martes, 7 de enero de 2014

Lo Que Siento Es Lo Único Que Tengo

7 de enero de 2014 a la(s) 9:21
 Hay algo que me acompaña en la virtud y en la maldad.
Hay algo que me queda como herencia de las palabras que digo y de los actos que ejecuto.
Hay algo que está más cerca de mí que tú cuando estoy en tu compañía.
Hay algo que mi mente puede rotular, pero no cambiar sustancialmente.
Hay algo que busco cuando digo que busco el Espíritu.
Mientras paso por este mundo tengo una sola posesión, y esa posesión, ni la dejo ni me deja: es lo que siento.

De todo aquello que me dices, de todo aquello que me das, de todo aquello que me enseñas, y de todo aquello que me compartes y me haces experimentar hay sólo una cosa que permanece conmigo: lo que siento.

No es mía tu presencia, pues es tuya, y además cambiará y me abandonará.
No son mías mis posesiones, pues antes fueron de otros y después mi también lo serán.
No son mías las creencias que me enseñaron, pues yo no las inventé y ahora que son mías, encuentro muy difícil poder modificarlas.
El hábito no es realmente mío, sino que lo uso para sentirme como me siento.
Mi cuerpo no es mío y no me pertenece de forma constante e inmutable. Cambiará y morirá. Pero siento a través de él, y a través del sentimiento que es Sagrado para mí, convierto también a mi cuerpo en algo Sagrado, porque es a través de él que siento.

Así que no me interesan dios ni el diablo.
No me importa el pecado y la virtud.
Dejo de lado el arriba y el abajo, lo de adentro y lo de afuera, lo cerca y lo lejos, lo propio y lo ajeno, lo sagrado y lo profano.
Ni por lo sucio, ni por lo limpio.
Abandono el bien y el mal.
Lo cierto y lo falso, lo fuerte y lo débil; lo lento y lo rápido, lo mutable y lo inmutable.
No quiero cosas importantes ni banales.
Ni tu juicio, ni tu halago.
Ni por el todo ni por la nada.
Yo no me hago daño.
Lo que siento es lo único Sagrado para mí.
Porque lo que siento en este momento, es lo único que tengo.

Me ha costado mucho trabajo y mucho sufrimiento entenderlo: no tengo razón para sufrir. Y de todo lo que pasé: llámense dificultades, aprendizajes, miedos, frustraciones, eventos importantes e insignificantes, cosas que tomé y que dejé pasar, amigos que vinieron y que se fueron; de todo ello, hubo sólo una cosa que estuvo conmigo: lo que sentía.

Lo que siento es lo único Sagrado para mí.
Porque de bien y del mal, del pecado y la virtud, lo de arriba, lo de abajo, de los lados, del centro y la periferia de adentro y de afuera, del ahora, el antes y el después, son sólo ilusiones que aparecen ante mi mente que a veces, confundida, pierde de vista un hecho fundamental: lo que siento es lo único que tengo.
Así que no vale la pena hacerme daño, o sentirme mal por ninguna razón en el universo: ni por miedo ni por valentía.
Porque no vale la pena dañar lo que es real por lo que es mentira.
Lo que siento es lo único que tengo. Lo que siento es lo único real.

Lo que siento es lo único que he tenido siempre.
Lo que siento es lo único que tengo ahora.
Lo que Siento es lo Único Sagrado para mí.
Y no lo daño. Lo protejo.

                                                        El Loco

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