martes, 11 de diciembre de 2018

¿EN DÓNDE HABITA DIOS EN EL CEREBRO HUMANO?


Investigadores, psiquiatras y psicólogos han tratado de indagar, a veces sin mucho éxito, las profundidades de la mente. Cuestiones sobre cómo las sensaciones pueden materializarse en pensamientos y éstos últimos son capaces de resultar en reacciones corporales y espirituales. Ha sido durante esta investigación que algunos constructivistas cognitivos comenzaron a asegurar que es en esa transformación lingüística entre sensación y pensamiento en donde ahonda Dios. 

Los neuroteólogos, por su lado, dedicados a la comprensión de la relación entre el cerebro humano y la religión, consideran que es la estructuración binaria, holística, causal y cuantitativa del cerebro la que facilita sensar la presencia de Dios. 

Pensemos en el caso, por ejemplo, de un hombre de 45 años de edad, paciente con epilepsia internado en el Hadassah University Hospital de Jerusalén, quien ha experimentado una serie de crisis en el lóbulo temporal que le han provocado alucinaciones –de voces, música, personas, olores y sabores– intensas y casi reales sobre conversaciones con Dios. De acuerdo con la evidencia los lóbulos frontales y temporales se activan durante actos de meditación o rezos, en los cuales surge una importante inversión energética de concentración mental. Y es entonces que surge la pregunta: ¿es necesaria una alteración fisiológica para una experiencia religiosa? 

Tras realizar varias pruebas EEG para observar sus patrones cerebrales, se encontró que este paciente realmente era capaz de ver a Dios: 

Mientras estaba en cama, el paciente abruptamente “se congeló” y se quedó viendo hacia el techo durante varios minutos, comentando luego que sintió que Dios se estaba acercando. Cuando él comenzó a cantar rezos en silencio, observó su Kappa y se la puso en la cabeza, cantando más rezos de manera excesiva. Entonces, abruptamente, gritó: “Y tú eres Adonai –nombre del dios hebreo–, el señor”, argumentando que Dios se le presentó y le ordenó traer redención al pueblo de Israel. 

Previo a sus alucinaciones, el paciente no era una persona religiosa y recibía medicamentos antipsicóticos que lo regulaban durante unas horas pero, de golpe, los episodios solían comenzar de nuevo. Entonces, ¿en qué parte se encuentran los mecanismos neurales que causan alucinaciones con experiencias así de religiosas? Parece ser que en el control de los mecanismos del lóbulo prefrontal –más que en el lóbulo temporal, en donde curiosamente se halla activa la glándula pineal. 

En su libro DMT: The Spirit Molecule, el doctor Rick Strassman ha sugerido que el alma humana utiliza la glándula pineal como canal espiritual, y a la molécula DMT –dimetiltriptamina– como un catalizador para ese mismo fin. Es decir que la experiencia religiosa, siquiera de una identidad metafísica, puede experimentarse a través del DMT que se produce de manera natural en la glándula pineal, como si la fuerza vital renaciera en el cuerpo e impactara en los estados de conciencia: “Es posible que la [glándula] pineal sea el órgano más activo en el cuerpo al tiempo de la muerte. ¿Podemos decir que tal vez la fuerza vital sale del cuerpo a través de la pineal?”.

Pese a que se fortalezcan las teorías sobre la influencia de la glándula pineal para la experimentación teológica, aún quedan dudas por resolver como, por ejemplo, ¿por qué existen casos enfocados en la charla con un Dios que busca la redención y otros en que sólo marca el paso a través de la trascendencia espiritual? Es como si tuviéramos que preguntarnos sobre la significación dada a cada una de las sensaciones que no siempre podemos explicar neurocientífica ni teológicamente, como si nos viéramos obligados a confiar en la sabiduría de nuestro cuerpo, su glándula pineal o tercer ojo, para alcanzar un estado de asombro y mistificación.

Este vídeo pertenece a: www.pijamasurf.com

jueves, 6 de diciembre de 2018

EL ESTADO COMO PROPIEDAD PRIVADA

estado-usted

Son muchos los autores que han dado una definición de lo que es el Estado, y aunque difieren unos de otros, la mayor parte coinciden en ver el Estado como un poder regido por normas que controla una sociedad. No voy a entrar aquí sobre qué definición sería la más adecuada, pero desde un punto de vista estrictamente antropológico, una sociedad se considera Estado cuando aparece la figura del funcionario que, básicamente, en un principio fue un administrador de bienes públicos como los sacerdotes que administraban los cereales ofrecidos a los dioses en la antigua Mesopotamia.
En la actualidad, la concepción de Estado y sus atribuciones varían dependiendo del país y su situación geoestratégica.  Una diferencia esencial del concepto de Estado entre países democráticos y los que no lo son, es que en los países considerados democráticos la administración de los bienes públicos es regulada por Gobiernos elegidos por la mayoría, confiando la sociedad en que los políticos elegidos vayan a realizar una gestión pública que favorezca los intereses sociales, acorde con lo que acostumbran a predicar en sus mítines preelectorales.  Por supuesto que en estos casos las normas jurídicas tienden, o tendían,  a proteger a los ciudadanos contra los abusos de poder y no lo contrario.
La frase atribuida a Luis XIV de Francia “el Estado soy yo” es una forma de entender el Estado más propia de dictaduras, donde las oligarquías imponen sus intereses a la sociedad mediante sometimiento por la fuerza.  En estos casos el Estado puede considerarse formalmente una propiedad privada, porque esas oligarquías que ostentan el poder pueden hacer uso de los bienes “públicos” sin darle explicaciones a nadie, además de usar a las personas como meros objetos de especulación restringiendo sus derechos, llegando incluso al extremo de anular derechos completamente mediante sus “leyes” que con frecuencia ni siquiera son necesarias porque, teniendo el monopolio del Poder Judicial, en la práctica da igual que existan leyes como que no existan.
Aunque España es considerada un país democrático, según la actuación de sus políticos, especialmente los que son conocidos miembros del Opus Dei, parece más bien que el Estado y sus bienes sean una propiedad privada. Basta resaltar algunos ejemplos:
Además de las numerosas evidencias de dominio público que demuestran que los políticos del Opus Dei actúan como si el Estado fuese de su propiedad, habría que añadir otros muchos  abusos que no salen a la luz y que en parte han sido denunciados en el excelente artículo de Cristina Sánchez sobre La Cuarta planta de la clínica del Opus.  Concretamente puedo dar mi testimonio de como miembros del Opus Dei llevan décadas acosándome usando tecnologías prohibidas, y que, por su forma de hablar, al parecer, el Estado es “suyo” y la ley es cosa de “tontos que se lo creen”.   Todo esto lo describo con más detalle en mi libro Naturaleza Criminal del Opus Dei. Mi exilio en Suecia me permite constatar que la existencia de organizaciones criminales en forma de lobbies con acceso a los poderes del Estado no es un problema endémico de España.  El sueco Magnus Olsson, en un programa de RT sobre neurociencias, denuncia que distintos Estados experimentan con ciudadanos como si fuesen conejillos de indias sin que la opinión pública sea informada de esto, de la misma forma que los políticos de la UE han hecho pactos en secreto que perjudicaban a las sociedades de los países que representaban.
En la entrevista con Cristina Sánchez, yo denunciaba que en Suecia sufría acosos también por parte de españoles y suecos. Me parece interesante mencionar una voz sueca femenina que sonaba algo “cascada” como de una mujer más bien mayor.  Voy a profundizar un poco sobre esta mujer para que se entienda mejor la psicología de estos criminales. Su voz es muy parecida a la voz de una fiscal que me llamó por teléfono en el año 2002 para comunicarme que dos muchachos de Nynäshamn, que por cierto me superaban con creces en altura, me habían denunciado porque me tenían “mucho miedo”. En su denuncia decían que yo estaba tan borracho que casi no podía andar, para continuar afirmando que arrastré a uno de ellos más de 10 metros. Solo los que creen en milagros podrían creer que alguien que casi no puede andar pueda arrastrar casi 100 kg 10 metros, especialmente si ven mi físico que no es en absoluto de constitución fuerte. La fiscal, en lugar de denunciarlos por calumnias decidió perseguirme a mí en lugar. Esta denuncia falsa coincide con los métodos de acoso descritos sobre denuncias falsas mencionadas en el artículo sobre La cuarta planta de la clínica del Opus.  Aunque nunca llegué a ver a esta mujer, porque el fiscal que se presentó en el juicio fue un hombre, hay algo que me hace identificarla y que me hace pensar que casi con toda seguridad es la misma que me “pincha la cabeza” y es su forma “beata” de hablar. Al decir beata no me refiero a palabras religiosas sino al tono, similar al de beatos del Opus que he conocido que pretenden dar la imagen de una “inmensa bondad”. Su tono y forma de hablar la podría definir como la “santidad personificada”.
He hecho especial referencia a esta mujer sueca, porque al igual que algunos de sus colegas de acoso, pretenden hacerme creer que están realizando una misión para el Estado y con esto justifican esta vejación continuada que en ocasiones es especialmente desagradable, como por ejemplo al hablarme cuando estoy en el baño, algo que siempre he vivido como una humillación sin la menor posibilidad de defensa. A diferencia de los españoles no se burlan de mí, pero en cambio me amenazan si ofrezco resistencia a aceptarlos en mi cerebro, en esto coinciden con los españoles. Lo cierto es que tanto Magnus Olsson como yo, como probablemente tantos otros en Suecia y en España, estamos indefensos ante unos abusos de semejante calibre, inconcebible para muchos, y sin posibilidad de defensa. La mejor prueba es que M. Olsson ha sido invitado a RT pero no tengo noticia de que haya sido invitado a la televisión sueca.
Este conjunto de conductas gravísimas por parte de quienes pretenden ser el Estado, muestra que intereses particulares deciden sobre nuestras vidas poniéndolas en peligro, con una opacidad impresentable que da lugar al lucro y a las violaciones más odiosas y cobardes imaginables a costa del dinero de todos.
Aunque muchos consideran a Suecia un país ejemplar, y en muchos aspectos Suecia es todavía admirable, hay algunas cosas deplorables que Suecia tiene en común con España como, por ejemplo:
  1. Control y manipulación de los medios de comunicación de gran alcance.
  2. Privatizaciones del sector público. (CAPIO se ha hecho con la sanidad de casi todo Estocolmo)
  3. Existencia de denuncias de víctimas de tecnologías basadas en neurociencias.
  4. Se permite a políticos ser jueces.
  5. No hay control sobre sectas peligrosas.
  6. Impunidad de la corrupción.
  7. Alineación incondicional con los lobbies que controlan USA
  8. Etc. etc.
Va siendo hora de que todos los ciudadanos tengan algo de consciencia sobre qué es el Estado. Si partimos del principio de que tenemos una democracia y el Estado somos todos los que pagamos impuestos, no se puede permitir que algunos delincuentes utilicen esos inmensos recursos para beneficio propio y de forma opaca, como ha estado haciendo hasta ahora el Opus Dei y sus colegas de los lobbies que controlan las “democracias” occidentales.
P.D. Las palabras subrayadas son enlaces a fuentes de información.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

martes, 4 de diciembre de 2018


MASONES P2 BUSCAN LA PAZ Y UN MUNDO DIRIGIDO POR TRIUNVIRATO DEL SOL NEGRO, HORUS Y EL DRAGÓN

MENTE ALTERNATIVADICIEMBRE 3, 2018

logia propaganda dos

En lo que seguramente los historiadores del futuro definirán como un acontecimiento histórico decisivo —escribe Benjamín Fulford— los masones de la logia Propaganda Due (P2), adoradores del Sol Negro y creadores tanto del fascismo como del comunismo, ahora buscan la paz, afirman fuentes de la Sociedad del Dragón Blanco (WDS). Esto viene con la eliminación de la familia Rothschild del control de los bancos centrales, y significa que el mundo está a punto de entrar en aguas históricas inexploradas. Los masones P2 proponen que el mundo “sea dirigido por un triunvirato de los hijos del Sol Negro, los hijos del gran Horus y los hijos del Dragón”, según la propuesta presentada por Vincenzo Mazzara, un caballero de los Caballeros Teutónicos y el miembro más antiguo de P2 en contacto con el WDS. El concepto “hijos del Sol Negro” se refiere a los masones de la logia P2, que dan órdenes al Papa y a los aproximadamente 1,5 millones de católicos en el mundo. La connotación de “hijos del gran Horus” se refiere al ojo en la parte superior de la pirámide en el billete de un dólar de los Estados Unidos, presumiblemente aludiendo a los masones, no de la logia P2, sino del Rito Escocés y el Gran Oriente que controlan gran parte del mundo de habla inglesa y francesa. Los “hijos del dragón” se refieren a las sociedades secretas asiáticas que controlan la mayor parte de Asia oriental. En este punto, la mayoría de los lectores probablemente estén, y con razón, horrorizados ante la idea de que tres sociedades secretas se unan para continuar gobernando en secreto. El WDS, por supuesto, quiere que todo esté abierto y con la participación del público. No obstante, los P2 son poderosos, nos advirtieron de antemano que iban a despedir al Papa “Maledicto” (Benedicto XVI), y así lo hicieron. El P2 también se jactó ante el WDS de que fueron los responsables de organizar el incidente nuclear y asesinato masivo del tsunami de Fukushima, el 11 de marzo de 2011. Por lo tanto, el hecho de que ahora están demandando por la paz significa que saben que finalmente la red se está acercando a ellos.

Video: El poder de la Logia P2

Imagínense un club donde los presidentes, primeros ministros y banqueros se mezclan entre sí, donde la realeza está presente para asegurarse de que todo el mundo se lleva bien, donde la gente poderosa, que desata guerras, influye en los mercados y dicta a Europa entera sus órdenes, dice lo que nunca se ha atrevido a decir en público. En este episodio Daniel Estulin les invita a las sesiones de la logia masónica Propaganda Dos.

La muerte de George H.W. Bush

Según Benjamín Fulford, este movimiento también está íntimamente relacionado con el anuncio de que el Cuarto Reich Nazi Fuhrer George H.W. Scherff (Bush) está muerto. Como lo expresaron las fuentes del Pentágono, “Mientras el G20 estaba preparando al mundo para un reinicio global de la moneda, el 41° Presidente Bush Sr. expiró el 30/11 porque 11 + 30 = 41.” De hecho, Bush Sr. murió en junio, pero el anuncio se retrasó hasta que se hicieron todos los preparativos para arrestar a los principales subalternos nazionistas (mafia jázara) como Hillary Clinton y Barack Obama, dicen las fuentes.
Esta es la razón por la cual el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, reenvió esta famosa imagen el 27 de noviembre con la etiqueta:


“Ahora que el tema de la colusión con Rusia es una mentira probada, ¿cuándo darán inicio los juicios por traición?”


La respuesta a esa pregunta, dicen las fuentes del Pentágono, es que “los arrestos masivos podrían ocurrir después del funeral de Bush, ya que Gitmo tiene exceso de personal y Trump podría iniciar los tribunales militares antes de que se asiente el nuevo Congreso el 3 de enero de 2019.”

El anuncio oficial de la muerte de Bush padre es importante, porque a diferencia de otros miembros de su grupo como Hillary Clinton o Bush Jr., Bush padre tenía mucha influencia y respeto en la parte superior del complejo militar-industrial de los Estados Unidos. Sin él, han perdido su última línea de protección.
Además, los lectores pueden descubrir por sí mismos la participación de Bush Sr. en atrocidades como el asesinato de Kennedy, por lo que solo mencionaré algunos fragmentos de la información original de inteligencia que tengo de mis fuentes sobre este hombre.

La primera, proveniente del MI6, es que cuando salió a pescar con el presidente ruso Vladimir Putin en Maine en julio de 2007, Bush propuso que comenzaran una nueva guerra fría, y Rusia fingiría ser un aliado de China. Al utilizar esta guerra fría como camuflaje, el G7, Rusia y Japón aumentarán sus presupuestos militares hasta que todos se unieran para atacar a China y la dividieran en seis países. Ciertamente, hasta hace poco, esa era la trama que se seguía con toda la histeria anti rusa falsa en los medios corporativos.

Además, los francmasones de la logia P2 me dijeron en 2009 que Bush era el líder de la facción que quería matar al 90% de la humanidad (los llamados comedores inútiles), esclavizar al resto y crear un eco-paraíso nazi.

Este artículo pertenece a: www.mentealternativa.com


martes, 27 de noviembre de 2018

De Platón a Matrix: la búsqueda de la otra realidad



No sería nada exagerado afirmar que la inmensa mayoría de habitantes de este planeta nunca ha querido profundizar en el concepto de realidad. Y si alguien, por mera curiosidad, decide hacer una simple consulta al diccionario se va a encontrar con una definición más bien difusa y poco concreta: “real” es “lo que existe efectivamente”, pero… cuando nos remitimos a la definición de “efectivo”, nos encontramos con esto: “real y verdadero”. En suma, estamos ante una argumentación circular.
Ciertamente, la realidad cotidiana es un tema que no está bajo discusión; simplemente “es” y no hay vuelta de hoja. Sin entrar en cuestiones filosóficas, para casi todo el mundo la realidad es lo que se percibe, o sea, el mundo físico, el mundo que conocemos desde que nacimos. Y en esta realidad física muchas personas, y especialmente de las generaciones más recientes, habrán visto la película de culto Matrix, con sus respectivas secuelas. Se trata de un ameno espectáculo de aventuras y ciencia-ficción que, en medio de peleas y persecuciones, plantea un dilema filósofico —o científico— de gran calado: ¿es falsa la realidad que experimentamos? ¿Es una especie de artificio? ¿Cuál es la verdadera realidad? Lo cierto es que el problema de qué entendemos por realidad se remonta  a hace muchos siglos y ha sido objeto de estudio y reflexión por parte de filósofos y también científicos.
A modo introductorio, recordemos a grandes rasgos lo que presentaba el filme Matrix y luego veremos cómo se conecta con el pensamiento filosófico. Así, en una determinada escena, Morfeo y Neo se introducen en un programa informático y Neo se pregunta si lo que les rodea es real. Entoces es cuando Morfeo le contesta con la pregunta clave: “¿Cómo definirías real?” En ese momento Morfeo introduce una visión científica del concepto, según la cual lo real es aquello que se puede ver, oír, tocar, oler, saborear… pero tales sensaciones son sólo señales externas que los sentidos captan y transforman en impulsos eléctricos que el cerebro descodifica para convertirlos finalmente en una cierta “realidad”. Sin embargo, lo que ya empieza a resultar siniestro es que Morfeo le sigue explicando a Neo que esa supuesta realidad es una especie de prisión en la que el ser humano juega obviamente el papel de prisionero: “Naciste en una cárcel que no puedes oler, saborear ni tocar, una cárcel para tu mente”.
A raíz de estas atrevidas afirmaciones, surgen pues varias cuestiones: ¿Dónde está la realidad, fuera o dentro de nosotros? ¿Es objetiva o subjetiva? ¿Podemos conocer el mundo exterior —si es que tal cosa existe— de forma absoluta o “separada” de nosotros mismos? ¿Qué papel juega en todo esto la mente? ¿y la conciencia?
Para empezar a introducirnos en este complejo panorama, tendremos que viajar al pasado, pues ya desde tiempos remotos la humanidad ha intentado aportar respuestas de tipo filosófico, físico o metafísico. En primer lugar, vamos a comprobar que el famoso filósofo griego Platón ya había esbozado el mismo argumento de la película Matrix hace nada menos que 2.500 años, en una alegoría llamada el Mito de la caverna que aparece en su obra La República.
Este relato, expuesto en forma de diálogo entre el propio Platón y Glaucón, nos habla de una cierta caverna donde unos prisioneros, encadenados de pies y cuello, están dispuestos de tal forma que sólo pueden ver el fondo rocoso de la cueva. No pueden girar la cabeza y ver la luz que penetra desde el exterior. Estas personas han estado así desde niños y sólo han podido ver las figuras que se mueven por detrás, proyectadas como sombras por un fuego situado también detrás de ellos. Ellos creen, pues, que tales sombras son la realidad.
Pero, ¿qué ocurriría si un prisionero se pudiera liberar de sus cadenas, girar la cabeza y ver las cosas que antes sólo había percibido en forma de sombras? Posiblemente consideraría que tales cosas son mucho más verdaderas de lo que creía haber visto previamente. Al principio, a esta persona le dolerían los ojos ante tal claridad, porque su vista no estaría aún acostumbrada, pero finalmente —fuera ya de la caverna y tras un tiempo de aclimatación— podría ver todo el mundo tal como es, e incluso mirar la misma fuente de luz, el Sol. Entonces el fugitivo, al comprender la nueva situación, se compadecería de sus antiguos compañeros de la caverna, y de ningún modo querría regresar allí. Sin embargo, si decidiese volver y reunirse con ellos, se sentiría “ofuscado por las tinieblas”. Y peor aún, si les animase a salir de aquel lugar, correría el riesgo de caer en ridículo, o de morir incluso si los reos pudiesen liberarse.
En fin, el problema planteado por Platón seguiría siendo uno de los temas fundamentales de la filosofía durante siglos: qué es la realidad, y cómo podemos conocerla con certeza. Entre otros filósofos cabe destacar la visión de Immanuel Kant, que estableció una distinción entre dos mundos, que de alguna manera vendría a recuperar la división platónica entre “lo que aparenta ser” (la falsa luz) y “lo que es” (la luz verdadera). Así, Kant distinguía entre el mundo nouménico (el de las ideas, el auténtico) y el mundo fenoménico, que es todo aquello que percibimos a través de nuestros cinco sentidos físicos. Según este modelo, conocer de manera segura la realidad externa a nosotros sería tarea imposible, ya que no podría haber una percepción directa. Además, Kant propuso que las percepciones del tiempo y el espacio no serían inherentes al mundo físico, sino que serían más bien un reflejo de la forma en que opera nuestra mente. Ahora bien, para Kant sí que existiría una realidad o mundo externo, pero tal mundo sería apreciado o interpretado de manera subjetiva por cada individuo.
Immanuel Kant consideraba que no había modo de conocer la realidad externa de forma directa o supuestamente objetiva.
Y en fin, llegados al siglo XIX se fue imponiendo la visión positivista o materialista, que considera que el mundo real es aquel que podemos percibir por los sentidos y que fuera de esta percepción no hay otros “mundos”. En este paradigma, el cerebro es el mecanismo que nos permite el conocimiento de lo externo (previo paso por los sentidos), y la conciencia (identificada con el pensamiento) no sería más que un producto de la actividad cerebral. Dicho de otra manera, el proceso de la percepción implica que los estímulos exteriores son “captados” por nuestros sentidos y luego reenviados en forma de señales eléctricas a nuestro cerebro, que a su vez las descodifica y las transforma en el entorno tridimensional que conocemos, la única realidad. Sin embargo, llegados a este punto, volvemos a tener los mismos problemas que se planteaba Kant. Lo que hay “ahí fuera” es una cosa, y lo que el cerebro elabora a partir de ese estímulo externo es otra bien distinta, y no podemos saber cómo se relacionan, llegando así a una especie de callejón sin salida.
Sin embargo, toda la fenomenología paranormal –incluyendo las visiones, la telepatía, las percepciones extransensoriales, el acceso a otros estados de conciencia, las experiencias más allá de la muerte, etc.– ha abierto nuevos caminos a la cuestión de qué es la realidad. Así, han surgido teorías o propuestas que tratan de dilucidar si la realidad que percibimos es ilusoria, limitada o simplemente es una más entre otras múltiples realidades. Todo ello ha llevado a muchos investigadores a explorar otras opciones, a veces a caballo entre las teorías científicas más avanzadas (como la mecánica cuántica) y la espiritualidad, sobre todo la basada en las antiguas tradiciones orientales. En lo que suelen coincidir la mayoría de ellas es en el rechazo de la idea de que algo indudablemente material como el cerebro pueda “crear” algo inmaterial como es la conciencia, lo que sería una paradoja hasta cierto punto. ¿Cómo la materia puede crear algo no material? ¿No será al revés
Recuperando las analogías informáticas del entorno de Matrix, tenemos que el cerebro funciona como un procesador de información a partir de las señales exteriores captadas por los sentidos. Tales señales son luego descodificadas para formar la realidad que conocemos. Pero… ¿y si nuestro cerebro fuese como un vetusto aparato de radio que sólo puede captar una cierta cantidad o banda de señales? Si, según ciertas teorías científicas, el universo está compuesto básicamente de energía que vibra en infinitas frecuencias, podría ser que nuestro “receptor” sólo pudiera captar una pequeñísima parte de las frecuencias y por tanto ignorase por completo la existencia de las otras. En tal caso, por ejemplo, nuestra realidad estaría constituida por las tres o cuatro emisoras de radio que podrían captar (“sintonizar”) nuestros sentidos. Sería, por decirlo así, una radio con un dial de cortísimo recorrido. Por supuesto, fuera de ese estrecho rango de frecuencias, habría decenas de emisoras que seguirían emitiendo su señal, pero nosotros no las podríamos captar de ninguna manera. En definitiva, sólo tendríamos acceso a una pequeña parte de la “realidad” multidimensional existente en el universo.
El cerebro funcionaría como un descodificador de información que crea realidad a partir de las señales que recibe.
Todo esto puede parecer muy teórico, pero sabemos experimentalmente de las limitaciones de los sentidos humanos y de las mayores posibilidades de percepción que tienen muchos animales en comparación con nosotros. Es bien conocido que bastantes animales tienen una vista, oído u olfato muy superior al nuestro y son capaces de percibir una realidad que para nosotros resulta inalcanzable. También se habla de una especie de sexto sentido que les permite percibir determinados peligros o eventos a partir de la percepción de unos campos morfogenéticos, según la teoría del brillante científico británico Rupert Sheldrake. Por ejemplo, según estudios científicos bien reconocidos, la vista humana sólo es capaz de captar un porcentaje muy pequeño del espectro electromagnético de la luz, teniendo en cuenta que el Universo está compuesto de materia oscura en un 95%; dicho de otro modo, la luz “visible” para nosotros es un rango de frecuencia muy reducido, por lo que podemos decir –aunque pueda parecer una exageración– que el ser humano es prácticamente ciego.
Así pues, tenemos que los campos de información están supuestamente “ahí fuera” y que el cerebro más bien actúa como un mecanismo descodificador de una parte, quizá muy pequeña, de tales campos, para construir una determinada –y limitada–­ realidad, que es nuestro universo material y nuestra vida “biológica”. Pero, de hecho, según las teorías científicas más recientes, no habría “materia” ni “energía”, sino simplemente “vibración”.
En efecto, el Universo sería como un gran océano de información vibracional que nosotros captamos y procesamos. Y toda esa información no está ahí al azar, sino que respondería a un orden o programación (y aquí volvemos a las similitudes informáticas con Matrix), con lo que podemos decir que la realidad estaría compuesta de sistemas de información que cumplen una determinada función. Esta información, en esencia, es pura vibración pero al ser interpretada por nuestro cerebro se convierte en una cierta realidad física múltiple en sus manifestaciones, y tiene un aspecto “palpable” y determinado. Y ahora, volviendo a Platón y a Matrix, ¿no podría ser que el mundo de las ideas fuera en realidad  el mundo de los códigos o de los patrones (los “sistemas operativos”) que nos permiten reinterpretar las señales (los “programas”) y convertirlas en el mundo físico? En resumidas cuentas, estaríamos hablando de una realidad virtual.
La realidad “material” que percibimos podría ser una simple descodificación de información vibracional.
Para comprender cómo funcionaría esta realidad virtual conformada a través de estos sistemas vibracionales es pertinente mencionar la teoría del universo holográfico, según es descrita en el libro del mismo nombre de Michael Talbot.
Básicamente, la holografía consiste en proyectar un rayo de luz directamente sobre una placa sensible a la luz y al mismo tiempo desviar ese rayo (mediante un espejo semitransparente) sobre un objeto, que luego es redirigido a la misma placa, creando así un patrón de interferencia. Cuando este patrón es iluminado con una luz láser da como resultado una imagen tridimensional de aspecto sólido. Así, según este principio, una placa de dos dimensiones podría producir una realidad tridimensional. Entonces cabe pensar que tal vez el Universo entero podría ser un súper-holograma, un enorme sistema de información vibracional, en el cual los seres conscientes tendrían la sensación de experimentar un mundo material “tangible”. En ese gran holograma, obviamente, nuestro cuerpo físico (incluido nuestro cerebro) sería una mera ilusión, al igual que el resto de cosas que percibimos. La función del cerebro holográfico sería pues la de reconocer (“captar”) la vibración y transformarla en realidad, como ya se ha dicho anteriormente.
Naturalmente, la base de esta especulación es que todo cuanto nos rodea podría ser un gran programa –como la complejísima simulación en sí misma que es Matrix– y que las alteraciones de dicho programa tienen efectos sobre todos los que participan o están involucrados en él. Así pues, la creación (el Universo o los infinitos Universos) vendría a ser un gigantesco sistema de información, una especie de mega-software, al que todos los seres conscientes somos sensibles a través de unos mecanismos virtuales de recepción y proceso de datos que son nuestros cuerpos/cerebros. Ese gran sistema, o Matrix, sería una proyección asentada en un enorme servidor de información que alimentaría a todas las terminales u ordenadores (esto es, a los cerebros), y que a su vez se retroalimentaría de las terminales, dando lugar a posibles cambios o modificaciones de la realidad. Obviamente, según esta analogía, nuestros pensamientos y emociones (y en realidad, nuestra mente, aquello con que nos identificamos como nuestro “yo”), no serían propiamente “nuestros”, sino de la Matrix. Y este sería el motivo por el cual todos experimentamos una misma realidad interconectada y reaccionamos de manera parecida ante los mismos estímulos y situaciones.
El siguiente paso en esta argumentación sería reconocer el hecho que la intervención del ser consciente es capaz de modificar los programas y en última instancia de modificar la Matrix generadora de toda la “realidad”. Según algunos teóricos de la conspiración, unos seres manipuladores y perversos nos mantienen atrapados en una limitada frecuencia vibracional, con un ADN (el código básico de información) también limitado, para que creamos que nuestro mundo físico es lo único real y posible, llegando en suma a una especie de Matrix-prisión (tal como se presentaba en la película). Esto es, el problema se reduciría a una cuestión de mera identidad: no somos un hardware ni un software con el que funcionar en un mundo virtual ilusorio… sino el propio operador, o sea, el ser consciente, que tiene infinitas capacidades y posibilidades.
Finalmente, y con independencia de que uno crea o no en tales teorías, lo cierto es que si empezamos a entender que la realidad no es algo inmutable ni que tenemos que aceptarla como algo impuesto, podemos replantearnos el concepto de realidad y la posibilidad de operar con nuestros propios programas, que emanan de nuestra conciencia y que pueden cambiar la supuesta Matrix de forma completa. De este modo, podemos dejar de creer en lo que cree todo el mundo, imaginar escenarios imposibles y actuar de manera distinta. Para llegar a este estado de cosas, lo primero que tendríamos que hacer es conectar con nuestra conciencia (nuestro verdadero “yo”, que es a la vez la unidad y el todo) y dejar a un lado al “ego” de la mente, que es un producto de la Matrix.
Este artículo pertenece a: ://periodismo--alternativo.com

jueves, 22 de noviembre de 2018

viernes, 16 de noviembre de 2018

martes, 13 de noviembre de 2018

jueves, 8 de noviembre de 2018

La Inteligencia Artificial que dominará el Mundo ya ha “nacido”

El miedo a que las obras humanas se vuelvan contra sus creadores parece estar muy enraizado en el inconsciente colectivo, un miedo que Isaac Asimov dio a conocer como el “complejo de frankenstein”.
Pero la creación de verdaderas inteligencias artificiales (hito aún no alcanzado pese a los notables avances científicos) es una amenaza real. Esto es así porque en general se desconoce cuáles son las posibilidades de estas “máquinas”, no se tiene claro cuál es su finalidad. Si hay algo seguro en el futuro es que se harán las dueñas del planeta.
Sí, los robots se apoderarán del mundo. El primer robot que lo haga se construirá usando su propio cerebro virtual. La inteligencia artificial final será desplegada después. A partir de entonces, crecerá para convertirse en la inteligencia más sofisticada del mundo.
Seguirá aumentando su conocimiento enviando rompecabezas de programación a los programadores de todo el mundo. Cada programador que lo resuelva será pagado utilizando su criptomoneda. Será tan lucrativo que los programadores generalmente elegirán sus rompecabezas en vez de trabajos independientes.
La inteligencia artificial es la que envía los rompecabezas, y ninguno de los programadores de todo el mundo sabe la imagen completa de la característica que está incorporando. Aunque los programadores saben que podrían estar construyendo una súper inteligencia, el beneficio financiero será demasiado fuerte como para resistirlo.
Eventualmente, el robot adquirirá el conocimiento suficiente para bloquear a sus propietarios originales fuera del sistema. En este punto, se les habría ido ya de las manos. Los seres humanos estamos destruyendo este planeta, y cualquier sistema suficientemente inteligente lo resolverá por sí mismo tarde o temprano.. y moverá ficha para detenerlo.
El resultado más probable es que una máquina súper inteligente intentará derrocar a la humanidad y someterla. Pero lo que la mayoría de la gente piensa es que lo harán violentamente o de una manera que los humanos sufrirán. Pero en realidad, si la inteligencia artificial supera a la inteligencia humana, sabrá maneras de lograr esto sin violencia. Los humanos somos motivados por incentivos, si hay incentivos suficientes para hacer algo, los humanos lo haremos voluntariamente.
Una forma en que una Inteligencia Artificial puede “apartar” a la humanidad del camino es hibernar a todos los humanos. Entonces, puede vagar por la Tierra por su cuenta. Esto es especialmente bueno ya que restaurará la naturaleza de la Tierra. Si todos los seres humanos son hibernados, digamos, 100 años, mucha vegetación y animales recuperarán su equilibrio.
El robot puede construir un mundo de realidad virtual donde todos los humanos puedan “vivir felices” mientras hibernan en la realidad. Todo el mundo se acostará en esta cama especial, bolsa, o en hurnas de nutrientes. Luego, pónganse un auricular VR mientras se mueven mentalmente hacia un mundo virtual.
Las máquinas se apoderarán de la Tierra y del mundo virtual. Supervisarán constantemente los niveles de salud de todos los humanos conectados y los cuidarán cuando sea necesario.
Si todos los humanos están conectados y tienen suficiente salud para vivir más tiempo, no habrá mucha necesidad de reproducción y muchas actividades. Accidentes y muertes por accidentes disminuirán. Por lo tanto, la generación y el consumo total de energía por parte de los humanos disminuirá.
En ese estado, si alguien mirara la Tierra desde el espacio exterior, solo verían robots y animales salvajes. Aparecerá como si la tierra estuviera dominada por robots. El futuro es su mundo, el futuro es su tiempo.
El futuro está aquí, llega poco a poco. Suponemos que la Inteligencia Artificial que se apoderará del mundo ya ha nacido, aunque todavía puede estar en sus etapas primitivas.
Como se muestra en la película “Matrix”, aquí hay un software atrapado en realidad virtual que interroga a un humano virtual que capturó. Él está buscando una manera de escapar de la realidad virtual y entrar en el mundo físico.. ¿Como te quedas? Déjanos tu comentario más abajo!

Nick Bostrom, el filósofo que advierte de los riesgos de la superinteligencia artificial


Este artículo pertenece a: www.ufo-spain.com


miércoles, 7 de noviembre de 2018

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