miércoles, 11 de febrero de 2015


LA PAZ DEL ESPÍRITU… “Busquen profundamente en el interior del alma, las emociones los conectan con ellas. Permítanse registrar y expresar las emociones reprimidas que han estado embotelladas dentro de ustedes – dijo el hermano Interano - Lo que yace bajo esas emociones son la Creatividad, Intuición, Imaginación y Sabiduría, es como encontrar un caudal inagotable de energía elevada. El precio que tienen que pagar, es la buena voluntad para reconocerlas, aceptarlas y desarrollarlas. Cuando lo hagan, crearán un estado armonioso de LUZ y AMOR en sus almas. Si desean tener una vida plena, deben trabajar el interior del alma y así atraer todo lo bueno del cosmos – continuó la hermana Interana - El Merecimiento, y el Bienestar Internos, siempre trabajan juntos. A medida que logren transmutar del interior todo lo que no sirve como, las viejas creencias, los antiguos pensamientos enquistados y emociones negativas-enfermas, tendrán la buena energía, para concentrarse en aquello que es más significativo, con lo que generarán Alegría, Armonía, Paz y Amor en sus vidas y en todo lo que los rodea.
Lo único que tienen que hacer es aprender a escuchar el interior, donde radica la sabiduría infinita y eterna – concluyo el hermano Elohim – Ustedes son seres provenientes de la creación divina y del universo. Son seres de amor, amorosos y dignos de ser amados. Cuando se corta una flor, comienzan a perderla, porque se marchitará en sus manos y no se hará semilla para otras primaveras – dijo la hermana Interana - Cuando aprisionan un pájaro, comienzan a perderlo, porque ya no cantará en el bosque ni criará otros pichones en su nido. Cuando no arriesgan la libertad para tenerla, comienzan a perderla, porque la libertad que tienen, se confirma cuando deciden y eligen. Cuando del Amor hacen su presa, comienzan a perderlo, porque el Amor no se encarcela, libre han de dejarlo encendido, dentro de una vela eterna. Abran nuevas puertas en sus vidas y agradezcan lo que poseen ahora. Ustedes son… LUZ Y AMOR"… EL SER UNO VI – Los Siren-Lemurianos – Ciudad de LUZ y AMOR.
Un Curso De Milagros
Lección 98

Aceptaré el papel que me corresponde en el plan de Dios para la salvación


uN curso de milagros
LECCIÓN 98

Aceptaré el papel que me corresponde en el plan de Dios para la salvación.

Hoy es un día de una consagración especial. Hoy vamos a adoptar una postura firme en favor de un solo bando. Nos vamos a poner de parte de la verdad y a abandonar las ilusiones. No vacilaremos entre una cosa y otra, sino que adoptaremos una firme postura en favor de Dios. Hoy nos vamos a consagrar a la verdad, y a la salvación tal como Dios la planeó. No vamos a alegar que es otra cosa ni a buscarla donde no está. La aceptaremos gustosamente tal como es, y desempeñaremos el papel que Dios nos asignó.
¡Qué dicha tener certeza! Hoy dejamos de lado todas nuestras dudas y nos afianzamos en nuestra postura, seguros de nuestro propósito y agradecidos de que la duda haya desaparecido y la certeza haya llegado. Tenemos una importante función que desempeñar y se nos ha provisto de todo cuanto podamos necesitar para alcanzar la meta. Ni una sola equivocación se interpone en nuestro camino. Hemos sido absueltos de todo error. Hemos quedado limpios de todos nuestros pecados al habernos dado cuenta de que no eran sino errores.
Los que están libres de culpa no tienen miedo, pues están a salvo y reconocen su seguridad. No recurren a la magia, ni ingenian posibles escapatorias de amenazas imaginarias y desprovistas de realidad. Descansan en la serena certeza de que llevarán a cabo lo que se les encomiende hacer. No ponen en duda su propia capacidad porque saben que cumplirán debidamente su función en el momento y lugar perfectos. Ellos adoptaron la postura que nosotros vamos a adoptar hoy, a fin de que pudiésemos compartir su certeza y aumentarla mediante nuestra aceptación.
Todos aquellos que adoptaron la postura que hoy vamos a adoptar nosotros estarán a nuestro lado y nos transmitirán gustosamente todo cuanto aprendieron, así como todos sus logros. Los que todavía no están seguros también se unirán a nosotros y, al compartir nuestra certeza, la reforzarán todavía más. Y los que aún no han nacido, oirán la llamada que nosotros hemos oído y la contestarán cuando hayan venido a elegir de nuevo. Hoy no elegimos sólo para nosotros.
¿No vale la pena acaso dedicar cinco minutos de tu tiempo cada hora a cambio de poder aceptar la felicidad que Dios te dio? ¿No vale la pena acaso dedicar cinco minutos de cada hora a fin de reconocer cuál es tu función especial aquí? ¿Qué son cinco minutos si a cambio de ello puedes recibir algo tan grande que es inconmensurable? Has hecho por lo menos mil tratos en los que saliste perdiendo.
He aquí una oferta que garantiza tu total liberación de cualquier clase de dolor y una dicha que no es de este mundo. Puedes intercambiar una pequeña parte de tu tiempo por paz interior y certeza de propósito, con la promesa de que triunfarás. Y puesto que el tiempo no tiene significado, se te está dando todo a cambio de nada. He aquí un trato en el que no puedes perder. Y lo que ganas es en verdad ilimitado.
Ofrécele hoy tu modesta dádiva de cinco minutos cada hora. Él impartirá a las palabras que utilices al practicar con la idea de hoy la profunda convicción y firmeza de las que tú careces. Sus palabras se unirán a las tuyas y harán de cada repetición de la idea de hoy una absoluta consagración, hecha con fe tan perfecta y segura como la que Él tiene en ti. La confianza que Él tiene en ti impartirá luz a todas las palabras que pronuncies, e irás más allá de su sonido a lo que verdaderamente significan. Hoy practicas con Él mientras dices:
Aceptaré el papel que me corresponde en el plan de
Dios para la salvación.
En cada uno de los períodos de cinco minutos que pases con Él, Él aceptará tus palabras y te las devolverá radiantes de una fe y confianza tan grandes e inquebrantables que iluminarán el mundo con esperanza y felicidad. No dejes pasar ni una sola oportunidad de ser el feliz receptor de Sus regalos, para que a tu vez puedas dárselos hoy al mundo.
Ofrécele las palabras y Él se encargará del resto. Él te ayudará a entender tu función especial. Él allanará el camino que te conduce a la felicidad, y la paz y la confianza serán Sus regalos, Su respuesta a tus palabras. Él responderá con toda Su fe, dicha y certeza que lo que dices es verdad. Y entonces gozarás de la misma convicción de que goza Aquel que conoce tu función en la tierra así como en el Cielo. Él estará contigo durante cada sesión de práctica que compartas con Él, e intercambiará cada instante de tiempo que le ofrezcas por intemporalidad y paz.
Pasa la hora preparándote felizmente para los próximos cinco minutos que vas a volver a pasar con Él. Repite la idea de hoy mientras esperas la llegada de ese feliz momento. Repítela a menudo, y no te olvides de que cada vez que lo haces, preparas a tu mente para el feliz momento que se acerca.
Y cuando la hora haya transcurrido y Él esté ahí una vez más para pasar otro rato contigo, siéntete agradecido y deja a un lado toda tarea mundana, pensamiento insignificante o idea restrictiva, y pasa un feliz rato en Su compañía otra vez. Dile una vez más que aceptas el papel que Él quiere que asumas y que te ayudará a desempeñar, y Él hará que estés seguro de que deseas tomar esa decisión, la cual Él ya ha tomado contigo y tú con Él.
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