¿ESTAMOS GOBERNADOS POR PSICÓPATAS?
Empecemos definiendo el término. La psicopatía es un trastorno antisocial de la personalidad. No es en sí una enfermedad, sino más bien una, forma de ser. Hecho que arroja algunos problemas en cuanto a su «tratamiento», especialmente porque para este trastorno no se conoce cura posible.
Esta forma de ser antisocial se reconoce par rasgos como los siguientes: no pueden empatizar ni sentir remordimientos (para ellos las personas y los objetos tienen el mismo valor)… suelen ser encantadores, hábiles socialmente simpáticos y atrayentes. Son así de carismáticos porque mienten constantemente para conseguir sus fines, sin que les importe nada cualquier otra cuestión.
El psicópata no tiene la capacidad de sentir emociones, suele simularlas para conseguir beneficios. De hecho, muchos psicópatas en primera instancia parecen gente muy preocupada por el prójimo, los animales o el medio ambiente. Sin embargo… la verdad es otra pues, en realidad, se trata de «desalmados». Te usan en su propio beneficio, no sienten ningún remordimiento y piensan que tienen derecho sobre los demás. Son in- capaces de aceptar sus errores y, si lo hacen, es solo coyunturalmente para lograr otro–fin. Además, no se suelen adaptar a las normas, son impulsivos, deshonestos y muestran despreocupación por la seguridad.
De todas las facetas conocidas de los psicópatas, sin duda la más popular es la del asesino o «psicokiller», al estilo de Ted Bundy. La buena noticia es que este tipo es muy reducido en número. La mala es que existen otros muchos psicópatas que pasan inadvertidos. También se les llama sociópatas. Están entre nosotros, parecen normales, pero no sienten como nosotros y no tienen reparo en usarte o hacerte daño si les interesas.
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