“La Verdad es Una Tierra sin Caminos”
El interés en
ideas es sostenido principalmente por organizaciones, pero las organizaciones
despiertan solamente interés desde afuera. El interés, que no nació por amor a
la Verdad en sí misma, sino que fue despertado por una organización, no tiene
ningún valor. La organización se convierte en un armazón en el cual sus
miembros pueden encajar convenientemente. Ellos ya no se esfuerzan por alcanzar
la Verdad o la cima de la montaña, sino que tallan para ellos mismos un nicho
conveniente donde resguardarse, o permiten que la organización los resguarde, y
consideran que la organización los llevará por eso a la Verdad.
Esa es la primera
razón, de por qué debe disolverse la Orden de la Estrella. A pesar de esto,
ustedes formarán otras Órdenes probablemente, continuarán perteneciendo a otras
organizaciones que buscan la Verdad. Yo no quiero pertenecer a ninguna
organización de tipo espiritual, por favor entiendan esto. Yo haría uso de una
organización que me llevara a Londres, por ejemplo; éste es un tipo diferente
de organización, meramente mecánico, como el poste o el telégrafo. Usaría un
automóvil o un buque para viajar, éstos son sólo mecanismos físicos que no
tienen nada que ver con espiritualidad. De nuevo, yo mantengo que ninguna
organización puede llevar al hombre a la espiritualidad. Si una organización es
creada para este propósito, se vuelve una muleta, una debilidad, una
esclavitud, y deja inválido al individuo, y le impide crecer, establecer su
singularidad, y miente en el descubrimiento por sí mismo de lo absoluto, de la
verdad incondicionada. Esta es otra razón por la que he decidido, siendo la
cabeza de la Orden, disolverla. Nadie me ha persuadido a esta decisión.
Éste no es ningún
hecho extraordinario, porque yo no quiero seguidores, y quiero explicar esto.
En el momento en que usted sigue a alguien, usted deja de seguir a la Verdad.
Yo no estoy interesado si usted presta atención a lo que digo o no. Quiero
hacer algo en el mundo y voy a hacerlo con concentración firme. Me estoy
refiriendo solamente a una cosa esencial: liberar al hombre. Yo deseo librarlo
de todas las jaulas, de todos los miedos; y no fundar religiones, nuevas
sectas, ni establecer nuevas teorías ni nuevas filosofías. Entonces usted me
preguntará naturalmente por qué viajo por el mundo y hablo continuamente. Le
diré por qué razón hago esto: no porque desee a un partidario, no porque desee
un grupo de discípulos especiales. (¡Cómo aman los hombres ser diferente de sus
compañeros, sin embargo cuán ridículas, absurdas y triviales pueden ser sus
distinciones! Yo no quiero animar esa absurdidad.) No tengo ningún discípulo,
ningún apóstol, ni en la tierra ni en el reino de la espiritualidad.
Ni el señuelo de
dinero, ni el deseo de vivir una vida cómoda me atrae. ¡Si yo quisiera llevar
una vida cómoda no vendría a un Campamento o viviría en un país húmedo! Estoy
hablando francamente porque quiero dejar esto claro de una vez por todas. No
quiero discusiones infantiles año tras año.
Un reportero que
me entrevistó consideró un acto magnífico disolver una organización en que
había miles y miles de miembros. Para él era un gran acto porque, dijo:
"¿Qué hará usted después, cómo vivirá usted? No tendrá ningún partidario,
las personas ya no lo escucharán." Si hay sólo cinco personas que
escucharán, que vivirán, y que vuelvan sus caras hacia la eternidad, será
suficiente. ¿De qué sirve tener miles que no entienden, que estén totalmente
llenos de prejuicios, que no quieren lo nuevo, pero traducirían más bien lo
nuevo para satisfacer sus propios egos estériles, estancados? Si yo hablo
fuertemente, por favor no me entiendan mal, no es por falta de compasión. Si usted
va a un cirujano por una operación, ¿no es bondadoso de su parte operar aun
cuando él le cause dolor? Así pues, de modo semejante, si hablo rectamente, no
es por carecer de verdadero amor.
Como dije, tengo
solamente un propósito: hacer al hombre libre, para impulsarlo hacia la
libertad, ayudarle a romper todas las limitaciones, porque solo ello le dará
felicidad eterna, lo dará la realización incondicional de sí mismo.
Porque soy libre,
no condicionado, entero - no una parte, no relativo, sino la Verdad entera que
es eterna - deseo que aquellos que buscan entenderme, sean libres; no seguirme,
no hacer de mí una jaula que se volverá una religión, una secta. Más bien deben
ser libres de todo miedo, del miedo a la religión, del miedo a la salvación, del
miedo a la espiritualidad, del miedo al amor, del miedo a la muerte, del miedo
a la vida misma. Como un artista que pinta un cuadro porque siente deleite en
esa pintura, porque es su auto-expresión, su gloria, su bienestar, así es que
yo hago esto, y no porque deseo cualquier cosa de cualquier persona.
Ustedes están
acostumbrados a la autoridad, o a la atmósfera de autoridad que piensan los
llevará a la espiritualidad. Ustedes piensan y esperan que otro pueda, por su
extraordinario poder - un milagro - transportarlos a este reino de libertad
eterna que es la Felicidad. Su perspectiva entera de vida está basada en esa
autoridad.
Documento
Por
Jiddu Krishnamurti
3 de
agosto de 1.929 (Disolución de la Orden de la Estrella)
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