lunes, 13 de enero de 2014

Para no dañarme puedo usar varias herramientas.

Fortaleza. Soy fuerte repeliendo el daño que otros me quieren dar. Supero la debilidad de aceptar daños ajenos por pereza o negligencia.

Discernimiento. Observo los regalos que otros me quieren dar antes de aceptarlos. Reconozco que habrá ocasiones en las que el regalo que me trae la gente estará acompañado de una etiqueta falsa, así que observo el regalo y no la etiqueta antes de aceptar. Dejo de lado la ceguera de quien no quiere ver.

Respeto. Tomo cosas que no me dañan. Dejo de actuar como un recolector de basura que se apropia toda la basura que encuentra, dizque por limpiar a los demás. Reconozco que Dios me puso como responsable de mí mismo, no de los demás, y que deberé rendir cuentas por mi estado, no por el estado de los demás. Por eso me respeto, y me honro, honrando a Dios dentro de mí, ofreciéndole energía y emociones de alta calidad, y no basura.

Bondad. Convertirme en una fuente de agua dulce. Reconozco que lo que doy es lo que recibiré. Así que obsequio regalos puros, regalos de gozo, regalos de paz.

Observemos los regalos concretos que tomamos de la vida. Olvidémonos de las postergaciones, las mentiras, las limitaciones y la ceguera.

Observemos qué es lo que pedimos a los demás y lo que tomamos de ellos.

Veamos qué nos ofrecen y decidamos entonces, después de ver el regalo, si lo queremos o no.

No prestemos atención a los cantos y las fanfarrias que anuncian cosas gloriosas para presentar cosas nefastas.

Veamos.

Escuchemos.

Sintamos.

En suma, conozcamos. Y decidamos después qué queremos y qué no.

Seamos videntes y no creyentes.

Despertemos a la vida, en lugar de dormitar.

Vivamos.

Sintamos.

Seamos…porque Somos.

El loco
www.tuluzinterior.com

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