jueves, 3 de noviembre de 2016

El HAARP Ataca Sudamérica

Científicos advierten que EEUU ha iniciado una guerra climática contra Sudamerica


El HAARP es un bombardero de ondas eléctricas
para aumentar la densidad del plasma de la ionosfera,
causando alteraciones meteorológicas.
El Pentágono anunció un nuevo experimento
programado para inicios del 2014.
En Bolivia el Observatorio de Tarija
registró manchas solares antes de las inundaciones…
Guerra Climática contra Sudamérica…
La base de transmisión del HAARP se encuentra en Gakona, Alaska,
donde una red de 180 antenas instaladas sobre una superficie
de 14 kilómetros cuadrados, dirigidas al cielo, operan como un potente radiotransmisor
de alta frecuencia capaz de producir 10 megavatios de potencia y modificar
la composición la capa de la ionosfera situada a 50 kilómetros
sobre la superficie terrestre.
Fotomontaje Sol de Pando
La Red de Información Humanitaria para América Latina y el Caribe (RedHum) identifica a Bolivia como una especial zona de desastre climático en Sudamérica, con aproximadamente 200.000 habitantes damnificados en áreas agrícolas devastadas por un colapso sin precedentes de las cuencas fluviales en todo el territorio boliviano, con decenas de fallecidos.
Pero también destaca similar situación en,
  • Brasil
  • Perú
  • Paraguay
  • Argentina
  • Ecuador
  • Uruguay
Fabriz’zio Txavarria Velásquez, miembro del Centro Nacional de Investigación en Ciencias de Bolivia (Cenic-B), asegura que esta ola de inundaciones en Sudamérica coincide con las señales de intensa actividad durante el mes de enero en las antenas del HAARP, un disparador de ondas electromagnéticas con sede en Alaska que tendría el poder de alterar el clima en puntos específicos del planeta, provocando desde inundaciones, huracanes, terremotos y tsunamis, hasta sequías, olas de calor y actividad volcánica.
Sol de Pando confirmó que el HAARP programó hace un año un nuevo experimento que ya empezó en enero…
Toda esta “teoría de la conspiración” parece inspirada en el guión humorístico de la película “Superman III”, de la saga dirigida por Richard Lester en 1983, donde el comediante Richard Pryor representa a un genio informático desempleado que es contratado por un capitalista codicioso para diseñar un software conectado al satélite con el fin de alterar el clima en cualquier punto del planeta, provocando un devastador huracán en Colombia para destruir los cultivos de café.
Sólo Superman pudo evitar y revertir el desastre telúrico, en la película, usando su super-soplido para hacer retroceder los mortales vientos.
Han transcurrido tres décadas después de filmarse aquella comedia de Superman y la realidad parece haber superado a la ficción. Pero, a diferencia de la comedia, el drama ahora es que no existe un superhéroe que nos salve.
Si es evidente que las antenas del HAARP están emitiendo rayos electromagnéticos de alta frecuencia hacia la ionosfera con el fin de modificar el clima en esta parte de Sudamérica como una agresión de tipo militar, causando incontrolables riadas con efectos devastadores para la población civil y la economía – como nunca antes había sucedido a pesar de ser una temporada del año habitualmente lluviosa en países como Bolivia – habrá que aceptar que una nueva forma de guerra está surgiendo en el mundo. La guerra climática.
El HAARP (High Frequency Active Auroral Research Program, que en español se lee “Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia”), es un proyecto de ‘investigación’ creado en 1990 para monitorear las variaciones de ondas dentro esa sección de la atmósfera llamada ionosfera que absorbe los rayos ultravioletas del sol transformándolos en iones y electrones, transmisores de ondas radiales y telúricas, que pueden modificarse artificialmente con descargas electromagnéticas para compactar y re-direccionar esas ondas con fines diversos.
Sol de Pando resume a continuación la información oficial del HAARP contenida en el sitio oficial de este programa; y que en las últimas horas ha sido desactivado de la Web, por razones militares y políticas según cree el investigador Fabriz’zio Txavarria Velásquez que radica en la ciudad de Santa Cruz de La Sierra, Bolivia.
El portal del HAARP en Internet.
¿Ha sido esta Web ‘restringida al público’?

La base de transmisión del HAARP se encuentra instalada en Gakona, Alaska, donde una red de 180 antenas instaladas sobre una superficie de 14 kilómetros cuadrados, dirigidas al cielo, operan como un potente radiotransmisor de alta frecuencia (capaz de producir 10 megavatios de potencia cuando el sistema opera a plenitud), que se emplea para modificar las propiedades electromagnéticas en una zona delimitada de la ionosfera.
Los procesos que ocurren en dicha zona son analizados mediante otros instrumentos tales como radares UHF, VHF y de sondeo digital, y magnetómetros de saturación y de inducción.
En otras palabras, el HAARP es un “calentador ionosférico” que se utiliza para experimentar la modificación focalizada de la turbulencia del plasma (gas de baja densidad en condiciones normales) contenida en la ionosfera, con el objetivo de aumentar la densidad de dicho gas iónico. Cuando la densidad de ese gas aumenta, surgen turbulencias y nubes de plasma multicolores que se conocen como auroras.
Es decir, el HAARP es capaz de fabricar auroras artificiales bajo la forma de nubes de plasma con mayor densidad, en cualquier punto del planeta que se le ocurra al Pentágono. Y por tanto puede también modificar el clima a su antojo.

El valor estratégico de la ionosfera
Oficialmente, el Gobierno de Estados Unidos, a través de la Agencia de Proyectos Avanzados del Pentágono (DARPA), creó el HAARP con el objetivo de estudiar las propiedades de la ionosfera y potenciar los avances tecnológicos que permitan mejorar – mediante descargas electromagnéticas desde la base terrestre – su capacidad para favorecer las radiocomunicaciones y los sistemas de vigilancia creando un denso escudo antimisil para bloquear posibles ataques nucleares o incluso una lluvia de meteoritos.
La ionosfera – que al ser parte de la atmósfera se encuentra a sólo 50 kilómetros de la superficie terrestre protegiendo al planeta de la radiación cósmica – contiene gases de baja densidad (plasma) ionizados por efecto de la absorción de las radiaciones solares de menor longitud de onda como son los rayos Gama y rayos X, tan energéticos sin embargo que son capaces de desintegrar meteoritos que atraviesan esta capa, dando lugar a las llamadas estrellas fugaces.
Esta “energía fría” de la ionosfera posibilitó el invento doméstico del horno a micro ondas.
Las variaciones de onda dentro la ionosfera producen también el fenómeno de las auroras, es decir transformaciones del gas ionizado de baja densidad como efecto de variaciones en la intensidad del viento solar.
De ahí que las auroras comunes y la aurora boreal aparecen generalmente en la transición de la noche al día, cuando las partículas eléctricas del plasma son atrapadas por el campo magnético terrestre.
El plasma de la ionosfera y sus oscilaciones eléctricas no solo determinan las condiciones atmosféricas y metereológicas del planeta, también ejercen un impacto importante en las comunicaciones radiales.

La ionosfera contribuye esencialmente en el desplazamiento de las ondas de radio emitidas desde la superficie terrestre, lo que posibilita que éstas puedan viajar grandes distancias sobre la Tierra gracias a las partículas de iones (cargadas de electricidad) presentes en esta capa.
Por ello el HAARP tiene como objetivo desarrollar tecnologías que permitan mitigar interferencias en las frecuencias radiales de onda corta y amplitud modulada aumentando la densidad del plasma o gas ionizado, para así mejorar el rendimiento de la comunicación radial y de los sistemas de navegación marítima y aérea que usan aquellas frecuencias radiales.
El Pentágono considera que el mejoramiento de la comunicación radial aumentando la densidad del gas iónico (plasma) es también de suma importancia militar.
En el ámbito civil, emisoras internacionales como la Voz de América (VOA) y la British Broadcasting Corporation (BBC) todavía utilizan la ionosfera para rebotar sus señales de radio hacia la Tierra, posibilitando que sus programas puedan ser escuchados en todo el mundo.
Asimismo, las señales transmitidas hacia y desde satélites para la comunicación y la navegación satelital (no radial) deben atravesar la ionosfera. Irregularidades ionosféricas pueden tener un impacto importante en el rendimiento y fiabilidad de los sistemas satelitales y televisivos, según explica el portal del HAARP.
 Viene a principios del 2014 la nueva arma de guerra

Hace menos de un año, el 25 de febrero del 2013, el Naval Research Laboratory (NRL), con sede en Missisipi, informó mediante un boletín publicado en su portal que sus investigadores adjuntos al programa HAARP,
“lograron producir con éxito una nube de plasma de alta densidad capaz de mantenerse en la atmósfera superior de la Tierra durante una hora”.
Según una traducción de la periodista boliviana Silvia Antelo Aguilar, el informe del NRL – organismo de la Armada norteamericana asociado al Pentágono y al Stennis Space Center (SSC) de la NASA – explicó que,
“anteriormente se había logrado crear nubes artificiales de plasma cuya vida útil era de 10 minutos o menos, señaló Paul Bernhardt, físico que participa en esta investigación. Sin embargo, la recientemente creada nube de plasma de alta densidad pudo mantenerse durante una hora”.
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