Ecuador pasó de producir una película cada tres años a cuatro filmes anuales
La producción nacional se ejecuta con profesionalismo. Foto: Douglas Armijos/Andes
Guayaquil, 11 nov (Andes).- En los últimos cinco años el cine nacional consolidó su producción, pues al año salen al mercado un promedio de cuatro películas, con la tendencia a incrementar su número.
La razón de este incremento es el respaldo de la Ley de Fomento del Cine Nacional que incentiva a productores a incursionar con cintas elaboradas, que relatan historias con contenido.
Antes en Ecuador se estrenaba una película cada tres años y a pesar que eso ha cambiado, el número de filmes aún es bajo si se compara con países como Argentina, donde existe un promedio de producción de 80 cintas al año.
El escollo para crecer al ritmo de la región no es la calidad de actores, escasez de guiones o falta de locaciones, sino el presupuesto elevado a obtener y costear un rodaje. El pedido de productores consultados por la Agencia Andes es replantaer la Ley y buscar financiamiento para la industria fílmica, con participación en impuestos y adquisición obligada de su producción en los medios audiovisuales.
Asimismo, indican que la naciente industria cinematográfica mantiene la tendencia de presentar historias sobre denuncia social como el principal eje de los tramas, pero además hay una ligera incursión en series y documentales.
Éxito logrado con esfuerzo
El éxito alcanzado en este poco tiempo provoca sorpresa entre los cinéfilos, quienes califican como un excelente cine y que es una etapa escondida de los ecuatorianos.
“Siempre he dicho que un país sin cine no existe. Ahora a Ecuador se lo empieza a conocer a nivel internacional en los festivales de Varsovia, Ginebra, Washington, Margarita, entre otros, donde se quedan admirados de lo que se hace aquí”, indica Virginia de Moyano, escritora y crítica de este arte, para quien la calidad de los actores y el esfuerzo de sus productores es reconocido en los festivales de cine.
Aquello es parte del futuro prometedor que tiene la producción nacional, asegura Moyano, porque se presenta en los festivales con buenas críticas y despierta el interés de productores sobre lo que ocurre en el cine ecuatoriano.
En Ecuador, entre las recientes películas sonadas están Pescador, de Sebastián Cordero; Mejor no hablar de ciertas cosas, de Javier Andrade; Sin otoño, sin primavera, de Iván Mora Manzano; En el nombre de la hija, de Tania Hermida; El Facilitador, de Víctor Arregui. También documentales como Con mi Corazón en Yambo, de María Fernanda Restrepo; Detrás de las colinas, de Samanta Yépez; La Muerte de Jaime Roldós, de Manolo Sarmiento; entre otros.
Financiamiento para rodaje
Un filme en Ecuador tiene un costo entre unos 500.000 a 700.000 dólares promedio. Hay películas con menos de 200.000 dólares difícil de concebir, según la productora C & V.
Cinthia Velasco, productora ejecutiva del filme Sin Otoño, sin Primavera, describe que elaborar una película tiene etapas, como lo es la búsqueda de locaciones, decoración, casting, equipo técnico y el rodaje. La etapa de posproducción del video, del sonido y detalles puede tardar un año o año y medio.
En este momento se utiliza mucho la frase “apoyemos” para tratar de abaratar costos, dice. “Realmente para construir una industria, para que todos comencemos a trabajar y podamos los cineastas vivir de esto, hay que hacer películas que tengan presupuestos para pagar sueldos a actores y al equipo”, indicó.
Velasco agrega que la estrategia implementada por los cineastas es aplicar a todos los fondos (aportes), como el del Consejo Nacional de Cinematografía del Ecuador (CN Cine), que es destinado para el guionista, la edición, los equipos usados, pagar sueldos, entre otros.
Sin embargo, esos recursos de aportes no alcanzan para realizar una producción, por lo que se aplica a una segunda estrategia de buscar auspiciantes e involucrar gente al proyecto. Al momento aún es difícil pensar en la rentabilidad de una película nacional.
La productora Evelyn Castro indica que a partir de la creación del CN Cine en 2006 las puertas se abren para los cineastas. Empieza a existir opciones. Un guionista ya puede sentarse a escribir pagado con los aportes y no hacerlo en su tiempo libre o en las noches.
Ahora existe un desarrollo en el ámbito cinematográfico en Ecuador y vínculos con otros países como es optar al programa Ibermedia que entrega un porcentaje y se convierte como un coproductor.
Castro señala que debe existir un replanteamiento de la Ley de Fomento al Cine y de la Ley de Comunicación, para que la producción nacional sea transmitida en los medios audiovisuales. En ese momento se podrá abrir una segunda posibilidad para continuar un incentivo hacia el crecimiento de la industria cinematográfica.
Anet aquello se puede tomar el ejemplo de Colombia entre otros países, donde un porcentaje de determinados impuestos es destinado para la producción de filmes nacionales y "es la base para ir mejorando cada día", acotó.
Un ejemplo, indica Cadtro, del profesionalismo nacional es la película Mejor no hablar de ciertas cosas, de Javier Andrade, que está en la lista de opcionados para participar en el galardón de los premios Óscar. Cintas creativas y con contenido podrán ser incentivadas con mayores recursos.
Tendencia
La productora puntualiza que la calidad de las películas nacionales ha mejorado últimamente, la cinematografía va mejorando, la fotografía es mejor, las historias son cada vez más sólidas. "Esto es el resultado de la tecnología existente en la que cada vez es más fácil hacer películas. Lo importante es saber contar historias".
La tendencia de las películas en Guayaquil es retratar la realidad diaria, hay juventud y las experiencias de cada uno de los directores. Falta una identidad nacional y eso es el resultado de que en Ecuador recién nace la industria cinematográfica. El camino está trazado y el profesionalismo que tienen los ecuatorianos caracterizará las siguientes ofertas.
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