lunes, 23 de junio de 2014


EL PERDON: " Camino de Sabiduría y Felicidad"

El perdón no es un simple mecanismo para liberar de culpa a quien nos ofendió, el perdón es un mecanismo para que yo sea libre de la amargura que dejó esa acción en mi corazón. Yo puedo decidir perdonar a alguien, que no está arrepentido de verdad de haberme dañado, por que mi intención al perdonar, no es que esa persona quede libre de culpa, si no que yo quede libre en mi interior, que yo tenga paz, que yo pueda vivr bien, que haya desatado la amarra que me tenía detenido en el puerto.

Es muy importante saber, que el perdón no exime de culpa al ofensor, sino que libera al ofendido. Usted y yo necesitamos decidir perdonar, para ser libres de las heridas del alma.

He escuchado muchas veces la frase: "yo perdono, pero no olvido", y pensamos seriamente que si no olvidamos, es debido principalmente a que realmente no hemos olvidado, pero esto también es un error, el perdón no implica nunca que olvidemos todo, el perdón no produce amnesia, no es indispensable que olvidemos para perdonar, puedo perdonar y estar consciente del daño que se me hizo, pero he decidido que ya no me va a afectar nunca más en mi vida.

Hay un punto muy importante es que podemos decidir perdonar, tomamos la decisión de ya no traer al presente las cosas pasadas, incluso nos mantenemos firmes en la decisión de no criticar, ni agredir a la persona que nos ofendió. Sin embargo, no podemos decidir dejar de sentir. Si usted quiere de verdad, que se vaya lejos lo que siente, no depende exclusivamente de usted, pero no es imposible dejar de sentir.

Cuando usted decida perdonar de una vez a alguien, es indispensable que lo confiese con su boca, no piense en el perdón, hable el perdón, no importa que usted esté sólo, quizás va en su cómodo automóvil escuchando música y piense: "si yo necesito perdonar, yo debo perdonar, yo quiero ser libre de la culpa que otra persona me hizo a mí en su momento", pero no es suficiente que usted lo piense, hay que confesarlo con su boca, aunque usted esté sólo en un lugar, que salga de su boca libremente, hay una marcada diferencia inmensa entre pensarlo y hablarlo; con nuestra boca tenemos el poder para la vida y poder para la muerte, poder para atar y poder para desatar. ¡Confiéselo!, cuando lo hablan, sienta esa libertad, ese peso extra que se va, tal vez acompañado de lágrimas, tal vez acompañado de tristeza y de llanto, pero finalmente un ser libre.

http://www.leonismoargentino.com.ar/RefElPerdonCamino.htm

Los pasos principales para perdonar a alguien son los siguientes, a saber:

1. Reconocer el daño: ¿Cómo sabemos que tenemos algo que perdonar? Cuando sentimos dolor, daño, heridas. Pregúntate: ¿qué sucedió?, ¿quién lo hizo?; ¿qué efectos tuvo sobre mí?

Muchas veces reconocemos el dolor, pero no hemos enfrentado la causa. (La mayoría de veces) Hay personas que frecuentemente dicen: "odio tal cosa", "ya no me harán llorar", "odio mi infancia" -no sé porqué-, pero la odio". Esto es frecuentemente porque vivimos una interpretación (el dolor), pero no nos hemos dedicado a buscar, a escarbar, a sanar lo que nos hirió, la causa.

Ir a buscar en qué etapa de nuestra vida nos sucedió algo que nos marcó negativamente es básico, recordar el daño es el primer paso para entender que debemos perdonar. Es la raíz de eso que has estado viviendo por muchos años. Cuando lo hemos identificado es fácil, ya tienes este paso dado. Hay quienes no tienen que escarbar mucho, pues dicen: "recuerdo eso cada día como si fuera ayer". La idea es buscar, enfocarnos en lo que causó la herida más que en el dolor. La mayoría de las veces descubrimos, que intencionalmente o no los errores de los demás nos marcan, que se manifiestan en el segundo paso: emociones.

2. Identifica las emociones implicadas: una vez que eres consciente de qué es lo que ha causado el dolor en tu vida, las heridas, es necesario identificar lo que has sentido. Hay tres sentimientos básicos que solemos sentir cuando se nos hiere:

-Miedo: generalmente hay muchas situaciones que nos marcaron cuando fuimos niños, por lo que en la edad adulta es natural que todo lo relacionado con eso que nos hicieron, nos cause miedo;

-Culpa y vergüenza: tendemos a culparnos por cosas que no hemos hecho o sentirnos avergonzados de quienes somos;

-Ira: cuando nos enfrentamos con lo que nos ha causado el dolor, la ira sale a la superficie; el enojo, la rabia, se asoman y esto lo trasladamos a todas las áreas, a nuestra vida laboral, personal, de pareja, en familia, es una reacción de haber sido dañados.

Es importante entonces, reconocer de dónde se genera esa ira, el miedo o la culpa y porqué nace, cómo surge.

3. Expresa tu dolor e ira: no lo contengas, no la apliques ni te dejes llevar tampoco por ella, porque si tomas decisiones o ejecutas acciones cuando estás con ira, las consecuencias no serán nada agradables. No obstante, no la reprimas, no dejes de sentir dolor, exprésalo, evita acumularlo. Es válido estar enojado, lo que no es válido es tirar todo lo que sientes en los demás ni que llegues al extremo de que en tu vida el dolor sea una constante. Todo tiene su momento, su tiempo, vive un luto, por decirlo así.

Recuerda: no basta con sentir, es necesario expresar lo que sientes, deshacerte de eso, exprimirlo, sacarlo de tu vida y esto puedes hacerlo hablando con alguien de confianza, escribiendo una carta a esa persona que te hirió -pues aunque no se la entregues vas a sacar todo--, poniendo una silla en frente y hablándole como si fuera esa persona que te causó daño imaginándote que está sentada allí, también por medio del auto diálogo, con afirmaciones positivas para reprogramare, sacar todo lo que no corresponde, eligiendo hablar y pensar lo bueno.

4. Pon límites para protegerte a ti mismo: es importante y saludable, aprende a establecer límites. Los límites son derechos. Por ejemplo: hay mujeres que revisan la cartera de su esposo, hombres que esculcan en la bolsa de su mujer, madres que revisan los cajones de los hijos, gente que entra a la oficina sin pedir permiso o tocar la puerta. Estos son casos sencillos, pero siempre es necesario poner un límite a los demás.

5. Cancela la deuda: en este paso es deshacernos, por nuestro propio bien, más que por el de la otra persona que nos hizo daño, de lo que sucedió. Es el tiempo de perdonar cuando tenemos el sentimiento de que alguien nos debe algo. Es el momento justo para enterrar los errores de los demás que te hicieron daño, quemar todo lo que dejaste que te marcara y liberarte.

6. Considera la posibilidad de la reconciliación: este paso es conveniente cuando se puede, mientras dependa de tu parte, puedes buscar a la persona y confrontarla primero agradeciendo y luego dejándole saber lo que te hizo, con el fin de estar en paz. Es muy importante tomar en cuenta que el perdón es unilateral, eres tu quien decide perdonar a alguien, para la reconciliación, no obstante, se necesitan ambas partes, por lo que no siempre es posible.

¿Cómo saber si hemos verdaderamente perdonado? Cuando ya no sentimos más enojo, ni rencor al reencontramos con aquel que nos ha hecho sufrir.

"Cuando todo sentimiento de culpabilidad por aquello que pasó ha desaparecido"-agrega Gabrielle Rubin- es que podemos considerar que lo hemos perdonado.

Otro signo indudable de que el perdón ha sido otorgado es según Nicole Fabre: "la recuperación de la actividad, que conduce al retorno de la movilidad en nuestra vida".

Recuerda que el perdón empieza por uno mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Noticias del Mundo

El hundimiento del sistema monetario fiduciario occidental podría haber comenzado. China, Rusia y la aparición de las monedas respaldadas e...