Relaciones. Conflicto. Sociedad. Pobreza. Drogas. Dependencia.
Comparación. Deseo. Ideales. Hipocresía
La cesación de la violencia, que acabamos de considerar, no
necesariamente significa un estado mental de paz con uno mismo, y por
consiguiente paz con los otros.
La relación entre seres humanos se basa en el mecanismo de
formación de imágenes, una defensa. En todas nuestras relaciones construimos
una imagen del otro, y esa imagen, y la nuestra propia, son las que se
relacionan, y no los seres humanos en sí. La esposa tiene una imagen de su
marido, tal vez no consciente, pero de todos modos presente, y él, a su vez,
tiene una imagen de su esposa. Tenemos imágenes de nuestro país y de nosotros
mismos, y siempre las reforzamos añadiendo más a ellas. Y son estas imágenes
las que tienen relación. La relación entre dos seres humanos o muchos seres
humanos termina completamente cuando comienza la formación de imágenes.
Obviamente, las relaciones que se basan en estas imágenes
nunca conllevaran la paz, porque son ficticias y no podemos vivir en la
abstracción. Y sin embargo, eso es lo que todos hacemos: vivir en ideas, en
teorías, en símbolos, en imágenes que creamos acerca de nosotros mismos y de
los demás, y que no tienen nada de realidad. Todas nuestras relaciones, se
trate de posesiones, ideas o personas, se basan esencialmente en esta formación
de imágenes, y por consiguiente siempre hay conflicto.
¿Cómo es entonces posible vivir completamente en paz en
nuestro interior y en las relaciones con los otros? Después de todo, la vida es
un movimiento continuo y las relaciones están inmersas en él; porque de otro
modo no hay vida, y si esa vida se basa en una abstracción, en una idea o en
una suposición especulativa, entonces este vivir en abstracto debe conllevar inevitablemente
a una relación a una relación que se convierte en un campo de batalla.
J. Krishnamurti
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