martes, 19 de mayo de 2015


Cambiar, entre la necesidad y la mirada de los demás


Es que la mirada de los demás nos persigue y desde afuera no se digiere para nada bien que hayas osado cambiar eso que los demás se habían habituado a tratar y conocer.

Si hay algo que es incuestionable e innegable es el fenómeno universal del cambio, nadie escapa a ello ya que todo cambia a pesar de nosotros y en nosotros.
La oruga quizá nunca sabrá que en abrir y cerrar ojos una mariposa agitará alas olvidando su pasado terrestre y rastrero, los cambios representan esas pequeñas muertes que nos caen cerca como misiles a veces y otras como lluvia de bendiciones.
Sucede que nuestra vida está ciertamente minada de cambios y transformaciones ya que sin ello sería imposible hablar de movimiento constante y evolución.
Los ciclos de la vida de la gente son moneda corriente, pero observo graves temores cuando efectivamente esos se producen y empiezan a notarse.
Somos proclives a disimular en lo que nos hemos transformado luego por ejemplo de crisis donde hay cambios de valores, cambios estéticos e incluso de actividades incluídos trabajos.
Es que la mirada de los demás nos persigue y desde afuera no se digiere para nada bien que hayas osado cambiar eso que los demás se habían habituado a tratar y conocer.
Los primeros que montan en desconcierto y desagrado por los cambios que producimos son los que conforman tu núcleo íntimo familiar, ellos combaten duramente a aquel que se salió repentinamente de la norma que lo hacía predecible y aceptado dentro del clan familiar.
Luego serán los amigos, los que poco a poco se alejarán y te debatirás entre salir al mundo con éste nuevo ser que eres o seguir ocultando los rasgos y rastros de tu nueva imagen.
Los que cambian optan por silenciar para evitar confrontar muchas veces y la sensación de poca autenticidad se apodera de ellos.
Es muy común observar que ésta situación al no ser absorbida y aceptada dentro de la familia provocará rupturas conyugales, alejamientos y reyertas permanentes.
Cambiar es evolutivo y necesario pero a la hora de producirse son pocos los que acompañan a quienes empezaron a hacer su proceso de ser más parecidos a sí mismos.
Por Claudia Chirino
Psicóloga transpersonal especializada en el tarot como lenguaje del alma, psicogenealogía y niveles de consciencia. Creadora del Método Almitas, una manera nueva de trabajar el espíritu en forma grupal, virtual y presencial con talleres en distintos puntos de la Argentina. Facebook: “Método Almitas” E Mail: claudiachirino@hotmail.com
Imagen cortesía de
Sascalia
www.animalespiritual.com

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