…..en una época de cambios
externos sin precedentes en las esferas políticas y sociedades, hay un reto
interno fundamental que afronta cada uno de nosotros, Krishnamurti señala que
cifrar nuestras esperanzas en la religión, política o en la economía de
mercado, no solo NO consigue resolver los problemas básicos humanos, sino que
en la realidad los crea; a causa de la subordinación a la “autoridad” de los
expertos, de los sacerdotes y de los gurúes; fracasamos con consecuencias
perniciosas, en la exploración del propósito de nuestras vidas.
Por qué no
miramos y comprendemos nuestro desorden interno, nuestros propios estados de percepción,
sentimiento y pensamiento, por qué escapamos hacia distintas formas de auto
gratificación o de lealtad neurótica tales como el nacionalismo o la ciega fe
religiosa?
La Promesa de la Paz Mundial
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Esa Gran Paz por cuya realización han suspirado
durante siglos los hombres de buena voluntad (..) se encuentra, por fin, al
alcance de las naciones. Por vez primera en la historia se hace posible mirar
el planeta entero, con toda la miríada de sus pueblos diversos, desde una
misma perspectiva. La paz del mundo no sólo es posible, sino que es
inevitable. Representa la nueva fase en la evolución de este planeta, o en
palabras de un gran pensador, la «planetización de la humanidad».
El género humano, en tanto unidad orgánica
diferenciada, ha discurrido a través de las etapas de infancia y niñez, y se
encuentra ahora culminando el período de su turbulenta adolescencia, en la
antesala de su tan esperada llegada a la madurez (..).
Ha llegado la hora cuando los que predican los
dogmas del materialismo, sean del Este o del Oeste, sean del capitalismo o
del socialismo, deben rendir cuentas del liderazgo que han pretendido
ejercer. ¿Dónde está el «nuevo mundo» prometido por esas ideologías? ¿Dónde
está la paz internacional a cuyos ideales proclamaban rendir devoción? ¿Dónde
quedan las conquistas y logros culturales que habían de producirse con el
engrandecimiento de esta raza, de esa nación o de aquella clase particular?
¿Por qué la inmensa mayoría de las gentes del mundo zozobran en el hambre
cuando riquezas imposibles de soñar por faraones, césares o incluso por las potencias
imperialistas del siglo diecinueve, se encuentran a disposición de los
actuales árbitros del destino humano? (..).
Es claro que se requieren esfuerzos urgentes para
remediarlo. Se trata fundamentalmente de una cuestión de actitud. ¿Persistirá
la humanidad en su porfía, aferrándose a conceptos gastados y presupuestos
impracticables? 0 bien ¿darán sus líderes un paso adelante, prescindiendo de
ideologías, y con voluntad resuelta consultarán en la búsqueda solidaria de
soluciones adecuadas? (...).
(...) en esencia, la paz se funda en un
estado interior alentado por una actitud espiritual o moral, y es sobre todo
llamando a esa actitud como surge la posibilidad de hallar soluciones
duraderas (...).
El orden mundial sólo puede cimentarse tomando
firme conciencia de la unidad de la humanidad, verdad ésta que todas las
ciencias humanas confirman. La antropología, la fisiología y la psicología
reconocen la existencia de una sola especie, si bien infinitamente variada en
los aspectos secundarios de la vida. Reconocer esta verdad requiere abandonar
toda clase de prejuicios, sean de raza, clase, color, credo, nación, género,
grado de civilización y, en general, de todo cuanto sirve de excusa para que
ciertas personas se consideren superiores a otras (...).
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" Texto tomado de Los
Bahá'ís, publicación de la Comunidad Internacional Bahá'í "
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