Discernir
En t
odos los aspectos de nuestra vida hay que tener una visión propia de lo que llega a nosotros, ya sea información, o experiencias de vida.
odos los aspectos de nuestra vida hay que tener una visión propia de lo que llega a nosotros, ya sea información, o experiencias de vida.
A veces una simple apreciación de algo o de alguien puede cambiar nuestra forma de ver un conflicto. El “saber discernir” que es lo mejor para nosotros o para nuestros seres queridos es un don o potencialidad oculta que podemos aprender a desarrollar si permitimos a nuestra intuición ( los ojos del alma) actuar por nosotros, y eso se llama “don del discernimiento”. Discernir también es saber actuar con inteligencia emocional que se aprende a medida que vamos viviendo y que en definitiva se traduce en la sabiduría arcaica y propia de cada persona que adquiere al apreciar las enseñanzas de sus propias experiencias trascendidas (aprendidas).
La vida es un eterno aprendizaje y nosotros los “eternos aprendices” de la vida y de todos sus misterios.
Cuando la vida nos pone a prueba, con pequeñas o grandes cosas y tenemos que tomar decisiones apropiadas es crucial saber discernir que vamos a tomar como cierto y que vamos a dejar de lado por incierto.
Entonces cuando nos damos cuenta que es lo mejor para nosotros, van cambiando los aspectos de nosotros mismos que asumimos frente a los demás y ya no volvemos atrás, porque no somos los mismos de antes.
En nuestro interior hay una vocecita que nos advierte y recuerda que es lo mejor para nosotros, solo hay que saber escucharla a tiempo, estar atentos y conectados para ver los mensajes y confirmaciones sutiles que el Universo nos envía constantemente y así poder avanzar seguros hacia la plenitud y evolución personal.
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