Un ego que quiere algo de otro — ¿y qué ego no quiere algo?— suele representar algún tipo de papel para lograr que se satisfagan sus «necesidades», ya sea una ganancia material, una sensación de poder, de superioridad o de ser especial, o algún tipo de gratificación, ya sea física o psicológica.

El ego se alimenta de la atención de los otros, que, al fin y al cabo, es una forma de energía psíquica. El ego no sabe que la fuente de toda energía está en el interior, y por eso la busca fuera.
Lo que el ego busca no es la atención sin forma que es la Presencia, sino atención en cualquier forma, como reconocimiento, elogio, admiración, o solo ser tenido en cuenta de algún modo, que se reconozca su existencia.
-Eckhart Tolle.-
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