miércoles, 4 de diciembre de 2013

Cómo funciona el mercado de esclavos en la Rusia actual

Cómo funciona el mercado de esclavos en la Rusia actual

Lleva una chaqueta dos tallas menor, los pantalones, sin embargo le quedan grandes. Oleg Mélnikov, líder del movimiento juvenil 'Alternativa', tiene aspecto de mendigo, uno de los objetivos de los actuales comerciantes de esclavos. Su movimiento se creó en 2010, sin embargo Oleg todavía tiene pocos seguidores: tres personas en Moscú y algunos más en Daguestán. Y sin embargo esta gente cuenta ya con más de 120 esclavos liberados.
Oleg se sienta en la estación e intenta hacer picar en el anzuelo al gancho: acepta la cerveza que le da mezclada con un fuerte somnífero y de esa manera aparecerá en un autobús ilegal que se dirige a Daguestán, al sur de Rusia. Apenas una hora después junto a él se sienta un caucásico que inicia conversación. Los acontecimientos se suceden a toda velocidad.
Según diferentes estimaciones en Rusia son explotados entre 490.000 y un millón de personas. Los delitos: 'Comercio de gente' y 'Utilización de trabajo esclavo' aparecieron en la legislación rusa en 2004 y desde entonces prácticamente no ha habido ninguna condena relacionada con la explotación de inmigrantes o con la esclavitud en el Cáucaso Norte.
El acompañante mete realmente a Oleg en un autobús. Otros miembros del movimiento 'Alternativa' consiguen advertir de lo que está pasando a un puesto cercano de la policía de tráfico, donde detienen el autobús. Oleg es sacado del autobús de la mano, se tambalea y habla de forma incoherente. Llaman una ambulancia, tiene una fuerte intoxicación.
Todos los que se ocupan de los indigentes en Moscú afirman que este tipo de secuestros se producen constantemente, simplemente nadie los intenta evitar.
"Hay diferentes tipos de fábricas en Daguestán", nos cuenta la coordinadora del movimiento ortodoxo 'Kurski vokzal. Niños indigentes', Anna Fedotovna. "Después de algún tiempo sueltan al esclavo en algún lugar. Pero hay otras que son un campo de concentración permanente, en estas atan a la persona con cadenas y lo ponen a trabajar hasta que muere.
Hay una enorme cantidad de historias de secuestros para ser vendidos como esclavos. Iliá, un abogado que presta ayuda legal gratuita a indigentes, cayó una vez en manos de los comerciantes de esclavos.
"En la estación le ofrecieron una bebida", nos cuenta su colega Nikita Dánov. Le dijeron que encontraría trabajo como abogado en Daguestán. Le pusieron algo en la bebida y se despertó ya en un autobús muy lejos de Moscú. Lo mandaron a trabajar a una cantera, pero después de algunos días Iliá consiguió de milagro hacerse con un teléfono móvil y escribirme. En un principio me dirigí a la policía pero allí no me ayudaron. Después, a través de unos amigos entré en contacto con un funcionario de las fuerzas de seguridad que trabajaba allí de infiltrado. Finalmente entraron tres personas en la cantera con metralletas y tan solo sacaron a Iliá.
Así es como suele liberarse a los esclavos en Daguestán. Se busca a una persona desaparecida concreta por petición de sus familiares y después se le libera solo a él. Sin embargo, no todos quieren que les salven. En Daguestán trabajan por techo y comida desertores de las dos guerras chechenas, gente que acaba de salir de la cárcel y que no tiene ningún sitio donde ir.
"Los verdaderos indigentes, que han elegido esa vida conscientemente, no van a la fábrica porque no quieren trabajar", explica el vicedirector del movimiento 'Kurski vokzal. Niños indigentes', Oleg Oljov. "En esta trampa caen solo los que han venido en busca de trabajo y a los que nadie les ha advertido.
Una semana después de salir del hospital Oleg Mélnikov trae un nuevo esclavo liberado en el tren de Majachkalá. Los miembros del movimiento "Alternativa" han salvado a Alleg Fetjulov. Había venido a Moscú en busca de trabajo, en la estación se le acercaron dos caucásicos y le ofrecieron algo de beber. Alleg se despertó, como el resto de los secuestrados, en un autobús ya en Daguestán. Alleg fue a parar a una fábrica donde no golpeaban a los esclavos, les daban bien de comer e incluso les daban cigarrillos. En cada vagón vivían cinco personas, trabajaban de las 6 de la mañana a las 9 de la noche sin días libres.
Fue la esposa de Alleg, Olga, la que dio la voz de alarma. En un principio se dirigió al FSB, después a la policía, pero tan solo consiguieron ayudarla los activistas de 'Alternativa' que liberaron a Alleg.
Los casos de trabajo esclavo no solo suceden en las repúblicas del Cáucaso Norte, sino también en BashkiriaNizhni Nóvgorod, la región de Vorónezh y en Moscú. Hace un año, por ejemplo, el movimiento 'Alternativa' liberó a esclavos de un almacén de alimentos al este de la capital. Las mujeres llevaban años retenidas en el sótano, habían sido golpeadas, violadas, mal alimentadas y se les privaba del sueño. Dos días después el caso había sido cerrado. La instrucción recusó el cierre del caso, pero la fiscalía lo confirmó.
Sin embargo, después del interrogatorio de los dueños del almacén y de sus familiares el caso quedó cerrado definitivamente. 
La esclavitud laboral en Rusia se encuentra enormemente cómoda en Rusia. Los ganchos eligen a un provinciano que no le importa a nadie sin ningún miedo. Por cada vida truncada, según los datos de 'Alternativa', reciben 3.000 rublos, y en Rusia como media se puede comprar un esclavo hombre por 500 dólares, es decir por el precio de un portátil barato. 

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