domingo, 28 de diciembre de 2014

Un Curso De Milagros
Lección 76

No me gobiernan otras leyes que las de Dios


Un Curso De Milagros

LECCIÓN 76

No me gobiernan otras leyes que las de Dios.

Hemos visto antes cuantas cosas absurdas te han parecido ser la salvación. Cada una de ellas te ha aprisionado con leyes tan absurdas como ellas mismas. Sin embargo, no estás aprisionado por ninguna de esas cosas. Mas para comprender que esto es cierto, primero te tienes que dar cuenta de que la salvación no se encuentra en ninguna de ellas. mientras la busques en cosas que no tienen sentido te atarás a ti mismo a leyes que tampoco tienen sentido. Y de esta manera, tratarás de probar que la salvación está donde no está.
Hoy nos alegraremos de que no puedas probarlo. Pues si pudieses, buscarías la salvación eternamente donde no está, y jamás la hallarías. La idea de hoy te repite una vez más cuán simple es la salvación. Búscala allí donde te espera y allí la hallaras No la busques en ninguna otra parte, pues no está en ninguna otra parte.
Piensa en la liberación que te brinda el reconocimiento de que no estás atado a las extrañas y enrevesadas leyes que has promulgado para que te salven. Crees realmente que te morirías de hambre a menos que tengas fajos de tiras de papel moneda y montones de discos de metal. Crees realmente que una pequeña píldora que te tomes o que cierto fluido inyectado en tus venas con una fina aguja te resguardará de las enfermedades y de la muerte. Crees realmente que estás solo a no ser que otro cuerpo esté contigo.
La demencia es la que piensa estas cosas. Tú las Ramas leyes y las anotas bajo diferentes nombres en un extenso catálogo de rituales que no sirven para nada ni tienen ningún propósito. Crees que debes obedecer las "leyes" de la medicina de la economía y de la salud. Protege el cuerpo y te salvarás.
Eso no son leyes, sino locura. El cuerpo se ve amenazado por la mente que se hace daño a sí misma. El cuerpo sufre sólo para que la mente no pueda darse cuenta de que es la víctima de sí misma. El sufrimiento corporal es una máscara de la que la mente se vale para ocultar lo que realmente sufre. No quiere entender que es su propia enemiga; que se ataca a sí misma y que quiere morir. De esto es de lo que tus "leyes" quieren salvar al cuerpo. Para esto es para lo que crees ser un cuerpo.
No hay más leyes que las de Dios. Esto necesita repetirse una y otra vez hasta que te des cuenta de que es aplicable a todo lo que has hecho en oposición a la Voluntad de Dios. Tu magia no tiene sentido. Lo que pretende salvar no existe. únicamente lo que pretende ocultar te salvará.
Las leyes de Dios jamás pueden ser reemplazadas. Dedicaremos el día de hoy a regocijarnos de que así sea. No es ésta una verdad que queramos seguir ocultando. En lugar de ello nos daremos cuenta de que es una verdad que nos mantiene libres para siempre. La magia aprisiona, pero las leyes de Dios liberan. La luz ha llegado porque no hay más leyes que las de Él.
Comenzaremos hoy las sesiones de práctica más largas con un breve repaso de las diferentes clases de "leyes" que hemos creído necesario acatar. Éstas incluyen, por ejemplo, las "leyes" de la nutrición, de la inmunización, de los medicamentos y de la protección del cuerpo en las innumerables maneras en que ésta se lleva a cabo. Crees también en las "leyes" de la amistad, de las "buenas" relaciones y de la reciprocidad. puede que hasta incluso creas que hay leyes que regulan lo que es de Dios y lo que es tuyo. Muchas "religiones" se han basado en eso. Dichas religiones no salvan, sino que condenan en nombre del Cielo. En cualquier caso, sus leyes no son más extrañas que otras "leyes" que tú crees que debes obedecer para estar a salvo.
No hay más leyes que las de Dios. Deshecha hoy todas tus insensatas creencias mágicas y mantén la mente en un estado de silenciosa preparación para escuchar la Voz que te dice la verdad. Estarás escuchando a Uno que te dice que de acuerdo con las leyes de Dios las pérdidas no existen. No se hacen ni se reciben pagos; no se pueden hacer intercambios; no hay substitutos y ninguna cosa es reemplazada por otra. Las leyes de Dios dan eternamente sin jamás quitar nada.
Escucha a Aquél que te dice esto y date cuenta de cuán insensatas son las "leyes" que tú pensabas regían el mundo que creías ver. Sigue prestando atención. Él te dirá más. Te hablará del Amor que tu Padre te profesa de la infinita dicha que te ofrece, de la ardiente añoranza que siente por Su único Hijo, creado como Su canal de creación, pero que éste le niega debido a su creencia en el infierno.
Abramos hoy los canales de Dios y permitamos que Su Voluntad se extienda a través de nosotros hasta Él. De esa manera es como la creación se expande infinitamente. Su Voz nos hablará de esto, así como de los gozos del Cielo, que Sus leyes mantienen por siempre ilimitados. Repetiremos la idea de hoy hasta que hayamos escuchado y comprendido que no hay más leyes que las de Dios. Después nos diremos a nosotros mismos, a modo de dedicatoria con la cual concluye la sesión de práctica:
No me gobiernan otras leyes que las de Dios.
Repetiremos hoy esta dedicatoria tan a menudo como sea posible; por lo menos cuatro o cinco veces por hora, así como en respuesta a cualquier tentación de sentirnos sujetos a otras leyes a lo largo del día. Es nuestra declaración de que estamos a salvo de todo peligro y de toda tiranía. Es nuestro reconocimiento de que Dios es nuestro Padre y de que Su Hijo se ha salvado.
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lunes, 22 de diciembre de 2014

Un Curso De Milagros
Lección 75

La luz ha llegado


Un Curso De Milagros

LECCIÓN 75

La luz ha llegado.

La luz ha llegado. Te has curado y puedes curar. La luz ha llegado. Te has salvado y puedes salvar. estás en paz y llevas la paz contigo dondequiera que vas. Las tinieblas, el conflicto y la muerte han desaparecido. La luz ha llegado.
Hoy celebramos el feliz desenlace de tu largo sueño de desastres. Ya no habrá más sueños tenebrosos. La luz ha llegado. Hoy comienza la era de la luz para ti y para todos los demás. Es una nueva era, de la que ha nacido un mundo nuevo. y cuando el viejo pasó de largo, no dejó rastro alguno sobre el nuevo. Hoy vemos un mundo diferente porque la luz ha llegado.
Nuestros ejercicios de hoy serán ejercicios felices, pues en ellos daremos gracias por la desaparición de lo viejo y el comienzo de lo nuevo. Ya no quedan sombras del pasado que puedan nublar nuestra vista y ocultar el mundo que el perdón nos ofrece. Hoy aceptaremos el nuevo mundo como lo que deseamos ver. Lo que anhelamos se nos concederá. Nuestra voluntad es ver la luz; la luz ha llegado.
Dedicaremos nuestras sesiones de práctica más largas a ver el mundo que el perdón nos muestra. Eso, y sólo eso, es lo que queremos ver. Nuestro único propósito hace que la consecución de nuestro objetivo sea inevitable. Hoy el mundo real se alza jubiloso ante nosotros para que por fin lo podamos ver. Se nos concede la visión ahora que la luz ha llegado.
No queremos ver hoy sobre el mundo la sombra del ego. Vemos la luz y en ella vemos el reflejo del Cielo extenderse por todo el mundo. Comienza las sesiones de práctica más largas dándote a ti mismo las buenas nuevas de tu liberación:
La luz ha llegado.
He perdonado al mundo.
Mantén tu mente No te entretengas hoy en el pasado. completamente receptiva, libre de todas las ideas del pasado y de todo concepto que hayas inventado. Hoy has perdonado al mundo. Puedes contemplarlo ahora como si nunca antes lo hubieses Visto. todavía no sabes qué aspecto tiene. Simplemente estás esperando a que se te muestre. Mientras esperas, repite varias veces lentamente y con absoluta paciencia:
La luz ha llegado.
He perdonado al mundo.
Date cuenta de que tu perdón te hace acreedor a la visión. Entiende que el Espíritu Santo jamás deja de darles el don de la visión a los que perdonan. Confía en que Él no dejará de dártelo a ti ahora. Has perdonado al mundo. El Espíritu Santo estará contigo mientras observas y esperas. Él te mostrará lo que la verdadera visión ve. Ésa es Su Voluntad y tú te has unido a Él. espéralo pacientemente. Él estará allí. La luz ha llegado. Has perdonado al mundo.
Dile que sabes que no puedes fracasar en tu empeño porque confías en Él. Y dite a ti mismo que esperas lleno de certeza poder contemplar el mundo que Él te ha prometido. De ahora en adelante verás de otra manera. La luz ha llegado hoy. Y verás el mundo que se te ha prometido desde los orígenes del tiempo, en el cual el fin del tiempo está garantizado.
Las sesiones de práctica más cortas serán asimismo jubilosos recordatorios de tu emancipación. Recuérdate a ti mismo cada cuarto de hora aproximadamente que hoy es un día de una celebración especial. Da gracias por la misericordia y el Amor de Dios. Regocíjate de que el perdón tenga el poder de sanar completamente tu vista. confía en que este día será un nuevo comienzo. Sin las tinieblas del pasado sobre tus ojos, hoy no podrás sino ven y tu acogida a lo que veas será tal que felizmente extenderás el día de hoy para siempre.
Di entonces:
La luz ha llegado.
He perdonado al mundo.
Si te asaltase la tentación, dile a quienquiera que parezca estarte llevando nuevamente a las tinieblas:
La luz ha llegado.
Te he perdonado.
Dedicamos este día a la serenidad en la que Dios quiere que estés. Manténla en la conciencia que tienes de ti mismo y contémplala en todas partes hoy, según celebramos el comienzo de tu visión y del panorama que ofrece el mundo real, el cual ha venido a reemplazar al mundo que no habías perdonado y que pensabas era real.
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sábado, 20 de diciembre de 2014

Un Curso De Milagros
Lección 74
No hay más voluntad que la de Dios

Un Curso De Milagros

LECCIÓN 74

No hay más voluntad que la de Dios.

La idea de hoy se puede considerar como el punto central hacia el cual se dirigen todos nuestros ejercicios. La Voluntad de Dios es la única Voluntad. Cuando hayas reconocido esto, habrás reconocido que tu voluntad es la Suya. La creencia de que el conflicto es posible habrá desaparecido. La paz habrá reemplazado a la extraña idea de que te atormentan objetivos conflictivos. En cuanto que expresión de la Voluntad de Dios, no tienes otro objetivo que el Suyo.
La idea de hoy encierra una gran paz, y lo que los ejercicios de hoy se proponen es encontrarla. La idea en sí es completamente cierta. Por lo tanto, no puede dar lugar a ilusiones. Sin ilusiones, el conflicto es imposible. tratemos hoy de reconocer esto y de experimentar la paz que este reconocimiento nos brinda.
Comienza las sesiones de práctica más largas repitiendo lentamente los pensamientos que siguen a continuación varias veces, con la firme determinación de comprender su significado y de retenerlos en la mente:
No hay más voluntad que la de Dios.
No puedo estar en conflicto.
Dedica entonces varios minutos a añadir pensamientos afines, tales como:
Estoy en paz.
Nada puede perturbarme.
Mi voluntad es la de Dios.
Mi voluntad y la de Dios son una.
La Voluntad de Dios es que Su Hijo esté en paz.
Durante esta fase introductoria, asegúrate de hacerle frente en seguida a cualquier pensamiento conflictivo que pueda cruzar tu mente. Di de inmediato:
No hay más voluntad que la de Dios.
Estos pensamientos conflictivos no significan nada.
Si algún asunto parece ser muy difícil de resolver, resérvalo para un examen más detenido. Piensa en él brevemente, aunque de manera muy concreta, identificando la persona o personas en cuestión y la situación o situaciones de que se trate, y di para tus adentros:
No hay más voluntad que la de Dios.
Yo la comparto con Él. mis conflictos con respecto a ___ no pueden ser reales.
Después que hayas despejado tu mente de esta manera, cierra los ojos y trata de experimentar la paz a la que tu realidad te da derecho. Sumérgete en ella y siente como te va envolviendo. Puede que te asalte la tentación de confundir estas prácticas con el ensimismamiento, pero la diferencia entre ambas cosas es fácil de detectar. Si estás llevando a cabo el ejercicio correctamente, sentirás una profunda sensación de dicha y mayor agudeza mental en vez de somnolencia y enervamiento.
La paz se caracteriza por la dicha. Cuando experimentes dicha sabrás que has alcanzado la paz. Si tienes la sensación de estar cayendo en el ensimismamiento, repite la idea de hoy de inmediato y luego vuelve al ejercicio. Haz esto cuantas veces sea necesario. Es ciertamente ventajoso negarse a buscar refugio en el ensimismamiento, aún si no llegas a experimentar la paz que andas buscando.
En las sesiones más cortas, que hoy se deben llevar a cabo a intervalos regulares previamente determinados, di para tus adentros:
No hay más voluntad que la de Dios.
Hoy busco Su paz.
Trata entonces de hallar lo que buscas. dedicar uno o dos minutos cada media hora a hacer este ejercicio - con los ojos cerrados a ser posible - será tiempo bien empleado.
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viernes, 19 de diciembre de 2014

Palestina:

Palestina:

Palestina: "No somos terroristas, sino un pueblo que intenta sobrevivir"

Palestina: no somos terroristas, somos un pueblo que intenta sobrevivir en la ocupación
Un Curso De Milagros
Lección 73
Mi voluntad es que haya luz

Un Curso De Milagros

LECCIÓN 73

Mi voluntad es que haya luz.

Hoy vamos a examinar la voluntad que compartes con Dios. Dicha voluntad no es lo mismo que los vanos deseos del ego, de los cuales emanan las tinieblas y la nada. La voluntad que compartes con Dios encierra dentro de si todo el poder de la creación. Los vanos deseos del ego no se pueden compartir y, por lo tanto, no tienen poder alguno. Sus deseos no son infructuosos en el sentido de que pueden dar lugar a un mundo de ilusiones en el cual puedes llegar a creer ciegamente. Desde el punto de vista de la creación, no obstante, son ciertamente infructuosos, pues no dan lugar a nada que sea real.
Los vanos deseos y los resentimientos son socios o co-fabricantes del mundo tal como lo ves. Los deseos del ego dieron lugar al mundo, y la necesidad del ego de abrigar resentimientos - los cuales son indispensables para sustentar este mundo - lo pueblan de figuras que parecen atacarte y hacer que tus juicios estén "justificados" Estas figuras se convierten en los intermediarios que el ego emplea en el tráfico de resentimientos. Se interponen entre tu conciencia y la realidad de tus hermanos. Al contemplar dichas figuras, no puedes conocer a tus hermanos ni a tu Ser.
Pierdes conciencia de tu voluntad en esta extraña transacción en la que la culpabilidad se trueca una y otra vez, y los resentimientos aumentan con cada intercambio. ¿Cómo iba a haber podido crear semejante mundo la Voluntad que el Hijo de Dios comparte con su Padre? ¿Acaso creó Dios desastres para Su Hijo? La creación es la Voluntad conjunta de Ambos. ¿Cómo iba Dios a crear un mundo que pudiese destruirlo a Él?
Hoy trataremos una vez más de ponernos en contacto con el mundo que está acorde con tu voluntad. La luz está en él porque no se opone a la Voluntad de Dios. No es el Cielo, pero la luz del Cielo resplandece sobre él. Las tinieblas han desaparecido, al igual que los vanos deseos del ego. Sin embargo, la luz que resplandece sobre dicho mundo es un reflejo de tu voluntad. Por lo tanto, es dentro de ti donde la buscaremos.
Tu imagen del mundo tan sólo puede reflejar lo que está dentro de ti. Ni la fuente de la luz ni la de la obscuridad pueden encontrarse fuera de ti. Tus resentimientos nublan tu mente, y, como consecuencia de ello, contemplas un mundo tenebroso. El perdón despeja las tinieblas, reafirma tu voluntad y te permite contemplar un mundo de luz. Hemos subrayado repetidas veces que es fácil salvar la barrera de los resentimientos, y que ésta no puede interponerse entre tu salvación y tú. La razón es muy simple. ¿Quieres realmente estar en el infierno? ¿Quieres realmente gemir, sufrir y morir?
Olvídate de los argumentos del ego que tratan de probar que todo eso es realmente el Cielo. Tú bien sabes que no lo es. Eso no puede ser lo que tú deseas para ti mismo. Hay un punto más allá del cual las ilusiones no pueden pasar. El sufrimiento no es felicidad, y la felicidad es lo que realmente deseas. Eso es lo que en verdad es tu voluntad. y por ende, la salvación es asimismo tu voluntad. Tú quieres tener éxito en lo que nos proponemos hacer hoy Así que lo emprendemos con tu bendición y grata conformidad.
Tendremos éxito hoy si recuerdas que lo que quieres para ti es la salvación. Quieres aceptar el plan de Dios porque eres parte integrante de él. No tienes ninguna voluntad que realmente se pueda oponer a ese plan, ni tampoco es ése tu deseo. La salvación es para ti. Por encima de todo, quieres tener la libertad de recordar quién eres realmente. Hoy es el ego el que se encuentra impotente ante tu voluntad. Tu voluntad es libre, y nada puede prevalecer contra ella.
Abordaremos los ejercicios de hoy, por lo tanto, con entusiasma y confianza, seguros de que encontraremos lo que es tu voluntad encontrar y de que recordaremos lo que es tu voluntad recordar. Ningún deseo vano puede detenernos ni engañarnos con ilusiones de fuerza. Deja que hoy se haga tu voluntad, y pon fin de una vez por todas a la absurda creencia de que prefieres el infierno al Cielo.
Comenzaremos nuestras sesiones de práctica más largas reconociendo que el plan de Dios para la salvación, y sólo el Suyo, es el que está en completo acuerdo con tu voluntad. No es el propósito de un poder extraño que se te impone en contra de tu voluntad. Es el único propósito aquí con el que tú y tu Padre estáis perfectamente de acuerdo. Triunfarás hoy: la hora señalada para la emancipación del Hijo de Dios del infierno y de todos los deseos vanos. Su voluntad queda ahora reinstaurada en su conciencia. Él está dispuesto hoy mismo a contemplar la luz que mora en él y a salvarse.
Después que te hayas recordado esto a ti mismo y hayas resuelto mantener tu voluntad claramente en tu mente, repite para tus adentros estas palabras con templada determinación y tranquila certeza:
Mi voluntad es que haya luz.
Quiero contemplar la luz que refleja la Voluntad de Dios y la mía.
Deja entonces que tu voluntad se afirme a sí misma, unida al poder de Dios y en unión con tu Ser. Pon el resto de la sesión de práctica bajo Su dirección. únete a Ellos que te señalan el camino.
En las sesiones de práctica más cortas, declara nuevamente lo que realmente deseas. Di:
Mi voluntad es que haya luz.
La obscuridad no es mi voluntad.
Debes repetir esto varias veces por hora. Es de suma importancia, no obstante, que apliques esta idea de inmediato si te sientes tentado de abrigar cualquier clase de resentimiento. Esto te ayudará a desprenderte de todos ellos en lugar de seguir abrigándolos y ocultándolos en la obscuridad.
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jueves, 18 de diciembre de 2014

Beca 10.000 entregada por la Senescyt

Y mientras tanto en Ecuador!!!

Y si llegamos a un acuerdo?

Existe bastante literatura sobre el experimento del centésimo mono, y los permanentes buscadores de información para encontrar esos trozos de verdad que existe en cada libro que leemos, cada documental o vídeo que vemos y por supuesto en cada experiencia que vivimos, saben de que trata el experimento.

Hay quienes aseguran que usando el mismo método experimental en cuestión, ciertas élites logran direccionar el pensamiento de las masas hacia un objetivo especifico que es de su interés, dicho de forma mas sencilla a través de los espectáculos públicos donde hay exaltación, euforia y donde la masa se olvida de si misma y pierde conciencia y solo se deja llevar por el espíritu colectivo que se manifiesta en ese momento; otro ejemplo pueden ser las guerras.

Pero podemos usar el mismo poder ya que es nuestro para cambiar el rumbo de las cosas, y no es difícil. Tal vez lo mas complejo seria llegar a un consenso de que queremos cambiar primero toda vez que en este planeta hay varias cosas que enderezar. Pero un buen inicio seria romper con la esclavitud del dinero, ojo, no digo prescindir del dinero, sino renovar, cambiar, transformar, mirar desde otro angulo nuestra relación con el dinero. Y por qué debería ser esta nuestra primera meta alcanzar, porque de aquí se derivan muchos miedos y la mayoría de tragedias en el mundo entero esta relacionada con el miedo a no tener, perder o no alcanzar nuestras metas económicas.

Vemos a diario en los medios de comunicación del mundo entero que todo gira en torno a la relación que tenemos con el dinero, muchos creen o tal vez interpretan como si se tratase de dinero, pues no es así, se trata mas bien de nuestra relación con este, se trata de que percibimos la vida a través de el y que creemos y sentimos que no somos nada o poco sin el dinero y de ahí se derivan una seria de emociones que nos hace desequilibrar todo lo demás.

En estos momento el mundo asiste de forma silenciosa a una "guerra fría monetaria", entre Rusia y Occidente, y se llenan los noticieros informando lo duro que el mundo lo esta pasando por esto y por aquello y el petroleo, el dolar, el EI, y todos esos cucos que ya son patentes, improntas, programas, sellos establecidos que cada vez que quieren causar pánico hay todo un aparataje que se encarga de activarlo. En realidad alguien cree que se pueda dar una crisis de dinero?, el que lo cree que considere ir donde un psiquiatra, solo es la voluntad de persona que juegan un juego miserable por codicia.

Entonces vamos a seguir temblando de miedo cada vez que a un psicópata se le ocurre poner   propagar rumores de crisis monetaria?, la respuesta es NO, si cambiamos nuestra relación y forma de ver el dinero así de simple los dejaríamos sin piso pues ya no tendría conque asustarnos.

Si los países reciben menos renta por exportación, que así sea el mundo no va a terminar por eso y para entenderlo solo hay que darse cuenta, pues que todos ganemos menos por un tiempo no va hacer diferencia, si cae el precio del petroleo que así sea, todos percibamos menos y con un acuerdo en donde todos estemos cociente que no va a pasar nada salvo que los codiciosos nos van a querer convencer que esto es malo, malo para qué y para quién?.

Lo principal es el ser humano, y tenemos muchas fuentes de energía para usar en nuestro beneficio salvo que le hemos hecho todo un culto al petroleo y ahora todo mundo se asusta como si nuestra sangre fuera de petroleo, solo es maya ilusión no existe ningún peligro real.

Lleguemos a un acuerdo y propongamos cambiar nuestra forma de relacionarnos con el dinero y terminaremos con una buena parte de la esclavitud a la que estamos sometidos, con una buena parte de la población mundial que se una a la idea sera suficiente, somos muchos mas quienes queremos vivir en paz los psicópatas, codiciosos, avaros y demás acólitos son pocos y solo porque han logrado amasar una gran fortuna y esclavizar nuestras mentes con esa relación toxica que tenemos con el dinero, se los ve como fuertes.

LA LLAVE DE LA CADENA, ESTA EN NUESTRA MENTE.

RA
Jean Paul 
UNA MANIFESTACION DONDE HAY 20 MILLONES DE PERSONAS NO ES NOTICIA? PARECE QUE NO! LOS MEDIOS NO LE DIERON COBERTURA A ESTE EVENTO EN KERBALA, IRAK QUE CULMINO EL PASADO FIN DE SEMANA!
20 millones de personas de diferentes religiones, culturas y demás se reúnen en Karbala, Irak desafiando a los terroristas de ISIS mostrando lo que es realmente el ISLAM! 
Marcha contra la opresión, la injusticia. Se reunieron Millones de musulmanes y no musulmanes procedentes de todo el mundo a la ciudad santa de Karbala (centro de Irak) para tomar parte en la ceremonia de Arbain, el día cuarenta después del martirio del tercer Imam de los chiíes, el Imam Husein (la paz sea con él), el día 13 de diciembre.
Ceremonias de Ashura simbolizan postura eterna e inquebrantable de la verdad contra la mentira y la lucha de la humanidad contra la injusticia, la tiranía y la opresión, la causa por la que el Imam Husein y sus 72 compañeros fueron martirizados.





Un Curso De Milagros
Lección 72
Abrigar resentimientos es un ataque contra el plan de Dios para la salvación

Un Curso De Milagros

LECCIÓN 72

Abrigar resentimientos es un ataque contra el plan de Dios para la salvación

Aunque hemos reconocido que el plan del ego para la salvación es el opuesto al de Dios, aún no hemos puesto de relieve que es también un ataque directo contra Su plan y un intento deliberado de destruirlo. En dicho ataque se le adjudican a Dios aquellos atributos que de hecho le corresponden al ego, mientras que el ego parece asumir los de Dios.
El deseo fundamental del ego es suplantar a Dios. De hecho, el ego es la encarnación física de ese deseo. Pues es este deseo lo que parece encerrar a la mente en un cuerpo, manteniéndola sola y separada e incapaz de llegar a otras mentes, excepto a través del mismo cuerpo que fue hecho con el propósito de aprisionarla. Poner limites en la comunicación no es la mejor manera de expandirla. No obstante, el ego quiere hacerte creer que lo es.
Aunque el intento de mantener las limitaciones que un cuerpo impone es obvio aquí, tal vez no sea tan evidente por qué razón abrigar resentimientos constituye un ataque contra el plan de Dios para la salvación. Examinemos, pues, cuáles son las cosas contra las que tienes la tendencia a abrigar resentimientos. ¿Acaso no están siempre asociadas con algo que un cuerpo hace? Una persona dice algo que no te gusta. O bien hace algo que te desagrada. Dicha persona "delata" sus pensamientos hostiles con su comportamiento.
En este caso no estás tratando con lo que la persona es. Por el contrario, en lo único que te fijas es en lo que esa persona hace en el cuerpo. Y no sólo no la estás ayudando a librarse de las limitaciones de su cuerpo, sino que estás tratando activamente de atarla al cuerpo, al confundirla con éste y juzgar que ella y su cuerpo son una misma cosa. De este modo se ataca a Dios, pues si Su Hijo no es más que un cuerpo, eso es lo que Él debe ser también. Es inconcebible que un creador pueda ser radicalmente distinto de su creación.
Si Dios fuese un cuerpo, ¿cuál sería Su plan para la salvación? ¿Qué otra cosa podría ser sino la muerte? Y al tratar de presentarse a sí mismo como el Autor de la vida y no de la muerte, resultaría ser un mentiroso y un impostor, lleno de falsas promesas que ofrece ilusiones en vez de la verdad. La aparente realidad del cuerpo hace que esta perspectiva de Dios parezca convincente. De hecho, si el cuerpo fuese real, sería imposible no llegar a esta conclusión. Cada resentimiento que abrigas reitera que el cuerpo es real. Cada resentimiento que abrigas pasa por alto completamente lo que tu hermano es. refuerza tu creencia de que él es un cuerpo y lo condena por ello. Y afirma que su salvación tiene que ser la muerte, al proyectar este ataque sobre Dios y hacerlo responsable de ello.
A esta arena cuidadosamente preparada, donde animales feroces acechan a sus presas y la clemencia no puede hacer acto de presencia, el ego viene a salvarte. Dios te hizo un cuerpo. Muy bien. Aceptemos esto y alegrémonos. En cuanto que cuerpo, no te prives de nada de lo que el cuerpo te ofrece. Apodérate de lo poco que puedas. Dios no te dio nada. El cuerpo es tu único salvador. Representa la muerte de Dios y tu salvación.
Ésta es la creencia universal del mundo que ves. Hay quienes odian al cuerpo y tratan de lastimarlo y humillarlo. otros lo veneran y tratan de glorificarlo y exaltarlo. Pero mientras tu cuerpo siga siendo el centro del concepto que tienes de ti mismo, estarás atacando el plan de Dios para la salvación y abrigando resentimientos contra Él y contra Su creación, a fin de no oír la Voz de la verdad y acogerla como Amiga. El que has elegido como tu salvador ocupa Su lugar. Él es tu amigo; Dios, tu enemigo.
Hoy trataremos de poner fin a estos ataques absurdos contra la salvación, y en lugar de ello, trataremos de darle la bienvenida. Tu percepción invertida ha sido la ruina de tu paz. Te has visto a ti mismo como que estás dentro de un cuerpo y a la verdad como algo que se encuentra fuera de ti, vedada de tu conciencia debido a las limitaciones del cuerpo. ahora vamos a tratar de ver esto de otra manera.
La luz de la verdad está en nosotros, allí donde Dios la puso. El cuerpo es lo que está fuera de nosotros, y no es lo que nos concierne. Estar sin un cuerpo es estar en nuestro estado natural. Reconocer la luz de la verdad en nosotros es reconocernos a nosotros mismos tal como somos. Ver que nuestro Ser es algo separado del cuerpo es poner fin al ataque contra el plan de Dios para la salvación y, en lugar de ello, aceptarlo. Y dondequiera que Su plan se acepta, ya se ha consumado.
Nuestro objetivo para las sesiones de práctica más largas de hoy, es hacernos más conscientes de que el plan de Dios para la salvación ya se ha consumado en nosotros. Para lograr este objetivo tenemos que reemplazar el ataque por la aceptación. Mientras sigamos atacando, no podremos entender cuál es el plan de Dios para nosotros. Estaremos, por lo tanto, atacando lo que no reconocemos. Vamos a tratar ahora de suspender todo juicio y de preguntarle a Dios cuál es Su plan para nosotros:
¿Qué es la salvación, Padre? No lo sé. dímelo, para que lo pueda entender.
Luego aguardaremos quedamente Su respuesta. Hemos atacado el plan de Dios para la salvación sin habernos detenido a escuchar en qué consistía. Hemos expresado nuestros resentimientos con gritos tan ensordecedores que no hemos escuchado Su Voz. Hemos utilizado nuestros resentimientos para cubrirnos los ojos y para taparnos los oídos.
Ahora queremos ver, oír y aprender. "¿Qué es la salvación, Padre?" Pregunta y se te contestará. Busca y hallarás. Ya no le estamos preguntando al ego qué es la salvación ni dónde encontrarla. Se lo estamos preguntando a la verdad. Ten por seguro, entonces, que la respuesta será verdad, en virtud de Aquél a Quien se lo estás preguntando.
Cada vez que sientas que tu confianza flaquea y que tu esperanza de triunfo titubea y se extingue, repite tu pregunta y tu petición, recordando que le estás preguntando al infinito Creador de lo infinito, Quien te creó a semejanza de Si Mismo:
¿Qué es la salvación, Padre? No lo Sé. Dímelo, para que lo pueda entender.
Él te contestará. Resuélvete a escuchar.
Hoy sólo será necesario una o quizás dos sesiones de práctica cortas por hora, ya que serán un poco más largas que de costumbre. Los ejercicios deben comenzar con lo siguiente:
Abrigar resentimientos es un ataque contra el plan de Dios para la salvación.
Permíteme aceptarlo en lugar de atacarlo.
¿Qué es la salvación, Padre?
Luego espera en silencio un minuto más o menos, preferiblemente con los ojos cerrados, y aguarda Su respuesta.
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miércoles, 17 de diciembre de 2014

Un Curso De Milagros
Lección 71
Sólo el plan de Dios para la salvación tendrá éxito

Un Curso De Milagros

LECCIÓN 71

Sólo el plan de Dios para la salvación tendrá éxito.

Tal vez aún no te hayas percatado de que el ego ha urdido un plan para la salvación que se opone al de Dios. Ése es el plan en el que crees. Dado que es lo opuesto al de Dios, crees también que aceptar el plan de Dios en lugar de el del ego es condenarte. Esto, desde luego, parece absurdo. sin embargo, una vez que hayamos examinado en qué consiste el plan del ego, quizá te des cuenta de que, por muy absurdo que parezca, es ciertamente lo que crees.
El plan del ego para la salvación se basa en abrigar resentimientos. Mantiene que, si tal persona actuara o hablara de otra manera, o si tal o cual acontecimiento o circunstancia externa cambiase, tú te salvarías. De este modo, la fuente de la salvación se percibe constantemente como algo externo a ti. Cada resentimiento que abrigas es una declaración y una aseveración en la que crees, que reza así: "Si esto fuese diferente, yo me salvaría" El cambio de mentalidad necesario para la salvación, por lo tanto, se lo exiges a todo el mundo y a todas las cosas excepto a ti mismo.
El papel de tu mente en este plan consiste, pues, en determinar qué es lo que tiene que cambiar, a excepción de ella misma para que tú te puedas salvar. De acuerdo con este plan demente, cualquier cosa que se perciba como una fuente de salvación es aceptable, siempre y cuando no sea eficaz. Esto garantiza que la infructuosa búsqueda continúe, pues se mantiene viva la ilusión de que, si bien esta posibilidad siempre ha fallado, aún hay motivo para pensar que podemos hallar lo que buscamos en otra parte y en otras cosas. Puede que otra persona nos resulte mejor; otra situación tal vez nos brinde el éxito.
Tal es el plan del ego para tu salvación. Seguramente habrás notado que está completamente de acuerdo con la doctrina básica del ego que reza: "Busca, pero no halles". pues, ¿qué mejor garantía puede haber de que no hallarás la salvación que canalizar todos tus esfuerzos buscándola donde no está?
El plan de Dios para la salvación es eficaz sencillamente porque bajo Su dirección, buscas la salvación allí donde ésta se encuentra. Pero si has de tener éxito, como Dios promete que lo has de tener, tienes que estar dispuesto a buscarla sólo allí. De lo contrario, tu propósito estará dividido e intentarás seguir dos planes de salvación que son diametralmente opuestos en todo. El resultado no podrá ser otro que confusión, infelicidad, así como una profunda sensación de fracaso y desesperación.
¿Cómo puedes librarte de todo esto? Muy fácilmente. La idea de hoy es la respuesta. Sólo el plan de Dios para la salvación tendrá éxito. En esto no puede haber realmente ningún conflicto porque no existe ninguna alternativa al plan de Dios que te pueda salvar. El Suyo es el único plan cuyo desenlace es indudable. El Suyo es el único plan que tendrá éxito.
Que nuestra práctica de hoy consista en reconocer esta certeza. Y regocijémonos de que haya una respuesta para lo que parece ser un conflicto sin solución. Para Dios todo es posible. Alcanzarás la salvación por razón de Su plan, el cual no puede fallar.
Comienza hoy tus dos sesiones de práctica más largas pensando en la idea de hoy y observando que consta de dos partes, las cuales contribuyen en igual medida al todo. El plan de Dios para tu salvación tendrá éxito, pero otros planes no. No permitas que la segunda parte te cause depresión o enfado, pues esa parte es inherente a la primera. Y la primera te releva totalmente de todos tus intentos descabellados y de todos tus planes dementes para liberarse a ti mismo. Todos ellos te han llevado a la depresión y a la ira, pero el plan de Dios triunfará. Su plan te conducirá a la liberación y a la dicha.
Teniendo esto presente, dediquemos el resto de las sesiones de práctica más largas a pedirle a Dios que nos revele Su plan. Preguntémosle muy concretamente:
¿Qué quieres que haga?
¿Adónde quieres que vaya?
¿Qué quieres que diga y a quién ?
Deja que Él se haga cargo del resto de la sesión de práctica y que te indique qué es lo que tienes que hacer en Su plan para tu salvación. El responderá en la misma medida en que tú estés dispuesto a oír Su Voz. No te niegues a oírla. El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás dispuesto a escuchar. Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta.
Durante las sesiones de práctica cortas repite con frecuencia que el plan de Dios para tu salvación, y solamente el Suyo, tendrá éxito. Manténte alerta hoy para no caer en la tentación de abrigar resentimientos, y responde a esas tentaciones con esta variación de la idea de hoy:
Abrigar resentimientos es lo opuesto al plan de Dios para la salvación. Y únicamente Su plan tendrá éxito.
Trata de recordar la idea de hoy unas seis o siete veces por hora. No puede haber mejor manera de pasar medio minuto, o menos, que recordando la Fuente de tu salvación y viéndola allí donde se encuentra.
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martes, 16 de diciembre de 2014

Un Curso De Milagros
Lección 70

Mi salvación procede de mí


Un Curso De Milagros

LECCIÓN 70

Mi salvación procede de mí.

Toda tentación no es más que una variante de la tentación básica de no creer la idea de hoy. La salvación parece proceder de cualquier parte excepto de ti. Lo mismo se puede decir del origen de la culpabilidad. Tú no crees que la culpabilidad y la salvación estén en tu mente y sólo en tu mente. Cuando te des cuenta de que la culpabilidad es sólo una invención de la mente, te darás cuenta también de que la culpabilidad y la salvación tienen que encontrarse en el mismo lugar. Al entender esto te salvas.
El aparente costo de aceptar la idea de hoy es el siguiente: significa que nada externo a ti puede salvarte ni nada externo a ti puede brindarte paz. Significa también que nada externo a ti te puede hacer daño, perturbar tu paz o disgustarse en modo alguno. La idea de hoy te pone a cargo del universo, donde te corresponde estar por razón de lo que eres. No es éste un papel que se pueda aceptar parcialmente. Y seguramente habrás comenzado a darte cuenta de que aceptarlo es la salvación.
Es probable, no obstante, que aún no esté claro para ti por qué razón reconocer que la culpabilidad está en tu propia mente conlleva asimismo darte cuenta de que la salvación está allí también. Dios no habría puesto el remedio para la enfermedad donde no te pudiese servir de nada. Así es como funciona tu mente, pero no la Suya. Él quiere que sanes, y por eso mantiene la Fuente de la curación allí donde hay necesidad de curación.
Tú has tratado de hacer justamente lo contrario, intentando por todos los medios, no importa cuán distorsionados o extravagantes, separar la curación de la enfermedad a la que estaba destinada, conservando de este modo la enfermedad. Tu propósito ha sido asegurarte de que la curación no tuviese lugar. El propósito de Dios ha sido asegurarse de que si tuviese lugar.
Nuestra práctica de hoy consiste en darnos cuenta de que la Voluntad de Dios y la nuestra coinciden completamente en esto. Dios quiere que sanemos, y nosotros no queremos realmente estar enfermos, pues eso no nos hace felices. Al aceptar la idea de hoy, por lo tanto, estamos en realidad de acuerdo con Dios. Él no quiere que estemos enfermos. nosotros tampoco. Él quiere que nos curemos. Nosotros también.
Hoy estamos listos para dos sesiones de práctica largas, cada una de las cuales debe tener una duración de diez a quince minutos. Dejaremos, no obstante, que seas tú quien decida cuándo llevarlas a cabo. Seguiremos esta norma en varias de las lecciones sucesivas, por lo que una vez más sería mejor que decidieses de antemano la mejor hora para llevar a cabo cada una de las sesiones de práctica y que luego te adhirieses lo más fielmente posible al horario establecido.
Empieza estas sesiones de práctica repitiendo la idea de hoy, añadiendo una afirmación en la que se vea expresado tu reconocimiento de que la salvación no procede de nada externo a ti. Podrías, por ejemplo, decir lo siguiente:
  • Mi salvación procede de Mí. No puede proceder de ninguna otra parte.
  • Dedica después varios minutos, con los ojos cerrados, a revisar algunas de las fuentes externas en las que en el pasado buscaste la salvación: en otra gente, en posesiones, en diversas situaciones y acontecimientos, y en conceptos de ti mismo que intentaste convertir en realidad. Reconoce que la salvación no se encuentra en nada de eso, y dite a ti mismo:
    Mi salvación no puede proceder de ninguna de esas cosas.
    Mi salvación procede de mi, y sólo de mi.
    Trataremos ahora nuevamente de llegar a la luz en ti, que es donde realmente se encuentra tu salvación. No puedes encontrarla en las nubes que rodean la luz, y es ahí donde la has estado buscando. No está ahí. Está más allá de las nubes, en la luz que se encuentra tras ellas. Recuerda que tienes que atravesar las nubes antes de poder llegar a la luz. Pero recuerda también que jamás encontraste nada que fuese duradero o que realmente quisieras en los tapices de nubes que te imaginabas.
    Puesto que todas las ilusiones de salvación te han fallado, seguramente no querrás quedarte en las nubes buscando en vano ídolos falsos, cuando te sería tan fácil llegar hasta la luz de la verdadera salvación. Trata de ir más allá de las nubes utilizando cualquier medio que te atraiga. Si te resulta útil, piensa que te estoy llevando de la mano, y que te estoy guiando. Y te aseguro que esto no será una vana fantasía.
    Para las sesiones de práctica cortas y frecuentes de hoy, recuérdate a ti mismo que la salvación procede de ti y que nada, salvo tus propios pensamientos, puede impedir tu progreso. Estás libre de toda interferencia externa. Estás a cargo de tu salvación. Estás a cargo de la salvación del mundo. Di, entonces:
    Mi salvación procede de mi. No hay nada externo a mi que me pueda detener. En mi se encuentra la salvación del mundo y la mía propia.

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    domingo, 14 de diciembre de 2014

    Un Curso De Milagros
    Lección 69
    Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mí

    Un Curso De Milagros

    LECCIÓN 69

    Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mí.

    Nadie puede ver lo que tus resentimientos ocultan. Debido a que tus resentimientos ocultan la luz del mundo en ti, todo el mundo se halla inmerso en la obscuridad, y tú junto con ellos. Pero a medida que el velo de tus resentimientos se descorre, tú te liberas junto con ellos. Comparte tu salvación con aquel que se encontraba a tu lado cuando estabas en el infierno. Él es tu hermano en la luz del mundo que os salva a ambos.
    Intentemos hoy nuevamente llegar a la luz en ti. Antes de emprender esto en nuestra sesión de práctica más larga, dediquemos varios minutos a reflexionar sobre lo que estamos tratando de hacer. Estamos intentando literalmente ponernos en contacto con la salvación del mundo. Estamos tratando de ver más allá del velo de tinieblas que la mantiene oculta. Estamos tratando de descorrer el velo y de ver las lágrimas del Hijo de Dios desaparecer a la luz del sol.
    Hoy daremos comienzo a nuestra sesión de práctica más larga plenamente conscientes de que esto es así y armados de una firme determinación por llegar hasta aquello que nos es más querido que ninguna otra cosa. La salvación es nuestra única necesidad. No tenemos ningún otro propósito aquí ni ninguna otra función que desempeñar. Aprender lo que es la salvación es nuestra única meta. pongamos fin a la ancestral búsqueda descubriendo la luz en nosotros y poniéndola en alto para que todos aquellos que han estado buscando con nosotros la vean y se regocijen.
    Y ahora, muy serenamente y con los ojos cerrados, trata de deshacerte de todo el contenido que generalmente ocupa tu conciencia. Piensa en tu mente como si fuera un circulo inmenso, rodeado por una densa capa de nubes obscuras. Lo único que puedes ver son las nubes, pues parece como si te hallaras fuera del circulo y a gran distancia de él.
    Desde donde te encuentras no ves nada que te indique que detrás de las nubes hay una luz brillante. Las nubes parecen ser la única realidad. Parece como si fueran lo único que se puede ver. Por lo tanto, no tratas de atravesarlas e ir más allá de ellas, lo cual sería la única manera de convencerte realmente de su insubstancialidad. Eso es lo que vamos a intentar hoy.
    Después que hayas pensado en cuán importante es para ti y para el mundo lo que estás intentando hacer, trata de alcanzar un estado de perfecta quietud, recordando únicamente la intensidad con la que deseas alcanzar hoy mismo, en este mismo instante, la luz que resplandece en ti. Resuélvete a atravesar las nubes. Extiende tu mano y, en tu mente, tócalas. Apártalas con la mano, y siente como rozan tus mejillas, tu frente y tus ojos a medida que las atraviesas. sigue adelante; las nubes no te pueden detener.
    Si estás haciendo los ejercicios correctamente, empezarás a sentir como si estuvieses siendo elevado y transportado hacia adelante. Tus escasos esfuerzos y tu limitada determinación invocan el poder del universo para que venga en tu ayuda, y el Propio Dios te sacará de las tinieblas y te llevará a la Luz. Estás actuando de acuerdo con Su Voluntad. No puedes fracasar porque tu voluntad es la Suya.
    Ten confianza en tu Padre hoy y certeza de que Él te ha oído y te ha contestado. Es posible que aún no reconozcas Su respuesta, pero puedes estar seguro de que se te ha dado y de que la recibirás. Trata de tener presente esta certeza, según intentas atravesar las nubes en dirección a la luz. Trata de recordar que por fin estás uniendo tu voluntad a la de Dios. Trata de mantener claro en tu mente el pensamiento de que lo que emprendes con Dios no puede sino tener éxito. Deja entonces que el poder de Dios obre en ti y a través de ti, para que se haga Su Voluntad y la tuya.
    En las sesiones de práctica más cortas, que te conviene llevar a cabo tan a menudo como sea posible en vista de la importancia que la idea de hoy tiene para ti así como para tu felicidad, recuérdate a ti mismo que tus resentimientos ocultan la luz del mundo de tu conciencia. Recuérdate también que no la estás buscando solo y que sabes dónde encontrarla. Di entonces:
    Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mi.
    No puedo ver lo que he ocultado.
    Mas por mi salvación y por la salvación del mundo, deseo que me sea revelado.
    Asegúrate asimismo de decir para tus adentros:
    Si abrigo este resentimiento la luz del mundo quedará velada para mi, si sientes hoy la tentación de abrigar algún resentimiento contra alguien.

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    jueves, 11 de diciembre de 2014

    Un Curso De Milagros
    Lecció 68

    El amor no abriga resentimientos


    Un Curso De Milagros

    LECCIÓN 68

    El amor no abriga resentimientos.

    Tú, que fuiste creado por el Amor a semejanza de Sí mismo, no puedes abrigar resentimientos y conocer tu Ser. Abrigar resentimientos es olvidarte de quien eres. Abrigar resentimientos es verte a ti mismo como un cuerpo. Abrigar resentimientos es permitir que el ego gobierne tu mente y condenar el cuerpo a morir. Quizá aún no hayas comprendido del todo lo que abrigar resentimientos le ocasiona a tu mente. Te hace sentir como si estuvieses enajenado de tu Fuente y fueses diferente de Él. Te hace creer que Él es como aquello en lo que tú piensas que te has convertido, pues nadie puede concebir que su Creador sea diferente de sí mismo.
    Escindido de tu Ser, el Cual sigue consciente de Su semejanza con Su Creador, tu Ser parece dormir, mientras que la parte de tu mente que teje ilusiones mientras duerme, parece estar despierta. ¿Podría ser todo esto el resultado de abrigar resentimientos? ¡Desde luego que si! Pues aquel que abriga resentimientos niega haber sido creado por el Amor, y en su sueño de odio, su Creador se ha vuelto algo temible. ¿Quién podría tener sueños de odio y no temer a Dios?
    Es tan cierto que aquellos que abrigan resentimientos forjarán una nueva definición de Dios de acuerdo con su propia imagen, como que Dios los creó a Semejanza de sí mismo y los definió como parte de Él. Es tan cierto que aquellos que abrigan resentimientos sentirán culpabilidad, como que los que perdonan hallarán la paz. Y es igualmente cierto que aquellos que abrigan resentimientos se olvidarán de quienes son, como que los que perdonan lo recordarán.
    ¿No estarías dispuesto a abandonar tus resentimientos si creyeras que todo esto es cierto? Tal vez crees que no puedes desprenderte de tus resentimientos. Esto, sin embargo, no es sino una cuestión de motivación. Hoy trataremos de ver cómo te sentirías sin ellos. Si lo logras, aunque sea brevemente, jamás volverás a tener problemas de motivación.
    Comienza la sesión de práctica más larga de hoy escudriñando tu mente en busca de aquellas personas que son objeto de lo que según tú son tus mayores resentimientos. Algunas de ellas serán muy fáciles de identificar. Piensa luego en los resentimientos aparentemente insignificantes que abrigas en contra de aquellas personas a quienes aprecias e incluso crees amar. Muy pronto te darás cuenta de que no hay nadie contra quien no abrigues alguna clase de resentimiento. Esto te ha dejado solo en medio de todo el universo tal como te percibes a ti mismo. Resuélvete ahora a ver a todas esas personas como amigos. Diles a todas ellas, pensando en cada una por separado:
    Te consideraré mi amigo, para poder recordar que eres parte de mi y así poder llegar a conocerme a mi mismo.
    Pasa el resto de la sesión tratando de imaginarte a ti mismo completamente en paz con todo el mundo y con todo, a salvo en un mundo que te protege y te ama, y al que tú, a tu vez, amas. Siente como la seguridad te rodea, te envuelve y te sustenta. Trata de creer, por muy brevemente que sea, que no hay nada que te pueda causar daño alguno. Al final de la sesión de práctica di para tus adentros:
    El amor no abriga resentimientos.
    Cuando me desprenda de mis resentimientos sabré que estoy perfectamente a salvo.
    Las sesiones de práctica cortas deben incluir una rápida aplicación de la idea de hoy tal como se indica a continuación, la cual deberá hacerse siempre que surja un pensamiento de resentimiento contra alguien, tanto si esa persona está físicamente presente como si no:
    El amor no abriga resentimientos.
    No traicionaré a mi propio Ser.
    Además de eso, repite la idea varias veces por hora de la siguiente manera:
    El amor no abriga resentimientos.
    Quiero despertar a la verdad de mi Ser dejando a un lado todos mis resentimientos y despertando en Él.

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