Las “ceremonias o rituales” son utilizadas para producir alineamientos entre el plano físico y los planos sutiles.
Cada templo, mezquita o ashram… etc. son construídos en sitios geográficos claves a nivel dimensional. Existen alineaciones geométricas que sirven de aperturas para la formación de columnas o túneles energéticos de amplio radio, es decir, se logra magnetizar energéticamente y vibratoriamente, no tan solo a la población cercana, sino que también la zona geográfica ,y todo lo que abarca dentro de ese radio.
Los humanos, desde muy temprana edad, incorporamos hábitos que generan a lo largo de la vida dependencias morales y sistémicas llamadas “Costumbres”.
En base a esto, se nos metodizó un sistema de enseñanzas basadas en mitos legendarios y paradigmáticos, en los cuales deberíamos creer y tomar como antecedente (Patrón histórico). Hemos sido educados, formados y concientizados a reverenciar, idolatrar y amar a un ser supremo al cual debemos rendirle
lealtad, obediencia y supremacía. En este mundo, hablar del origen del hombre “Ser Humano” desde el punto de vista teológico es muy delicado. Implica desarmar una estructura cognitiva milenaria, lo cual traería muchos inconvenientes a escala mundial.
Vivimos en un mundo donde somos elaborados y procesados energéticamente y físicamente. El problema no es la herramienta en si sino lo que está detrás de ella, es decir, su propósito y plan oculto.
La disparidad y heterogeneidad que conocemos como religiones o disciplinas del saber espiritual son utilizadas y empleadas como encastres para unificarnos como piezas pensantes y obrantes bajo el lema del temor, del castigo y obediencia.
Implícitamente se ejerce el control en nuestro lenguaje comunicacional y telepático a través de los pensamientos. En lo profundo, las religiones no se disputan el demostrarnos a su mejor o auténtico dios, sino más bien combaten el uso y la implementación de métodos que sirven de interfaces y mediadores en la comunicación.
Todo ha sido diseñado para que los seres humanos asistan a estos lugares en busca de soluciones, limpiezas físicas y espirituales, ser escuchados, y específicamente, recibir protección para la familia.
Han sido instruídos a rezar u orar para ser escuchados y pedir todo lo que necesitan, comprometiéndose a sí mismos a dar algo a cambio, en beneficio de lo que están solicitando. Los seres humanos son tratados desde la fe para generarles dependencias religiosas o ideológicas.

Allí no está el verdadero Dios.