sábado, 31 de mayo de 2014

[Extracto] Conferencia Biologia de la Creencia Dr. Bruce Lipton-

Las creencias irreconciliables

Vídeo del capítulo 23. I. Un Curso de Milagros


Un Curso De Milagros

Capítulo 23

Las creencias irreconciliables

El recuerdo de Dios aflora en la mente que está serena. No puede venir allí donde hay conflicto, pues una mente en pugna consigo misma no puede recordar la mansedumbre eterna. Los medios de la guerra no son los medios de la paz, y lo que recuerda el belicoso no es amor. Si no se atribuyese valor a la creencia en la victoria, la guerra sería imposible. Si estás en conflicto, eso quiere decir que crees que el ego tiene el poder de salir triunfante. ¿Por qué otra razón sino te ibas a identificar con él? Seguramente te habrás percatado de que el ego está en pugna con Dios. Que el ego no tiene enemigo alguno, es cierto. Mas es igualmente cierto que cree firmemente tener un enemigo al que necesita vencer, y que lo logrará.
¿No te das cuenta de que una guerra contra ti mismo sería una guerra contra Dios? Y en una guerra así, ¿es concebible la victoria? y si lo fuese, ¿la desearías? La muerte de Dios, de ser posible, significaría tu muerte. ¿Qué clase de victoria sería ésa? El ego marcha siempre hacia la derrota porque cree que puede vencerte. Dios, no obstante, sabe que eso no es posible. Eso no es una guerra, sino la descabellada creencia de que es posible atacar y derrotar la Voluntad de Dios. Te puedes identificar con esta creencia, pero jamás dejará de ser una locura. Y el miedo reinará en la locura, y parecerá haber reemplazado al amor allí. Éste es el propósito del conflicto. Y para aquellos que creen que es posible, los medios parecen ser reales.
Ten por seguro que no es posible que Dios y el ego, o tú y el ego jamás os podáis encontrar. En apariencia lo hacéis y formáis extrañas alianzas basándoos en premisas que no tienen sentido. Pues vuestras creencias convergen en el cuerpo, al que el ego ha elegido como su hogar y tú consideras que es el tuyo. Vuestro punto de encuentro es un error: un error en cómo te consideras a ti mismo. El ego se une a una ilusión de ti que tú compartes con él. Las ilusiones, no obstante, no pueden unirse. Son todas lo mismo, y no son nada. Su unión está basada en la nada, pues dos de ellas están tan desprovistas de sentido como una o mil. El ego no se une a nada, pues no es nada. Y la victoria que anhela está tan desprovista de sentido como él mismo.
Hermano, la guerra contra ti mismo está llegando a su fin. El final de la jornada se encuentra en el lugar de la paz. ¿No te gustaría aceptar la paz que allí se te ofrece? Este "enemigo" contra el que has luchado como si fuese un intruso a tu paz se transforma ahí, ante tus propios ojos, en el portador de tu paz. Tu "enemigo" era Dios Mismo, Quien no sabe de conflictos, victorias o ataques de ninguna clase. Su amor por ti es perfecto, absoluto y eterno. El Hijo de Dios en guerra contra su Creador es una condición tan ridícula como lo sería la naturaleza rugiéndole iracunda al viento, proclamando que él ya no forma parte de ella. ¿Cómo iba a poder la naturaleza decretar esto y hacer que fuese verdad? Del mismo modo, no es a ti a quien le corresponde decidir qué es lo que forma parte de ti y qué es lo que debe mantenerse aparte.
Esta guerra contra ti mismo se emprendió para enseñarle al Hijo de Dios que él no es quien realmente es, y que no es el Hijo de su Padre. A tal fin, debe borrar de su memoria el recuerdo de su Padre. En la vida corporal dicho recuerdo se olvida, y si piensas que eres un cuerpo, creerás haberlo olvidado. Mas la verdad nunca puede olvidarse de sí misma, y tú no has olvidado lo que eres. Sólo una extraña ilusión de ti mismo, un deseo de derrotar lo que eres, es lo que no se acuerda.
La guerra contra ti mismo no es más que una batalla entre dos ilusiones que luchan para diferenciarse la una de la otra, creyendo que la que triunfe será la verdadera. No existe conflicto alguno entre ellas y la verdad. Ni tampoco son ellas diferentes entre sí. Ninguna de las dos es verdad. Por lo tanto, no importa qué forma adopten. Lo que las engendró es una locura y no pueden sino seguir formando parte de ello. La locura no representa ninguna amenaza contra la realidad ni ejerce influencia alguna sobre ella. Las ilusiones no pueden vencer a la verdad ni suponer una amenaza para ella en absoluto. Y la realidad que niegan no forma parte de ellas.
Lo que  recuerdas forma parte de ti. Pues no puedes sino ser tal como Dios te creó. La verdad no lucha contra las ilusiones ni las ilusiones luchan contra la verdad. Las ilusiones sólo luchan entre ellas. Al estar fragmentadas, fragmentan a su vez. Pero la verdad es indivisible y se encuentra mucho más allá de su limitado alcance. Recordarás lo que sabes cuando hayas comprendido que no puedes estar en conflicto. Una ilusión acerca de ti mismo puede luchar contra otra, mas la guerra entre dos ilusiones es un estado en el que nada ocurre. No hay ni vencedor ni victoria. Y la verdad se alza radiante, más allá del conflicto, intacta y serena en la paz de Dios.
Los conflictos sólo pueden tener lugar entre dos fuerzas. No pueden existir entre lo que es un poder y lo que no es nada. No hay nada que puedas atacar que no forme parte de ti. Y al atacarlo das lugar a dos ilusiones de ti mismo en conflicto entre sí. Y esto ocurre siempre que contemplas alguna creación de Dios de cualquier manera que no sea con amor. El conflicto es temible, pues es la cuna del temor. Mas lo que ha nacido de la nada no puede cobrar realidad mediante la pugna. ¿Por qué llenar tu mundo de conflictos contigo mismo? Deja que toda esa locura quede des-hecha y vuélvete en paz al recuerdo de Dios, el cual brilla aún en tu mente serena.
¡Observa cómo desaparece el conflicto que existe entre las ilusiones cuando se lleva ante la verdad! Pues sólo parece real si lo ves como una guerra entre verdades conflictivas, en la que la vencedora es la más cierta, la más real y la que derrota a la ilusión que era menos real, que al ser vencida se convierte en una ilusión. Así pues, el conflicto es la elección entre dos ilusiones, una a la que se coronará como real, y la otra que será derrotada y despreciada. En esta situación el Padre jamás podrá ser recordado. Sin embargo, no hay ilusión que pueda invadir Su hogar y alejarlo de lo que Él ama eternamente. y lo que Él ama no puede sino estar eternamente sereno y en paz porque es Su hogar.
Tú, Su Hijo bien amado, no eres una ilusión, puesto que eres tan real y tan santo como Él. La quietud de tu certeza acerca de Él y de ti mismo es el hogar de Ambos, donde moráis como uno solo y no como entes separados. Abre la puerta de Su santísimo hogar y deja que el perdón elimine todo vestigio de la creencia en el pecado, la cual priva a Dios de Su hogar y a Su Hijo con Él. No eres un extraño en la casa de Dios. Dale la bienvenida a tu hermano al hogar donde Dios Mismo lo ubicó en serenidad y en paz, y donde mora con él. Las ilusiones no tienen cabida allí donde mora el amor, pues éste te protege de todo lo que no es verdad. Moras en una paz tan ilimitada como la de Aquel que la creó, y a aquellos que quieren recordarlo a Él se les da todo. El Espíritu Santo vela Su hogar, seguro de que la paz de éste jamás se puede perturbar.
¿Cómo iba a ser posible que el santuario de Dios se volviese contra sí mismo y tratase de subyugar al que allí mora? Piensa en lo que ocurre cuando la morada de Dios se percibe a sí misma como dividida: el altar desaparece, la luz se vuelve tenue y el templo del Santísimo se convierte en la morada del pecado. y todo se olvida, salvo las ilusiones. las ilusiones pueden estar en conflicto porque sus formas son diferentes. Y batallan únicamente para establecer qué forma es real.
Las ilusiones encuentran ilusiones; la verdad se encuentra a sí misma. El encuentro de las ilusiones conduce a la guerra. Mas la paz se extiende a sí misma al contemplarse a sí misma. La guerra es la condición en la que el miedo nace, crece e intenta dominarlo todo. La paz es el estado donde mora el amor y donde busca compartirse a Sí mismo. La paz y el conflicto son opuestos. Allí donde uno mora, el otro no puede estar; donde uno de ellos va, el otro desaparece. Así es como el recuerdo de Dios queda nublado en las mentes que se han convertido en el campo de batalla de las ilusiones. Mas Su recuerdo brilla muy por encima de esta guerra insensata listo para ser recordado cuando te pongas de parte de la paz.
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viernes, 30 de mayo de 2014

En Estados Unidos está el 80% del dinero ilícito (INFOGRAFÍA)

A través del Código Orgánico Integral Penal, Ecuador ejerce mayor control sobre personas y empresas dedicadas a lavar activos. El año pasado, las autoridades nacionales impidieron que salgan del país cerca de sesenta millones de dólares. La mayor parte de los ingresos mal habidos va a bancos estadounidenses.

El año pasado $ 57 millones provenientes de lavado de activos fueron bloqueados en Ecuador, aunque algunos capitales huyeron a Venezuela, Estados Unidos y otros países y territorios del Caribe, según indagaciones de la Fiscalía. Pero, a nivel mundial esta modalidad delictiva escapa de las autoridades de control, ya que el 80% del dinero ilícito está en Norteamérica, según la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban).
En el VI Congreso Internacional de Prevención de Lavado de Activos y de Financiamiento del Terrorismo, el secretario de Felaban, Georgio Trettenero, se refirió a esta cifra preocupante, así como al informe de Naciones Unidas de 2011,  el cual estima que estos delitos llegan al 3,6% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial.
Además, señala, que el lavado de activos alcanza los $ 320.000 millones en el mundo, y de ellos, $ 150.000 millones son de América Latina.
El Grupo de Acción Financiera (GAFI), integrado por 36 miembros, entre ellos Ecuador, está encargado de elaborar normas de alcance mundial para combatir el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.
Precisamente, ante este organismo,  el fiscal Galo Chiriboga presentó los avances que se han hecho en el país sobre lavado de activos, en el que destaca la tipificación como delito en el Código Orgánico Integral Penal, que regirá a partir del 10 de agosto.
La Fiscalía inició instrucciones por presuntas operaciones ilícitas, vinculadas con el delito de lavado de activos por empresas que operaban en el país como Pifo Garden, Fondo Global de Construcción, Escastel, Coopera y Banco Territorial.
Estas acciones permitieron el bloqueo, a favor del Estado, de $ 57 millones en dinero en efectivo, y, 2 millones en bienes e inmuebles, los cuales estaban en poder de las empresas investigadas.
Por ejemplo, en el caso Torres Gemelas, iniciado el año pasado, un grupo empresarial, al que pertenecía el único detenido, entre 2000 y 2006, adquirió 7 compañías inmobiliarias, agrícolas, de hospedaje, etc., y 137 propiedades en Quito, Guayaquil y Manta.
Los bienes tienen un avalúo aproximado de $ 9 millones. La causa concluyó en sentencia y multa de $ 5 millones. Unas 13 sentencias se lograron dictar en este proceso.
Avances en lucha de lavado
El crimen organizado trata, de todas las formas posibles, de ingresar el dinero que consigue de sus actividades ilegales al sistema financiero de los países, indicó Tania Moreno, fiscal de la Unidad de Lucha Contra el Crimen Organizado. “Ecuador ha hecho grandes avances en la legislación para luchar contra el lavado de activos, para lo cual se ha tipificado y aclarado en el nuevo Código el delito de lavado de activos”, explica.
Este delito afecta de manera directa a las finanzas públicas y puede llegar a  causar un enorme daño a la economía si no se lo impide, manifestó la funcionaria.
Usualmente las mafias, especialmente dedicadas al narcotráfico, la trata de personas, buscan enviar los fondos obtenidos ilícitamente a paraísos fiscales que existen en el mundo. “Ecuador es parte del GAFI que lucha a nivel mundial para evitar que los criminales consigan hacer legal el dinero obtenido ilegalmente”, sostuvo.
La Fiscalía cuenta con la Unidad de Lavado de Activos, y con apoyo de la Contraloría se han implementado métodos para detectar a tiempo cualquier intento de lavado.
El GAFI elaboró 40 recomendaciones para prevenir el lavado de fondos, un conjunto de estándares internacionales para ser transformados en legislación nacional.
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LA TERAPIA DEL FUTURO - La Desprogramación Genético-Emocional - Ramon Ma...

La Guerra contra Ti Mismo


Un Curso de Milagros - Capítulo XXIII

Un Curso De Milagros

Capítulo 23

LA GUERRA CONTRA TI MISMO

Introducción

¿No te das cuenta de que lo opuesto a la flaqueza y a la debilidad es la impecabilidad*? La inocencia es fuerza, y nada más lo es. Los que están libres de pecado no pueden temer, pues el pecado, de la clase que sea, implica debilidad. La demostración de fuerza de la que el ataque se quiere valer para encubrir la flaqueza no logra ocultarla, pues, ¿cómo se iba a poder ocultar lo que no es real? Nadie que tenga un enemigo es fuerte, y nadie puede atacar a menos que crea tener un enemigo. Creer en enemigos es, por lo tanto, creer en la debilidad, y lo que es débil no es la Voluntad de Dios. Y al oponerse a ésta, es el "enemigo" de Dios. Y así, se teme a Dios, al considerársele una voluntad contraria.
¡Qué extraña se vuelve en verdad esta guerra contra ti mismo! No podrás sino creer que todo aquello de lo que te vales para los fines del pecado puede herirte y convertirse en tu enemigo. Y lucharás contra ello y tratarás de debilitarlo por esa razón, y creyendo haberlo logrado, atacarás de nuevo. Es tan seguro que tendrás miedo de lo que atacas como que amarás lo que percibes libre de pecado. Todo aquel que recorre con inocencia el camino que el amor le muestra, camina en paz. Pues el amor camina a su lado, resguardándolo del miedo. Y lo único que ve son seres inocentes, incapaces de atacar.
Camina gloriosamente, con la cabeza en alto y no temas ningún mal. Los inocentes se encuentran a salvo porque comparten su inocencia. No ven nada que sea nocivo, pues su conciencia de la verdad libera a todas las cosas de la ilusión de la nocividad. Y lo que parecía nocivo resplandece ahora en la inocencia de ellos, liberado del pecado y del miedo, y felizmente de vuelta en los brazos del amor. Los inocentes comparten la fortaleza del amor porque vieron la inocencia. Y todo error desapareció porque no lo vieron. Quien busca la gloria la halla donde ésta se encuentra. ¿Y dónde podría encontrarse sino en los que son inocentes?
No permitas que las pequeñas interferencias te arrastren a la pequeñez. La culpabilidad no ejerce ninguna atracción en el estado de inocencia. ¡Piensa cuán feliz es el mundo por el que caminas con la verdad a tu lado! No renuncies a ese mundo de libertad por un pequeño anhelo de aparente pecado, ni por el más leve destello de atracción que pueda ejercer la culpabilidad. ¿Despreciarías el Cielo por causa de esas insignificantes distracciones? Tu destino y tu propósito se encuentran mucho más allá de ellas, en un lugar nítido donde no existe la pequeñez. Tu propósito no se aviene con ninguna clase de pequeñez. De ahí que no se avenga con el pecado.
No permitamos que la pequeñez haga caer al Hijo de Dios en la tentación. Su gloria está más allá de toda pequeñez, a ser tan inconmensurable e intemporal como la eternidad. No dejes que el tiempo enturbie tu visión de él. No lo dejes solo y atemorizado en su tentación, sino ayúdalo a que la supere y a que perciba la luz de la que forma parte. Tu inocencia alumbrará el camino a la suya, y así la tuya quedará protegida y se mantendrá en tu
conciencia. Pues, ¿quién puede conocer su gloria y al mismo tiempo percibir lo pequeño y lo débil en sí mismo? ¿Quién puede caminar temblando de miedo por un mundo temible, y percatarse de que la gloria del Cielo refulge en él?
No hay nada a tu alrededor que no forme parte de ti. Contémplalo amorosamente y ve la luz del Cielo en ello. Pues así es como llegarás a comprender todo lo que se te ha dado. El mundo brillará y resplandecerá en amoroso perdón, y todo lo que una vez considerabas pecaminoso será re-interpretado ahora como parte integrante del Cielo. ¡Qué bello es caminar, limpio, redimido y feliz, por un mundo que tanta necesidad tiene de la redención que tu inocencia vierte sobre él! ¿Qué otra cosa podría ser más importante para ti? Pues he aquí tu salvación y tu libertad. Y éstas tienen que ser absolutas para que las puedas reconocer.

jueves, 29 de mayo de 2014

Todo lo que no sabía sobre el Club Bilderberg y no se atrevía a preguntar – RT



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El Opus Dei . La Mafia Secreta del Vaticano - Documental Completo

Un Curso De Milagros

Capítulo 22

La luz de la relación santa

¿Deseas la libertad del cuerpo o la de la mente? Pues no puedes tener ambas. ¿Que valoras más, el cuerpo o la mente? ¿Cuál de ellos es tu objetivo? Pues a uno de ellos lo ves como un medio; al otro como un fin. Y uno de ellos tiene que servir al otro y dejar que predomine, realzando su importancia al disminuir la suya propia. Los medios sirven al fin, y a medida que el fin se alcanza, el valor de los medios disminuye, quedando totalmente eclipsados cuando se reconoce que ya no tienen función alguna. Todo aquel que anhela la libertad tratará de encontrarla. Pero la buscará donde cree que está y donde cree que puede hallarla. Creerá que es igualmente posible alcanzar o bien la libertad de lamente o bien la del cuerpo, y elegirá a uno de ellos para que sirva al otro como medio para encontrarla.
Cuando se ha elegido la libertad del cuerpo, la mente se usa como un medio cuyo valor reside en su habilidad de ingeniar la libertad del cuerpo. Pero dado que medios para conseguir liberar al cuerpo no tiene sentido, la mente se ha puesto al servicio de las ilusiones. Esta situación es tan contradictoria e imposible que cualquiera que la elija no tiene idea de lo que es valioso. Mas aún en esta confusión - tan profunda que es indescriptible - el Espíritu Santo espera pacientemente, tan seguro del resultado final como del Amor de Su Creador. Él sabe que esa decisión descabellada la tomó uno a quien Su Creador ama tanto como el amor se ama a sí mismo.
No te intranquilices pensando cómo puede el Espíritu Santo intercambiar tan fácilmente los medios y el fin en aquellos que Dios ama y quiere que sean libres para siempre. En lugar de ello, siéntete agradecido de poder ser el medio para lograr Su fin. Éste es el único servicio que conduce a la libertad. Para lograr este fin hay que percibir al cuerpo libre de pecado porque que se busca es la impecabilidad. La falta de contradicción permite que la transición de medios a fin sea tan fácil como lo es el intercambio del odio por la gratitud ante los ojos que perdonan. Os santificaréis el uno al otro al usar el cuerpo sólo en beneficio de la impecabilidad. y os será imposible odiar aquello que sirve a quien queréis sanar.
Esta relación santa, hermosa en su inocencia, llena de fortaleza, y resplandeciendo con una luz mucho más brillante que la del sol que alumbra el firmamento que ves, es la que tu Padre ha elegido como uno de los medios para llevar a cabo Su plan. Siéntete agradecido de que no sirva en absoluto para llevar a cabo el tuyo. No usará indebidamente nada que se le confíe, ni dejará de usar nada que se le ofrezca. Esta santa relación tiene el poder de curar todo dolor, sea cual sea su forma. Ni tu hermano ni tú por separado podéis ser útiles en absoluto. únicamente en vuestra voluntad conjunta radica la curación. pues ahí es donde se encuentra vuestra curación y ahí es donde aceptaréis la Expiación. Y al sanar los dos, la Filiación queda sanada porque vuestras voluntades se han unido.
Ante una relación santa no hay pecado. Ya no se percibe ninguna forma de error, y la razón, unida al amor, contempla calladamente cualquier confusión y observa simplemente: "Eso fue un error". y luego, la misma Expiación que aceptaste en tu relación corrige el error y, allí donde éste estaba, deposita una parte del Cielo. ¡Cuán bendito eres tú que permites que este regalo se otorgue! Cada parte del Cielo que restituyes se te da a ti. y cada lugar vacío del Cielo que vuelves a llenar con la Luz Eterna que traes contigo, resplandece sobre ti. Los medios de la impecabilidad no conocen el miedo porque únicamente son portadores de amor.
Criatura de paz, la luz ha descendido sobre ti. No reconoces la luz que traes contigo, pero la recordarás. ¿Quién podría negarse a sí mismo la visión que le brinda a los demás? ¿Y quién dejaría de reconocer el regalo que, por mediación suya, él permitió que se depositase en el Cielo? El amoroso servicio que le prestas al Espíritu Santo te lo prestas a ti mismo. Tú que ahora eres Su medio tienes que amar todo lo que Él ama. Y lo que traes contigo es tu recuerdo de todo lo que es eterno. Ningún vestigio de lo temporal puede permanecer por mucho tiempo en la mente que sirve a lo intemporal. Y ninguna ilusión puede turbar la paz de una relación que se ha convertido en el instrumento de la paz.
Cuando hayas contemplado a tu hermano con absoluto perdón, del que no se haya excluido ningún error ni nada se mantenga oculto, ¿qué error podría haber en cualquier parte que tú no pudieses pasar por alto? ¿Y qué tipo de sufrimiento podría nublar tu vista e impedirte ver más allá de él? ¿Y qué ilusión no ibas a reconocer como un error, como una sombra que puedes atravesar completamente impávido? Dios no permite que nada sea un obstáculo para aquellos que hacen Su Voluntad, y éstos reconocerán que sus voluntades son la Suya porque la sirven. y la sirven de buen grado. ¿Podrían, entonces, demorarse mucho en recordar lo que son?
Verás tu valía a través de los ojos de tu hermano, y cada uno será liberado cuando vea a su salvador en el lugar donde antes pensó que había un agresor. Mediante esta liberación se libera el mundo. Éste es tu papel en la consecución de la paz. Pues has preguntado cuál es tu función aquí, y se te ha contestado. No intentes cambiaría ni substituirla por ninguna otra. pues ésa fue la única función que se te dio. Acepta sólo esta función y sírvela de todo corazón, pues lo que el Espíritu Santo hace con los regalos que le das a tu hermano, a quién se los ofrece, dónde y cuándo, es cosa Suya. Los concederá allí donde sean recibidos y se les dé la bienvenida. Utilizará cada uno de ellos en beneficio de la paz. Y ni la más leve sonrisa o la buena voluntad de alguien para pasar por alto la más diminuta equivocación le pasará desapercibida a Él.
¿Qué otra cosa podría ser contemplar con caridad aquello que tu Padre ama, sino una bendición universal? Extender el perdón es la función del Espíritu Santo. Deja eso en Sus manos. Ocúpate únicamente de entregarle aquello que se puede extender. No guardes ningún secreto tenebroso que Él no pueda usar, antes bien, ofrécele los pequeños regalos que Él puede extender para siempre. Él aceptará cada uno de ellos y los convertirá en una fuerza potente en favor de la paz. El Espíritu Santo no dejará de bendecir ni uno solo de los regalos que le haces ni los limitará en forma alguna. Los infundirá de todo el poder que Dios le ha conferido, a fin de hacer de cada uno de ellos un manantial de curación para todos. Cada pequeño regalo que le ofreces a tu hermano derrama luz sobre el mundo. No te preocupes por las tinieblas; mira más allá de ellas y contempla a tu hermano. Y deja que las tinieblas sean disipadas por Aquel que conoce la luz y que tiernamente la deposita en cada una de las dulces sonrisas de fe y de confianza con que bendices a tu hermano.
De tu aprendizaje depende el bienestar del mundo. Y es sólo la arrogancia lo que negaría el poder de tu voluntad. ¿Crees acaso que la Voluntad de Dios es impotente? ¿Es a eso a lo que llamas humildad? No te das cuenta de lo que esta creencia ha ocasionado. Te consideras a ti mismo vulnerable, débil, fácil de destruir y a merced de innumerables agresores mucho más fuertes que tú. Examinemos detenidamente cómo fue que surgió este error, pues en él yace enterrada la pesada ancla que parece mantener vigente, inamovible y sólido como una roca el temor a Dios. Y mientras esa creencia perdure, así parecerá ser.
¿Quién puede atacar al Hijo de Dios y no atacar a su Padre? ¿Cómo iba a ser el Hijo de Dios débil, frágil y fácil de destruir amenos que su Padre también lo fuese? ¿No te das cuenta de que cada pecado y cada condenación que percibes y justificas es un ataque contra tu Padre? Por eso es por lo que el ataque no ha tenido lugar ni puede ser real. No te percatas de que ésa ha sido tu intención porque crees que el Padre y el Hijo están separados. Y no puedes sino pensar que están separados, debido al miedo. Pues parece menos arriesgado atacar a otro o atacarte a ti mismo que atacar al gran Creador del universo, Cuyo poder conoces.
Si fueses uno con Dios y reconocieses esa unidad, sabrías que Su poder te pertenece. Mas no podrás recordar esto mientras creas que el ataque, de la clase que sea, tiene sentido. Ninguna clase de ataque está justificado porque no tiene sentido. De la única manera en que el ataque se podría justificar es si tú y tu hermano estuvieseis realmente separados el uno del otro, y todo el mundo estuviese separado del Creador. Pues sólo entonces sería posible atacar una parte de la creación sin atacarla a toda ella; atacar al Hijo sin atacar al Padre; atacar a otro sin atacarte a ti mismo o herirte a ti mismo sin que otro sufriese dolor. Sin embargo, no te quieres deshacer de esa creencia. Mas ¿dónde reside su valor, sino en el deseo de poder atacar impunemente? El ataque no es ni peligroso ni inocuo. Sencillamente es imposible. Y esto es así porque el universo es uno. No elegirías atacar su realidad si no fuese porque para poder verlo separado de su hacedor es esencial atacar. Y así parece como si el amor pudiese atacar y volverse temible.
Sólo los que son diferentes pueden atacar. Y de ahí deduces que porque puedes atacar, debes ser diferente de tu hermano. Sin embargo, el Espíritu Santo explica esto de otra manera. No puedes atacar precisamente porque no eres diferente de tu hermano. Cualquiera de esas dos posturas es una conclusión lógica. Cualquiera de ellas puede ser aceptada, pero no ambas. La única pregunta que necesita contestarse a fin de decidir cuál de las dos es verdad, es si en realidad tú eres diferente de tu hermano. desde el punto de vista de lo que entiendes parece que lo eres, y, por lo tanto, que puedes atacar. De ambas alternativas, ésta parece la más natural y la más afín a tu experiencia. Por eso es necesario que tengas otras experiencias, más afines a la verdad, peca enseñarte lo que en realidad es natural y verdadero.
Esa es la función de tu relación santa. Pues lo que uno de vosotros piense, el otro lo experimentará con él. ¿Que puede querer decir esto, sino que tu mente y la mente de tu hermano son una? No veas con temor este feliz hecho ni pienses que con ello se te impone una pesada carga. Pues cuando lo hayas aceptado de buen grado, te darás cuenta de que vuestra relación es un reflejo de la unión que existe entre el Creador y Su Hijo. Entre las mentes amorosas no hay separación. Y cada pensamiento que una de ellas tiene le brinda felicidad a la otra porque es la mismamente. La dicha es ilimitada porque cada pensamiento de amor radiante extiende su ser y crea más de sí mismo. En él no tienen cabida las diferencias, pues todo pensamiento es como él mismo.
La luz que os une brilla a través del universo, y puesto que os une, hace que seáis uno con vuestro Creador. Y en Él converge toda la creación. ¿Lamentarías no poder sentir miedo solo, cuando tu relación te puede enseñar que el poder del amor reside en ella, haciendo así que el miedo sea imposible? No intentes un poco del ego junto con este regalo. Pues se te dio conservar para que lo usaras, no para que lo ocultases. Aquello que te enseña que no os podéis separar niega al ego. Deja que la verdad decida si tú y tu hermano sois diferentes o iguales, y que te enseñe cuál de estas dos posibilidades es verdad.
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miércoles, 28 de mayo de 2014

De La Servidumbre Moderna Documental Completo www.movimientolm.com.ar

Un Curso De Milagros

Capítulo 22

La debilidad y la indefensión

¿Cómo se superan las ilusiones? Ciertamente no mediante el uso de la fuerza o de la ira, ni oponiéndose a ellas en modo alguno. Se superan dejando simplemente que la razón te diga que las ilusiones contradicen la realidad. Las ilusiones se oponen a lo que no puede sino ser verdad. La oposición procede de ellas, no de la realidad. La realidad no se opone a nada. Lo que simplemente "es" no necesita defensa ni ofrece ninguna. Sólo las ilusiones necesitan defensa debido a su debilidad. Mas ¿cómo podría ser difícil recorrer el camino de la verdad cuando la debilidad es el único obstáculo? Tú eres el fuerte en este aparente conflicto. y no necesitas ninguna defensa. Tampoco deseas nada que necesite defensa, pues cualquier cosa que necesite defensa te debilitará.
Examina para qué desea las defensas el ego, y verás que siempre es para justificar lo que va en contra de la verdad, lo que se esfuma en presencia de la razón y lo que no tiene sentido. ¿Puede esto acaso estar justificado? ¿Qué otra cosa podría ser, sino una invitación a la demencia para que te salve de la verdad? ¿Y de qué se te salvaría, sino de lo que temes? La creencia en el pecado requiere constante defensa, y a un costo exorbitante. Es preciso combatir y sacrificar todo lo que el Espíritu Santo te ofrece. Pues el pecado está tallado en un bloque que fue arrancado de tu paz y colocado entre el retorno de ésta y tú.
Sin embargo, ¿cómo iba a poder estar la paz tan fragmentada? La paz sigue aún intacta, pues no se le ha quitado nada. Date cuenta de que tanto los medios como aquello de lo que se componen los sueños perversos no significa nada. En realidad tu hermano y tú estáis unidos y no hay nada que se interponga entre vosotros. Puesto que Dios os lleva de la mano, ¿qué podría separar lo que Él ha unido Consigo Mismo como un solo Ser? Es de tu Padre de Quien te quieres defender. Sin embargo, sigue siendo imposible excluir el amor. Dios descansa contigo serenamente, sin defensas y en total mansedumbre, pues sólo en esa quietud se encuentra la fuerza y el poder. Ahí la debilidad no tiene cabida porque ahí no hay ataque, y, por lo tanto, no hay ilusiones. El amor descansa en la certeza. Sólo la incertidumbre se defiende. Y toda incertidumbre no es otra cosa que las dudas que tienes acerca de ti mismo.
¡Cuán débil es el miedo! ¡Cuán ínfimo e insensato! ¡Cuán insignificante ante la silenciosa fortaleza de aquellos a quienes el amor ha unido! Tal es tu "enemigo": un ratoncillo asustado que pretende enfrentarse al universo. ¿Qué probabilidades tiene de ganar? ¿Sería acaso difícil ignorar sus débiles chillidos que pregonan su omnipotencia y quieren ahogar el himno de alabanza al Creador que perpetuamente y cual una sola Voz entonan todos los corazones del universo? ¿Qué es más fuerte, ese ratoncillo o todo lo que Dios creó? No es ese ratón lo que te une a tu hermano, sino la Voluntad de Dios. ¿Y podría un ratón traicionar a quienes Dios ha unido?
¡Si tan sólo reconocieseis lo poco que se interpone entre vosotros y la conciencia de vuestra unión! No os dejéis engañar por la ilusión de tamaño, espesor, peso, solidez y firmeza de cimientos que ello presenta. Es verdad que para los ojos físicos parece ser un cuerpo enorme y sólido, y tan inamovible como una montaña. Sin embargo, dentro de ti hay una Fuerza que ninguna ilusión puede resistir. Este cuerpo tan solo parece ser inamovible, pero esa Fuerza es realmente irresistible. ¿Que ocurre, entonces, cuando se encuentran? ¿Se puede seguir defendiendo la ilusión de inamovilidad por mucho más tiempo contra lo que calladamente la atraviesa y la pasa de largo?
Nunca te olvides de que cuando sientes surgir la necesidad de defenderte de algo es que te has identificado a ti mismo con una ilusión. Consecuentemente, crees ser débil porque estás solo. Ése es el costo de todas las ilusiones. No hay ninguna que no esté basada en la creencia de que estás separado; ninguna que no parezca interponerse, densa, sólida e inamovible, entre tu hermano y tú ni ninguna que la verdad no pueda pasar por alto felizmente y con tal facilidad, que tienes que quedar convencido de que no es nada, a pesar de lo que pensabas que era. Si perdonas a tu hermano, esto es lo que inevitablemente sucederá. Pues es tu renuencia a pasar por alto aquello que parece interponerse entre vosotros lo que hace que parezca impenetrable y lo que defiende la ilusión de su inmovilidad.
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martes, 27 de mayo de 2014

El Club Bilderberg gobernó durante meses en España mediante la Troika – RT



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La glándula timo controla y regula el flujo de energía, poniendo inmediatamente en marcha muchas medidas correctoras que contrarestan los desequilibrios y ayudan a alcanzar un equilibrio y armonía de la energía corporal.
La glándula timo constituye el enlace o eslabón entre la mente y el cuerpo, siendo el primer órgano en verse afectado por las actitudes mentales y el stress; es la sede o asiento de la energía vital.
Una glándula timo sana y activa contribuye a una salud vibrante y positiva.
Cuando esta glándula está activa, el organismo no envejece
El “timo está en la zona central del pecho, detrás del esternón, pegadita al corazón. “. Está justamente en ese sitio en el que apoyamos el dedo cuando le decimos a alguien: ¿Quién… Yo?.”
El timo se desarrolla normalmente hasta la adolescencia, y a partir de ahí empieza a encogerse, a atrofiarse, aunque en realidad sigue funcionando toda la vida.
Pero hay más, mucho más, el enojo y el estrés perturban el equilibrio de los dos hemisferios cerebrales. Desaparece la capacidad de resolver problemas creativamente. Los resultados positivos no llegan, el enojo se hace mayor...
El timo es muy sensible a los estados de ánimo y su vitalidad se ve afectada por el estrés, por la ira, por el amor, por el odio y se activa con la alegría y se aletarga con la tristeza.
El timo está ahí para protegernos de las invasiones de microbios y toxinas poniendo en marcha un ejército de células de defensa, pero también es sensible a luces, colores, olores, sabores, gestos, presiones, vibraciones, sonidos, palabras y actitudes.
Cuando tenemos pensamientos negativos hacemos reaccionar al timo pero, como realmente no se está produciendo ninguna invasión bacteriana, lo único que conseguimos es hacerle trabajar en balde y debilitarlo; sin embargo, los pensamientos positivos lo fortalecen porque se activa pero no pone en marcha sus funciones defensivas.
Ejercitando el timo podemos mantener activo el sistema inmunitario y alejar el peligro de las infecciones, también la estimulación de la glándula timo produce un equilibrio de la actividad entre los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro.
Hay un ejercicio muy antiguo que activa el timo con eficacia y que sólo lleva unos segundos: primero separas los pies de manera que queden a la misma distancia que hay entre los hombros, doblas ligeramente las rodillas apoyando el peso sobre los dedos de los pies y, cuando ya estás en posición, cierras la mano (la que quieras) y te golpeas con los nudillos en el pecho, justo sobre el timo, con un toque fuerte seguido de dos más débiles. Con unas 20 series es suficiente. Esta estimulación vitaliza la glándula, nos protege de las infecciones y estimula otros órganos anexos como el corazón, además de los bronquios y la garganta.
¿NO TE RECUERDA ESTE EJERCICIO AL GESTO DE LA CONTRICCIÓN (A LOS TRADICIONALES “GOLPES DE PECHO”)? EN REALIDAD, EL QUE SE DA GOLPES EN EL PECHO BUSCA SENTIRSE MEJOR, APARTAR ESA PRESIÓN QUE LE GENERA LA CULPA… LO QUE ESTÁ HACIENDO, SIN SABERLO, ES ESTIMULAR EL TIMO.

Un Curso De Milagros

Capítulo 22

La bifurcación del camino

Cuando llegas al lugar en que la bifurcación del camino resulta evidente, no puedes seguir adelante. Tienes que decidirte por uno de los dos caminos, pues si sigues adelante de la manera en que ibas antes de llegar a este punto, no llegarás a ninguna parte. El único propósito de llegar hasta aquí fue decidir cuál de los dos caminos vas a tomar ahora. El trayecto que te condujo hasta aquí ya no importa. Ya no tiene ninguna utilidad. Nadie que haya llegado hasta aquí puede decidir equivocadamente, pero si puede demorarse. Y no hay momento de la jornada más frustrante y desalentador, que aquel en el que te detienes ahí donde el camino se bifurca, indeciso con respecto a qué rumbo seguir.
Son sólo los primeros pasos por el camino recto los que parecen difíciles, pues ya te has decidido, si bien puede que aún creas que puedes volverte atrás y elegir la otra alternativa. Pero no es así. Ninguna decisión que se haya tomado y que cuente con el respaldo del poder del Cielo puede ser revocada. Tu camino ya se decidió. Si reconoces esto no habrá nada que no se te diga.
Y así, tú y tu hermano os encontráis ahí en ese santo lugar, ante el velo de pecado que pende entre vosotros y la faz de Cristo. ¡Dejad que sea descorrido! ¡Descorredlo juntos! Pues es sólo un velo lo que se interpone entre vosotros. Por separado, cada uno de vosotros lo veréis como un sólido muro y no os daréis cuenta de lo delgado que es el cortinaje que ahora os separa. Aun así, éste ya casi ha sido eliminado de vuestra conciencia, e incluso aquí, ante el velo, la paz ha venido a vosotros. Piensa en lo que os espera después: el amor de Cristo iluminará vuestros rostros e irradiará desde ellos a un mundo en penumbra y con necesidad de luz. Y desde este santo lugar Él regresará con vosotros, sin irse de él y sin abandonamos. Os convertiréis en Sus mensajeros, al restituirlo a Él a sí mismo.
¡pensad en la hermosura que veréis, vosotros que camináis a Su lado! ¡Y pensad cuán bello os parecerá el otro! ¡Cuán felices os sentiréis de estar juntos después de una jornada tan larga y solitaria en la que caminabais por separado! Las puertas del Cielo, francas ya para vosotros, las abriréis ahora para los que aun sufren. Y nadie que mire al Cristo en vosotros dejará de regocijarse. ¡Qué bello es el panorama que visteis más allá del velo y que ahora llevaréis para iluminar los cansados ojos de aquellos que todavía están tan extenuados como una vez lo estuvisteis vosotros! ¡Cuán agradecidos estarán de veros llegar y ofrecer el perdón de Cristo para desvanecer así la fe que ellos aún tienen en el pecado!
Cualquier error que cometas, el otro ya lo habrá corregido tiernamente por ti. Pues para él tu hermosura es su salvación, y la quiere proteger de cualquier daño. y cada uno será para el otro su firme defensor contra todo lo que parezca surgir para separaros. Y así caminaréis por el mundo conmigo, pues tengo un mensaje que aún no se ha llevado a todos. Y vosotros estáis aquí para permitir que se reciba. La oferta de Dios todavía sigue en pie, pero aguarda aceptación. Se recibe de vosotros que la habéis aceptado. En vuestras manos unidas se deposita confiadamente, pues vosotros que la compartís os habéis convertido en sus devotos guardianes y protectores.
A todos aquellos que comparten el Amor de Dios se les concede la gracia de ser los dadores de lo que han recibido. Y así aprenden que es suyo para siempre. Todas las barreras desaparecen ante su llegada, de la misma manera en que cada obstáculo que antes parecía bloquear su camino quedó finalmente superado. Ese velo que tú y tu hermano descorréis juntos os abre el camino a la verdad y se lo abre también a otros. Los que permiten que se les libere de las ilusiones de sus mentes son los salvadores de este mundo, y caminan por él con su Redentor, llevando Su mensaje de esperanza, libertad y emancipación del sufrimiento a todo aquel que necesite un milagro para salvarse.
¡Qué fácil es ofrecer este milagro a todos! Nadie que lo haya recibido tendría dificultad alguna en darlo. pues al recibirlo aprendió que no se le daba solamente a él. Tal es la función de una relación santa: que recibáis juntos y que deis tal como recibáis. Cuando se está ante el velo, esto todavía parece difícil. Pero si extendéis vuestras manos unidas y tocáis eso que parece un denso muro, notaréis con cuánta facilidad se deslizan vuestros dedos a través de su insubstancialidad. Ese muro no es sólido en absoluto. Y es sólo una ilusión lo que se interpone entre tú y tu hermano y el santo Ser que compartís.
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lunes, 26 de mayo de 2014


Cuba crea cuatro vacunas contra el cáncer





El mayor obstáculo para alcanzar la conciencia, es la creencia de que somos conscientes.
El "Facebook" gran tapadera y venda.
Personalmente una parte de mi, siente que no resuena conmigo y siento, de alguna manera, que no me ayuda nada, más que para vivir en el miedo y la separación...
Aquí donde reina el ego (debatiendo en quién lleva razón y quién no, y sintiéndose superior mostrando sus conocimientos y defendiendo alguna postura), los juicios, las etiquetas, la aversión, las apariencias, las máscaras y la identificación...y donde todo el mundo inconscientemente busca algún tipo de reconocimiento, distracción y gratificación...para no abrir realmente los ojos, publicando lo wap@s que son, lo buenos que son, lo sabios que son y su maravillosa vida.
Sin darse cuenta que eso no es libertad y que proviene de la inconsciencia MIEDO y SEPARACIÓN (el que diga que no, que abra lo ojos, porque no es honesto consigo mismo y se engaña a sí mismo).
Esto, y tanta cantidad de información...no ayuda a conectar con uno mismo, ni a mirar en nuestro interior. La respuesta la tenemos adentro, y solo la encontraremos cuando dejemos de buscar.
Hay que aprender a hacerle caso al corazón (intuición) no al ego que siempre busca identificarse, yéndose por la puerta de atrás y alimentándose del miedo.
Pero ¡cuánta honestidad hace falta!
Solo a través de la luz CONCIENCIA, atravesando las sombras y miedos, se puede llegar a conocer la verdad y la verdadera libertad.
Los maestros pueden guiarnos en el camino, pero la experiencia es nuestra y el cambio es solo nuestro. Si nos quedamos atrapados a estos y en toda esa cantidad de información y conocimiento que circula, no evolucionamos... Eso no es trascendencia.

Un Curso De Milagros

Capítulo 22

La razón y las distintas formas del error

La introducción de la razón en el sistema de pensamiento del ego es el comienzo de su des-hacimiento, pues la razón y el ego se contradicen entre sí. Y no es posible que coexistan en tu conciencia, ya que el objetivo de la razón es hacer que todo esté claro y, por lo tanto, que sea obvio. La razón es algo que tú puedes ver. Esto no es simplemente un juego de palabras, pues aquí da comienzo una visión que tiene sentido. La visión es literalmente sentido. Dado que no es lo que el cuerpo ve, la visión no puede sino ser comprendida, pues es inequívoca, y lo que es obvio no es ambiguo. Por lo tanto, puede ser comprendido. Aquí la razón y el ego se separan, y cada uno sigue su camino.
Lo que le permite al ego seguir existiendo es su creencia de que tú no puedes aprender este curso. Si compartes con él esa creencia, la razón será incapaz de ver tus errores y despejar el camino hacia su corrección. Pues la razón ve más allá de los errores y te dice que lo que pensabas que era real no lo es. La razón puede reconocer la diferencia entre el pecado y el error porque desea la corrección. Te dice, por lo tanto, que lo que pensabas que era incorregible puede ser corregido, y que, por consiguiente, tuvo que haber sido un error. La oposición del ego a la corrección conduce a su creencia fija en el pecado y a desentenderse de los errores. No ve nada que pueda ser corregido. El ego, por lo tanto, condena y la razón salva.
La razón de por si no es la salvación, pero despeja el camino para la paz y te conduce a un estado mental en el que se te puede conceder la salvación. El pecado es un obstáculo que se alza como un formidable portón, cerrado con candado y sin llave, en medio del camino hacia la paz. Nadie que lo contemplase sin la ayuda de la razón osaría traspasarlo. Los ojos del cuerpo lo ven como si fuese de granito sólido y de un espesor tal que sería una locura intentar atravesarlo. La razón, en cambio, ve fácilmente a través de él, puesto que es un error. La forma que adopta no puede ocultar su vacuidad de los ojos de la razón.
La forma del error es lo único que atrae al ego. No trata de ver si esa forma de error tiene significado o no, pues es incapaz de reconocer significados. Todo lo que los ojos del cuerpo pueden ver es una equivocación, un error de percepción, un fragmento distorsionado del todo sin el significado que éste le aportaría. Sin embargo, cualquier error, sea cual sea su forma, puede ser corregido. El pecado no es sino un error expresado en una forma que el ego venera. El ego quiere conservar todos los errores y convertirlos en pecados. Pues en eso se basa su propia estabilidad, la pesada ancla que ha echado sobre el mundo cambiante que él fabricó; la roca sobre la que se edificó su iglesia y donde sus seguidores están condenados a sus cuerpos, al creer que la libertad del cuerpo es la suya propia.
La razón te diría que no es la forma que adopta el error lo que hace que éste sea una equivocación. Si lo que la forma oculta es un error, la forma no puede impedir su corrección. Los ojos del cuerpo ven únicamente formas. No pueden ver más allá de aquello para cuya contemplación fueron fabricados. Y fueron fabricados para fijarse en los errores y no ver más allá de ellos. Su percepción es ciertamente extraña, pues sólo pueden ver ilusiones, al no poder ver más allá del bloque de granito del pecado y al detenerse ante la forma externa de lo que no es nada. Para esta forma distorsionada de visión, el exterior de todas las cosas, el muro que se interpone entre la verdad y tú, es absolutamente real. mas ¿cómo va a poder ver correctamente una visión que se detiene ante lo que no es nada como si de un sólido muro se tratase? Está restringida por la forma, habiendo sido concebida para garantizar que no perciba nada, excepto la forma.
Esos ojos, hechos para no ver, jamás podrán ver. Pues la idea que representan nunca se separó de su hacedor, y es su hacedor el que ve a través de ellos. ¿Que otro objetivo tenía su hacedor, salvo el de no ver? Para tal fin, los ojos del cuerpo son los medios perfectos, pero no para ver. Advierte cómo los ojos del cuerpo se posan en lo exterior sin poder ir más allá de ello. Observa cómo se detienen ante lo que no es nada, incapaces de comprender el significado que se encuentra más allá de la forma. Nada es tan cegador como la percepción de la forma. Pues ver la forma significa que el entendimiento ha quedado velado.
Sólo los errores varían de forma, y a eso se debe que puedan engañar. Tú puedes cambiar la forma porque ésta no es verdad. Y no puede ser la realidad precisamente porque puede cambiar. La razón te diría que si la forma no es la realidad tiene que ser entonces una ilusión, y que no se puede ver porque no existe. y si la ves debes estar equivocado, pues estás viendo lo que no puede ser real como si lo fuera. Lo que no puede ver más allá de lo que no existe no puede sino ser percepción distorsionada, y no puede por menos que percibir a las ilusiones como si fuesen la verdad. ¿Cómo iba a poder, entonces, reconocer la verdad?
No permitas que la forma de sus errores te aleje de aquel cuya santidad es la tuya. No permitas que la visión de su santidad, que te mostraría tu perdón, quede oculta tras lo que ven los ojos del cuerpo. No permitas que la conciencia que tienes de tu hermano se vea obstruida por tu percepción de sus pecados y de su cuerpo. ¿Qué hay en él que quisieras atacar, excepto lo que asocias con su cuerpo, el cual crees que puede pecar? Más allá de sus errores se encuentra su santidad junto con tu salvación. Tú no le diste su santidad, sino que trataste de ver tus pecados en él para salvarte a ti mismo. Sin embargo, su santidad es tu perdón. ¿Cómo ibas a poder salvarte si haces de aquel cuya santidad es tu salvación un pecador?
Una relación santa, por muy recién nacida que sea, tiene que valorar la santidad por encima de todo lo demás. Cualquier valor profano producirá confusión, y lo hará en la conciencia. En las relaciones no santas se le atribuye valor a cada uno de los individuos que la componen, ya que cada uno de ellos parece justificarlos pecados del otro. Cada uno ve en el otro aquello que le incita a pecar en contra de su voluntad. De esta manera, cada uno le atribuye sus pecados al otro y se siente atraído hacia él para poder perpetuar sus pecados. Y así se hace imposible que cada uno vea que él mismo es el causante de sus propios pecados al desear que el pecado sea real. La razón, en cambio, ve una relación santa como lo que realmente es: un estado mental común, donde ambos gustosamente le entregan sus errores a la corrección, de manera que los dos puedan ser felizmente sanados cual uno solo.
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domingo, 25 de mayo de 2014

Sagrada Individualidad
0002
por Emilio Diaz Barrios
Obtendrás la victoria conociéndote a ti mismo, mirando hacia adentro con aquellos ojos del alma que solo conocen tu color privado.
Tu poder, toda tu fuerza proviene de tu corazón. Del sentimiento que allí nace.
No medirás tu fuerza por tus estudios o títulos obtenidos en el transito de tu vida. Obtendrás la victoria conociéndote a ti mismo, mirando hacia adentro con aquellos ojos del alma que solo conocen tu color privado.
No busques allá afuera lo que crees haber perdido. Nada esta perdido. Nada esta solitario. Tu alma esta llena.
Revolución es precisamente tomar conciencia de aquella energía expuesta y canalizarla hacia tu propia felicidad. Hacia tu propio ser. Y es bien cierto que la sociedad te llamará egoísta por pensar en ti. Pero esa es la mas grande mentira y trampa de todos los siglos! Y en aquella afirmación expongo mi alma y que arda al fuego infinito si fuera mentira mi intuición!
Pero mi alma nunca mintió. Y nunca mentirá.
Lo que siento es precisamente el quiebre definitivo de una época llena de miedos y oscuridad producto del aplastamiento de todos nuestros maravillosos egos. De nuestro mas preciado diamante, centro perfecto del milagro de la vida: La Individualidad.
La sagrada individualidad es la que finalmente te da la fortaleza y el carácter.
Y atención a lo siguiente: Te vuelves individual no para morir así. Sino para vivir colectivamente, con todos tus hermanos. Para compartir tu diamante con el diamante de todos los demás.
Porqué la historia siempre debió haber sido así: Eramos todos perfectos y nos amabamos eternamente. Orgullosos y dignos de cada uno de nosotros, porqué habiamos sido lo suficientemente valientes para besar nuestro propio corazón y alma, restregando en el rostro del mundo nuestro maravilloso tesoro. Restregando, finalmente, en nuestro propio rostro el amor que siempre tuvimos guardado y que ahora nos atrevimos a mostrar.
Eso es individualidad sagrada.
Esa es la pieza faltante: Nuestra dignidad.
Y yo digo: Vamos por ella!

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