nuevos (Alma - libre de conflictos y emociones-negativas-enfermas) y nosotros mismos debemos tener la capacidad y conocimiento de manejarlos (Espíritu – renovación energética). Así es el cerebro, de nada vale hacer y repetir Técnicas y Métodos modernos si nuestro PC-Cerebro está lleno de programas inútiles, viejos y obsoletos... daría conflicto ¿Verdad?...
Las personas creen que corriendo detrás de Técnicas y Métodos, occidentales u orientales lograrán la “Iluminación”… así de fácil no es, porque lo único que hacen es llenar su cerebro de información pero no de entendimiento. A veces es mejor trabajar con “Calidad” que con “Cantidad”. Para dejar entrar conocimientos nuevos en nuestro PC-Cerebro, primero hay que hacer una limpieza interior y sacar todo lo viejo e inservible que lo único que hace, es llenarnos los espacios, pero no nos permite convertirnos en seres prácticos y actualizados. La Materialidad y sus costumbres obsoletas nos ha enseñado a que “Tener, Poseer y Acumular” es lo correcto y cuanto más almacenamos y amontonamos en nuestra vida, más valemos. Debemos comprender, que podemos vivir con poco, logrando más que con mucho, ya que la sobrecarga de la cantidad, es el peso que no nos ha dejado caminar, pensar, ordenar y entender. Si nos libramos de la Cantidad y comenzamos a vivir con la Calidad, empezaremos a aligerar el alma y dejaremos atrás todo ese peso llamado Materialismo, solo así podremos hacer cómodamente y ligeramente… El Camino de Regreso… Camino del Ser.
Un  Curso De Milagros
Lección 45
Dios es la Mente con la que pienso

Un Curso De Milagros

LECCIÓN 45

Dios es la Mente con la que pienso

La idea de hoy es la llave que te dará acceso a tus pensamientos reales, los cuales no tienen nada que ver con lo que piensas que piensas, de la misma manera en que nada de lo que piensas que ves guarda relación alguna con la visión. No existe ninguna relación entre lo que es real y lo que tú piensas que es real. Ni uno solo de los que según tú son tus pensamientos reales se parece en modo alguno a tus pensamientos reales. Nada de lo que piensas que ves guarda semejanza alguna con lo que la visión te mostrará.
Piensas con la Mente de Dios. Por lo tanto, compartes tus pensamientos con Él, de la misma forma en que Él comparte los Suyos contigo. Son los mismos pensamientos porque los piensa la misma Mente. Compartir es hacer de manera semejante o hacer lo mismo. Los pensamientos que piensas con la Mente de Dios no abandonan tu mente porque los pensamientos no abandonan su fuente. Por consiguiente, tus pensamientos están en la Mente de Dios, al igual que tú. Están en tu mente también, donde Él está. Tal como tú eres parte de Su Mente, así también tus pensamientos son parte de Su Mente.
¿Dónde están, pues, tus pensamientos reales? Hoy intentaremos llegar a ellos. Tendremos que buscarlos en tu mente porque ahí es donde se encuentran. Aún tienen que estar ahí, ya que no pueden haber abandonado su fuente. Lo que la Mente de Dios ha pensado es eterno, al ser parte de la creación.
Nuestras tres sesiones de práctica de hoy, de cinco minutos cada una, seguirán el mismo modelo general que usamos al aplicar la idea de ayer. Intentaremos abandonar lo irreal y buscar lo real. Negaremos el mundo en favor de la verdad. No permitiremos que los pensamientos del mundo nos detengan. No dejaremos que las creencias del mundo nos digan que lo que Dios quiere que hagamos es imposible. En lugar de ello, trataremos de reconocer que sólo aquello que Dios quiere que hagamos es posible.
Trataremos asimismo de comprender que sólo lo que Dios quiere que hagamos es lo que nosotros queremos hacer. Y también trataremos de recordar que no podemos fracasar al hacer lo que Él quiere que hagamos. Tenemos hoy todas las razones del mundo para sentirnos seguros de que vamos a triunfar, pues ésa es la Voluntad de Dios.
Comienza los ejercicios de hoy repitiendo la idea para tus adentros, al mismo tiempo que cierras los ojos. Luego dedica unos cuantos minutos a pensar en ideas afines que procedan de ti, mientras mantienes la idea presente en tu mente. Una vez que hayas añadido cuatro o cinco de tus pensamientos a la idea, repite ésta otra vez mientras te dices a ti mismo suavemente:
  • Mis pensamientos reales están en mi mente.
  • Me gustaría encontrarlos.
  • Trata luego de ir más allá de todos los pensamientos irreales que cubren la verdad en tu mente y de llegar a lo eterno.
    Debajo de todos los pensamientos insensatos e ideas descabelladas con las que has abarrotado tu mente, se encuentran los pensamientos que pensaste con Dios en el principio. Están ahí en tu mente, ahora mismo, completamente inalterados. Siempre estarán en tu mente, tal como siempre lo han estado. Todo lo que has pensado desde entonces cambiará, pero los cimientos sobre los que eso descansa son absolutamente inmutables.
    Hacia esos cimientos es adonde los ejercicios de hoy apuntan. Ahí es donde tu mente está unida a la Mente de Dios. Ahí es donde tus pensamientos son uno con los Suyos. Para este tipo de práctica sólo se necesita una cosa: que tu actitud hacia ella sea la misma que tendrías ante un altar consagrado en el Cielo a Dios el Padre y a Dios el Hijo. Pues tal es el lugar al que estás intentando llegar. Probablemente no puedes darte cuenta todavía de cuán alto estás intentando elevarte. Sin embargo, aun con el poco entendimiento que has adquirido hasta la fecha, deberías ser capaz de recordarte a ti mismo que esto no es un juego fútil, sino un ejercicio de santidad y un intento de alcanzar el Reino de los Cielos.
    En las sesiones de práctica cortas de hoy, trata de recordar cuán importante es para ti comprender la santidad de la mente que piensa con Dios. Mientras repites la idea a lo largo del día, dedica uno o dos minutos a apreciar la santidad de tu mente. Deja a un lado, aunque sea brevemente, todos los pensamientos que son indignos de Aquel de Quien eres anfitrión. Y dale gracias por los pensamientos que Él está pensando contigo.
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