Un Curso De Milagros
Capítulo 3
Crear en contraposición a fabricar una imagen propia
Todo sistema de pensamiento tiene que tener un punto de
partida. Empieza ya sea creando o fabricando, diferencia ésta
a la que ya hemos hecho referencia. La semejanza entre ambas cosas
reside en el poder que tienen como cimientos. Su diferencia, en lo
que descansa sobre ellas. Ambas son piedras angulares de sistemas de
creencias por las que uno rige su vida. Creer que un sistema de
pensamiento basado en mentiras es débil es un error. Nada que
un Hijo de Dios haya hecho carece de poder. Es esencial que te des
cuenta de esto, pues, de lo contrario, no podrás escapar de la
prisión que tú mismo has construido.
No puedes resolver el problema de la autoridad
menospreciando el poder de tu mente. Hacer esto es engañarte a
ti mismo, y ello te hará daño porque realmente
comprendes el poder de la mente. Comprendes también que no
puedes debilitarla, de la misma manera en que tampoco puedes
debilitar a Dios. El "diablo" es un concepto aterrador
porque parece ser sumamente poderoso y sumamente dinámico. Se
le percibe como una fuerza que lucha contra Dios por la posesión
de Sus creaciones. El diablo engaña con mentiras, y erige
reinos en los que todo está en directa oposición a
Dios. Sin embargo, atrae a los hombres en vez de repelerlos, y éstos
están dispuestos a "venderle" sus almas a cambio de
regalos sin ningún valor. Esto no tiene ningún sentido.
Hemos hablado ya de la caída o separación,
mas su significado tiene que comprenderse claramente. La separación
es un sistema de pensamiento que si bien es bastante real en el
tiempo, en la eternidad no lo es en absoluto. Para el creyente todas
sus creencias son ciertas. En el jardín simbólico se
"prohibió" la fruta de un solo árbol. Mas
Dios no pudo haberla prohibido, o, de lo contrario, nadie la habría
podido comer. Si Dios conoce a Sus Hijos, y yo te aseguro que los
conoce, ¿cómo iba a ponerles en una situación en
la que su propia destrucción fuese posible? Al "árbol
prohibido" se le llamó "el árbol del
conocimiento". Sin embargo, Dios creó el conocimiento y
se lo otorgó libremente a todas Sus creaciones. Este
simbolismo se ha interpretado de muchas maneras, pero puedes estar
seguro de que cualquier interpretación que conciba a Dios o a
Sus creaciones como capaces de destruir Su Propio propósito es
errónea.
Comer de la fruta del árbol del conocimiento es
una expresión que simboliza la usurpación de la
capacidad de auto-crearse. Solamente en este sentido no son Dios y
Sus creaciones co-creadores. La creencia de que lo son está
implícita en el "auto-concepto", o sea, la tendencia
del ser a forjar una imagen de sí mismo. Las imágenes
sólo se pueden percibir, no conocer. El conocimiento no puede
engañar, pero la percepción sí. Puedes
percibirte como tu propio creador, pero lo que a lo sumo puedes hacer
es creerlo. No puedes hacer que sea verdad. Y como dije
anteriormente, cuando por fin percibas correctamente no podrás
sino alegrarte de que así sea. Hasta entonces, empero, la
creencia de que sí puedes es la piedra angular de tu sistema
de pensamiento, y utilizas todas tus defensas para atacar las ideas
que podrían ponerla al descubierto. Todavía crees que
eres una imagen que tú mismo fabricaste. Tu mente está
en desacuerdo con el Espíritu Santo en este punto, y no hay
posibilidad de resolver esto mientras te empeñes en creer lo
que es literalmente inconcebible. Ésa es la razón de
que no puedas crear y de que tengas miedo de todo lo que fábricas.
La mente puede hacer que la creencia en la separación
sea muy real y aterradora, y esta creencia es lo que es el "diablo". Es una idea poderosa, dinámica y
destructiva que está en clara oposición a Dios debido a
que literalmente niega Su Paternidad. Examina tu vida y observa lo
que el diablo ha hecho. Pero date cuenta de que eso que ha hecho se
desvanecerá completamente a la luz de la verdad, ya que su
cimiento es una mentira. El hecho de que Dios te haya creado
constituye el único cimiento que no puede ser debilitado, ya
que la luz se encuentra en él. Tu punto de partida es la
verdad, y tienes que retornar a tu Origen. Mucho se ha visto desde
entonces, pero en realidad no ha ocurrido nada. Tu Ser no ha dejado
de estar en paz, a pesar de que tu mente está en conflicto.
Todavía no has retornado lo suficiente, y de ahí que
tengas tanto miedo. A medida que te acercas a tu Origen, experimentas
el miedo a la destrucción de tu sistema de pensamiento como si
se tratase del miedo a la muerte. Pero la muerte no existe. Lo que existe es la creencia
en la muerte.
La rama que no da fruto será cortada y se secará.
¡Alégrate de que sea así! La luz brillará
desde la verdadera Fuente de la vida, y tu forma de pensar quedará
corregida. No puede ser de otra manera. Tú que tienes miedo de
la salvación estás eligiendo la muerte. Vida y muerte,
luz y obscuridad, conocimiento y percepción, son conceptos
irreconciliables. Creer que se pueden reconciliar es creer que Dios y
Su Hijo no pueden
reconciliarse. Sólo la unicidad* del conocimiento está libre de conflicto. Tu reino no es de
este mundo porque te fue dado desde más allá de él.
La idea de un problema de autoridad tiene sentido únicamente
en este mundo. Al mundo no se le abandona mediante la muerte sino
mediante la verdad, y la verdad sólo la pueden conocer
aquellos para quienes el Reino fue creado, y por quienes espera.
http://acimi.com/
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